El tema arancelario, uno de los temas básicos del programa económico aperturista del presidente de Perú, Alberto Fujimori, entró plenamente en el debate electoral.
Fujimori, cuyo programa económico fue una disciplinada aplicación de las recomendaciones del Banco Mundial desde 1991, competirá por la reelección el domingo 21 en segunda vuelta con el economista Alejandro Toledo, ex asesor del banco y quien dice contar con apoyo de los organismos financieros internacionales.
Sin embargo, el calor del debate electoral parece afectar en ambos candidatos la ortodoxia económica aperturista en algunos temas, como el de los aranceles y el manejo de las importaciones.
El ministro de Industria, Juan Carlos Hurtado Miller, declaró el jueves 4 que podría considerarse la demanda de los empresarios industriales a favor de un arancel escalonado, similar al vigente en la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
"Hay que buscar un punto medio, pero en todo caso el arancel plano que propiciamos, así como el promedio del arancel escalonado, si finalmente se adoptara, tienen que ser bajos para no convertirse en subsidios a favor de la ineficiencia", dijo Hurtado.
De adoptar el arancel escalonado, el gobierno de Fujimori no sólo complacería al sector industrial, que en los últimos 20 meses le retiró su apoyo, sino que también resolvería el conflicto central de Perú con la CAN, bloque que integra junto con Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela.
La CAN adoptó en 1995 un arancel de cuatro niveles (cinco, 10, 15 y 20 por ciento), decisión que no fue seguida por Perú, cuya capital es sede de la Secretaría del bloque, y por este motivo estuvo a punto de ser excluido del pacto subregional del que forma parte desde su fundación, en 1969.
Fujimori rechazó el escalonado arancel andino para orientarse hacia un arancel externo plano, de 10 por ciento, que le es reclamado por los países del bloque de la Cuenca del Pacífico, al que también pertenece desde hace tres años y de donde espera atraer un chorro de inversiones, señalan analistas.
Finalmente, la CAN optó por conceder a Perú un plazo muy largo, hasta 2005, cuando entrará en vigencia la Zona de Libre Comercio de la subregión, para mantener un esquema arancelario diferente al de sus socios andinos.
Toledo, quien ya había insinuado en abril que adoptaría el esquema arancelario andino, aunque no precisó los plazos, anunció el fin de semana pasado que si gana las elecciones prohibirá la importación de alimentos que se produzcan en el país.
La oferta de Toledo fue anunciada en la sierra sur central, en la que Fujimori obtuvo amplia votación y en donde tres semanas después de los comicios los campesinos productores de papa cortaron carreteras en protesta por los bajos precios de su producto.
"Los campesinos paperos no han dejado de ser fujimoristas, pero están pasando una factura política por su voto al reclamarle al gobierno solución inmediata para su problema", comentó el analista de televisión Efraín Trelles.
Fuentes oficiales hicieron saber el lunes que el Programa Nacional de Asistencia Alimentaria, que distribuye alimentos a más de dos millones de peruanos de escasos recursos, anunció una primera compra de 100 toneladas de papa a precios superiores a los del mercado interno.
Expertos vinculados al gobierno de Fujimori criticaron la promesa de Toledo de suspender la importación de alimentos, a la que consideran opuesta al modelo de economía de mercado puesto en práctica en Perú hace nueve años por recomendación del Banco Mundial y bajo supervisión del Fondo Monetario Internacional.
"La propuesta de Toledo es irresponsable e incoherente con la economía de mercado que por momentos dice defender, y su efecto inmediato será provocar un alza de precios en los productos alimentarios", comentó Absalón Vasquez, quien encabeza la lista del partido de Fujimori al parlamento.
"Toledo quiere perforar el modelo económico, el mismo modelo que en reunión en Washington con los organismos financieros internacionales y los representantes de la banca norteamericana dijo que mantendría", añadió Vasquez.
Oscar Jasaui, presidente en Perú de la empresa Clasificadora de Riesgo Duff Phelps, coincidió en que "la prohibición de importación de alimentos que se produzcan en Perú comprometerá el modelo económico", pero encontró coyunturalmente justificada la medida a favor de los productores de papa.
Sin embargo, advirtió que la suspensión de la importación de papa no resolvería el problema, pues ante el aumento de precios el consumo se orientaría hacia otros alimentos, como la harina y el trigo, que son subsidiados en sus países de origen.
En el campo empresarial, el tema de los aranceles enfrenta a los industriales exportadores con los que producen para el mercado interno. Los primeros reclaman prioridad para mercados mayores que el andino, en tanto los segundos señalan que la solución transitoria en la CAN es perjudicial para ellos.
El presidente de la Asociación de Exportadores, Carlos Castro, señala que Perú debe integrarse con los países andinos, pero sin perder de vista que estratégicamente y a largo plazo le conviene asociarse con economías de mayor demanda y cuyas características de producción sean diferentes a las locales.
En consecuencia, según los exportadores industriales, Perú debe buscar sus ventajas comparativas con países de alta capacidad de compra y adecuar su esquema arancelario a sus exigencias.
El presidente de la Sociedad Nacional de Industrias, Emilio Navarro, que representa a los empresarios manufactureros, aboga por el arancel escalonado para adecuarse a los actuales socios de Perú, que constituyen su "mercado inmediato y natural".
Navarro señaló que el arancel actual semiplano de Perú, con un promedio de 14 por ciento, otorga ventaja a sus competidores andinos, que tienen libre acceso al mercado peruano pero producen a menor costo, pues importan insumos y bienes de capital con un arancel de cinco por ciento.
Navarro expresó su esperanza de que cualquiera que sea el ganador de las elecciones del domingo 21, Perú arribe antes de fin de año a un acuerdo arancelario con sus socios de la CAN. (FIN/IPS/al/ag/if/00
