ESPAÑA: Millonario fraude en la ayuda alimentaria

Un millonario fraude con alimentos destinados a la cooperación con el mundo en desarrollo fue descubierto por la policía de España y por la acción de control ejercida por la Cruz Roja en sus operaciones de ayuda humanitaria.

La Guardia Civil (policía militarizada) detuvo este jueves en la norteña ciudad de La Coruña a tres personas, acusadas de integrar una red que distribuía latas de conserva en mal estado.

En la misma operación fueron incautadas más de 400 toneladas de sardinas en lata, listas para ser distribuidas fuera de España.

El asunto comenzó en 1998, cuando la Cruz Roja recibió una subvención del programa ECHO, de la Unión Europea, para suministrar 565 toneladas de conserva al pueblo saharauí refugiado en Tinduf, Argelia.

Esa institución, que forma parte de la Cruz Roja Internacional, siempre contrata a alguna empresa para controlar la calidad de los productos que distribuye y obliga a sus proveedores a entregarle un aval bancario por 110 por ciento del valor de la mercancía, dijo a IPS Joaquín Morte, responsable de la operación alimentaria.

En este caso, compró las conservas a la empresa Inviva, de la región española de Galicia, que a su vez las adquirió en Portugal y encargó su envasado a dos conserveras de La Coruña.

Cuando la primera carga estuvo lista para ser enviada a Tinduf, la sociedad controladora de la Cruz Roja detectó anomalías, como pérdida de aceite, entrada de aire y abombamiento de los envases, lo que hizo desaconsejable su consumo. Tras varios análisis, Inviva recibió la orden de destruir toda la partida.

Al no ser Inviva la propietaria legal de la mercancía, explicó la Cruz Roja, no se pudo lograr la destrucción inmediata de las conservas, por lo que esa institución humanitaria inició de inmediato acciones judiciales.

Mientras, Inviva, en lugar de destruirlas, inició gestiones para la venta del cargamento a través de varias sociedades mercantiles de Madrid, Valencia (sureste), Cataluña (noreste) y en la misma Galicia, informó la Guardia Civil.

Una primera partida de 50.000 latas de conserva fue enviada a Estonia pero el aviso de la Guardia Civil a las autoridades de ese país evitó su consumo.

Originariamente, al ser preparados para su envío a Tinduf, los envases llevaban impreso el logotipo de la Cruz Roja y del programa Echo.

Los detenidos borraron esos logotipos, utilizaron un certificado expedido para amparar una partida de filetes de pescado congelado y mostraron facturas falsas, para que los posibles compradores creyeran que parte de esa partida de sardinas ya había sido adquirida por empresas solventes.

Morte, de la Cruz Roja, señaló a IPS que el caso de las sardinas es anormal y que, en todo caso, prueba que esa institución toma las precauciones necesarias para asegurar la buena calidad de su ayuda alimenticia.

Hay que tener en cuenta, añadió, que la Cruz Roja rechazó el primer envío de 105.000 kilos y anuló el contrato en su conjunto. Y que, en la actualidad gestiona una ayuda de 42 millones de kilos, también con los controles de calidad debidos.

"Este es un episodio lamentable, en el que gente sin escrúpulos ha sorteado una serie de obstáculos legales y reglamentarios pero, finalmente, han sido descubiertos sin que su acción llegara a producir daño en las personas", concluyó el funcionario. (FIN/IPS/td/ff/dv ip/00

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