La pobreza de las mayorías y el consumo excesivo de una minoría abonan el deterioro del ambiente en América Latina y el Caribe, advirtió hoy el Pnuma, en el primer informe ambiental del siglo XXI.
América Latina es dueña de las mayores reservas del mundo de tierra cultivable y de 40 por ciento de las especies vegetales y animales, pero esa riqueza podría perderse si continúa la degradación ambiental, señaló el Pnuma (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente).
Urbanización desenfrenada, destrucción de recursos forestales, pérdida de biodiversidad y contaminación y agotamiento de mantos acuíferos, son problemas de gravedad creciente, se agregó en el informe "Perspectiva del Medio Ambiente", distribuido en México, donde el Pnuma tiene su sede para América Latina y el Caribe.
La prioridades ambientales del nuevo siglo que comienza pertenecen ya a la categoría de "problemas desatendidos", observó.
Señalado como el estudio más completo de su tipo y elaborado por un numeroso equipo de expertos, el informe es parte de una serie de exámenes periódicos que el Pnuma realiza para orientar a gobiernos y sociedad en la toma de decisiones.
La prioridad en América Latina y el Caribe es disminuir la pobreza y las diferencias extremas de ingresos. "Quienes tienen más, más ganan, y pasa lo contrario con quienes menos reciben, (y) esto es incompatible con el desarrollo sostenible", dijo el cubano Ricardo Sánchez, director regional del Pnuma.
"El crecimiento institucional en la región y el fortalecimiento de la sociedad civil no se expresan en la reversión del deterioro ambiental", lamentó Sánchez.
Unos 224 millones de personas "viven en la pobreza y no hay inserción efectiva del medio ambiente en los planes de crecimiento económico", destacó.
"Solamente un esfuerzo decidido en los planos institucional y de la gestión y la adopción de políticas públicas que mejoren sustancialmente su eficacia, podrían contrarrestar estas tendencias. Es posible, por cierto, que tal esfuerzo se realice", añadió.
El informe de 144 páginas indica que América Latina y el Caribe afrontan graves problemas, a pesar que aún cuentan con 40 por ciento de las especies animales y vegetales del planeta, 47 por ciento de su territorio está cubierto por bosques y tiene 27 por ciento del agua dulce del mundo.
Dieceséis por ciento de la tierra de la región está degradada. El impacto mayor se registra en Mesoamérica (América Central y México), donde alcanza 26 por ciento.
Hay 170.000 millones de hectáreas de tierra erosionada en América del Sur y las pérdidas totales por desertización en América Latina y el Caribe se calculan en 1.000 millones de dólares al año.
Si a esas pérdidas se suman los daños de las sequías, el monto es de 4.800 millones de dólares anuales, precisó el Pnuma.
Así mismo, 61 millones de hectáreas de bosques, cerca de seis por ciento del total, fueron consumidas entre 1980 y 1990, y en el período 1990-1995 se agregó una pérdida anual de 5,8 millones de hectáreas.
En cuanto a la biodiversidad, América Latina y el Caribe conforman la segunda zona del mundo cen materia de especies animales amenazadas de extinción, que son en su caso 1.244.
El Pnuma señaló que Brasil figura en segundo lugar en el mundo por cantidad de aves en riesgo de desaparición, mientras que Colombia y Perú ocupan el quinto lugar, con 64 especies cada uno.
En Argentina, más de 50 por ciento de las aves y mamíferos están en peligro, en tanto que en Chile, los problemas de conservación se refieren a 51 por ciento de los mamíferos, 58 por ciento de los reptiles y 100 por ciento de los peces.
Otros problemas citados en el informe son los de agua, áreas costeras, aire y desarrollo de áreas urbanas.
Con sólo 12 por ciento de la superficie terrestre total y seis por ciento de la población, América Latina y el Caribe reciben 27 por ciento del agua de lluvia del planeta.
A pesar de esa riqueza, varios países tienen graves problemas de aridez, y otros, como México y Perú, consumen al año en conjunto más de 15 por ciento de las reservas de agua dulce de la región.
El informe del Pnuma también advierte que cada año, más de 1.000 millones de sedimentos son despositados en el mar Caribe y entre 80 y 90 por ciento de las aguas que llegan a los mares de la región no reciben tratamiento.
Ochenta por ciento de los bancos de peces del Atlántico suroccidental y 40 por ciento en el Pacífico sudoriental se hallan en su punto de máxima explotación, en sobreexplotación o han sido agotados.
El Pnuma indicó que América Latina y el Caribe son responsables de 48,3 por ciento de la emisión mundial de dióxido de carbono procedente del cambio de uso de suelo, aunque sólo de 4,3 por ciento de las emisiones con origen en procesos industriales.
El dióxido de carbono ha sido identificado por los científicos como el más nocivo entre los gases determinantes del recalentamiento del planeta.
En cuanto al proceso de urbanización, casi tres cuartas partes de la población de la región se concentra hoy en un escaso número de ciudades con graves problemas de hacinamiento y de provisión de servicios públicos.
La urbanización insostenible "agrava los problemas del uso del suelo, deteriora las costas, afecta la calidad del aire, contamina el agua y crea graves problemas en el manejo de los desechos", observó el Pnuma.
"Continuar con nuestra forma de hacer las cosas, como lo hemos hecho hasta ahora, ya no es una opción, si queremos comenzar el nuevo milenio con alguna esperanza para las nuevas generaciones de seres humanos", comentaron los representantes del Pnuma en la presentación del informe. (FIN/IPS/dc/ff/en/00