La cooperación italiana desarrollará en Senegal un proyecto para liberar a casi medio millón de niños sometidos a condiciones de esclavitud.
El proyecto, al cual Italia aportará 1,2 millones de dólares, se propone, además, sacar a los niños de la calle, escenario de abusos de todo tipo, entre ellos la explotación sexual de menores a manos de proxenetas y turistas.
Una de las formas de explotación infantil más difundida en Senegal es el trabajo doméstico, al que son sometidas niñas de hasta ocho años, con jornadas de más de 12 horas, los siete días de la semana.
La mayoría son niñas del interior del país que sus padres envían a trabajar en casas de familia en Dakar, la capital, debido a que no cuentan con medios suficientes para alimentarlas.
Incluso antes de obtener trabajo, las niñas se ven obligadas a vivir en la calle, donde corren peligro de sufrir violación sexual, dijo a IPS Paola Viero, experta de la cooperación, quien visitó Senegal este mes para estudiar la viabilidad del proyecto en el terreno.
A muchas de ellas ni siquiera les permiten pernoctar en la casa donde trabajan, lo cual las obliga a arrendar entre varias una habitación en barrios marginales y peligrosos.
"Fue dramático escuchar a las madres de algunas de estas niñas que pedían ayuda para no tener que enviarlas a trabajar a Dakar, conscientes del peligro que corren", afirmó Viero.
Las madres entrevistadas por la funcionaria italiana también pidieron cursos de planificación familiar, a lo cual se oponen sus maridos, que desean tener el máximo de hijos posibles para que trabajen en agricultura, a pesar de que el clima apenas permite hacerlo tres meses al año.
El proyecto también se propone actualizar la inscripción de los menores en los municipios, en un país donde la mayoría de las familias no registran a sus hijos para evitar el pago del impuesto correspondiente. Por esa razón, muchos no pueden concurrir a la escuela.
Como legalmente no existen, esos niños pueden desaparecer en cualquier momento, ya sea asesinados o porque son atrapados por las redes de proxenetas, advirtió Viero.
La funcionaria aseguró que algunos centros de enseñanza musulmanes obligan a los niños a mendigar sin conocimiento de sus padres. "Los obligan a traer todas las noches cierta cantidad de dinero. Si no lo consiguen, los golpean", manifestó.
El proyecto también ayudará al gobierno de Senegal a mejorar la justicia de menores, porque en la actualidad existen niños alojados en cárceles de adultos.
La iniciativa será realizada en conjunto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. El proyecto comenzará dentro de unos tres meses y durará dos años. También participarán algunas organizaciones no gubernamentales italianas que actúan en Senegal.
Senegal, según el último censo de 1995, tiene una población de 8,35 millones de habitantes. Más de 90 por ciento son musulmanes y cinco por ciento, cristianos. Tiene una mortalidad infantil de 68 por 1.000, con un analfabetismo de 82 por ciento entre las mujeres y de 62 por ciento entre los hombres de más de 15 años.
La deserción escolar alcanza a 62 por ciento y 33 por ciento de las familias viven por debajo del nivel de pobreza. (FIN/IPS/jp/mj/dv hd/00
