El Banco Mundial afirmó que el ciclo de oportunidades perdidas y conflictos en Africa puede terminar, si se producen algunos cambios políticos fundamentales en el continente.
El banco pidió a los gobiernos africanos resolver conflictos, mejorar la gobernabilidad, promover la igualdad de género, invertir en recursos humanos y diversificar la economía, en un informe titulado «¿Puede Africa reclamar el siglo XXI?», elaborado junto con otras cuatro instituciones y dado a conocer en Washington esta semana.
Participaron en la redacción del informe, además del Banco Munidal, el Banco Africano de Desarrollo, el Consorcio Africano de Investigaciones Económicas, la Coalición Global por Africa, y la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Africa.
«Los cinco asociados en esta investigación piensan que Africa se mueve en la dirección correcta, pese a que los primeros meses del nuevo siglo han sido profundamente perturbadores» para el continente, afirmó Callisto Madavo, vicepresidente del Banco Mundial para Africa.
Madavo señaló que el hecho de que 20 por ciento de los africanos estén afectados por conflictos no debe ocultar que el resto de los habitantes del continente luchan contra la pobreza y no unos contra otros.
Por ejemplo, Nigeria reconstruye su economía y su sistema político tras décadas de dictadura militar, las inversiones privadas en el continente se recuperan, y grandes proyectos como el Corredor de Maputo, entre Mozambique y Sudáfrica, ofrecen soluciones a necesidades urgentes de infraestructura.
En el informe se indicó que aflora una realidad alentadora y compleja, pese a la constante incertidumbre militar en Sierrra Leona, el aumento de las tensiones políticas en Zimbabwe y el conflicto armado en República Democrática del Congo.
Desde comienzos de la década pasada, 42 de los 48 estados de Africa subsahariana realizaron elecciones presidenciales y parlamentarias multipartidarias.
En Ghana, Mozambique y Uganda se realizaron reformas económicas clave para mejorar la administración, liberalizar los mercados y promover el crecimiento del sector privado, y el resultado fue que el ingreso por habitante aumentó, se aseguró en el documento.
Mozambique, uno de los países más pobres del mundo, es un ejemplo interesante de exitosa resolución de un conflicto armado, y su economía ha crecido en promedio 10 por ciento cada año tras el acuerdo de paz de 1992, que puso fin a dos décadas de guerra civil y devastación.
El continente debe depender menos de sus recursos naturales, que se agotan con rapidez, y más de la capacitación de su fuerza laboral, señalaron los responsables del informe.
Las mujeres africanas son una reserva oculta para el crecimiento, apuntaron.
En Africa, las mujeres trabajan más horas que los varones, en especial en la agricultura, pero restricciones legales y costumbres locales les dan menos acceso a tierras, créditos, fertilizantes, educación y otros recursos.
Entre 1960 y 1990, el promedio de escolaridad para las mujeres africanas aumentó sólo 1,2 años, el menor progreso de una región del mundo.
Los investigadores calcularon que si las mujeres africanas tuvieran acceso igualitario a la educación y otros recursos productivos, las tasas nacionales de crecimiento serían en la actualidad 0,8 puntos porcentuales mayores.
La región necesita crecer cinco por ciento al año para evitar que aumente la cantidad de pobres, y el crecimiento anual deberá superar siete por ciento para que el porcentaje de quienes viven en extrema pobreza se reduzca a la mitad en 2015, indicaron.
El promedio de crecimiento de las economías nacionales africanas es en la actualidad cuatro por ciento.
Si Malawi accediera a un servicio ferroviario y un puerto eficientes para exportar sus productos, podría evitar gastos que en la actualidad representan tres por ciento de su producto interno bruto (PIB), y las empresas de Uganda pierden un promedio de 91 días de trabajo cada año por cortes de energía.
Los precios en Africa del servicio telefónico internacional y de las conexiones a Internet, la red mundial de computadoras, están entre los más altos del mundo.
Los ingresos totales de los 48 países de Africa subsahariana no son mucho mayores que los de Bélgica, y su PIB total es uno por ciento del mundial.
La participación de esas naciones en el comercio mundial es sólo dos por ciento.
Una manera de elevar los ingresos es aumentar el acceso de productos africanos a los mercados de países industrializados, y en el informe se elogió la aprobación en Estados Unidos de la Ley de Crecimiento y Oportunidades, que facilitará el ingreso a ese país de productos de Africa.
Sin embargo, el subsidio a la agricultura en los países industrializados aún impone grandes trabas al ingreso de productos africanos.
«Las pérdidas causadas a Africa por barreras comerciales desde los años 60 fueron casi 70.000 millones de dólares», apuntó Alan Gelb, economista para la región africana del Banco Mundial.
«Para revertir la marginación en Africa, es muy importante revertir su marginación en el comercio mundial», apuntó. (FIN/IPS/tra-eng/gm/da/ego/mp/dv if/00)