La integración de Cuba a un acuerdo de comercio en condiciones privilegiadas con la Unión Europea (UE) quedó bloqueada tras el apoyo de siete países de la UE a una moción de condena de la ONU a La Habana por violación de los derechos humanos.
La Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó el 18 de abril, en Ginebra, una moción de condena al gobierno de Cuba por "continuada violación de los derechos humanos y las libertades individuales".
La moción fue apoyada por Alemania, España, Francia, Gran Bretaña, Italia, Luxemburgo y Portugal, los países de la UE que integran esa comisión.
La respuesta de La Habana fue retirar su solicitud de ingreso al nuevo acuerdo comercial entre la UE y el grupo de países de Africa, Caribe y el Pacífico (ACP), en su mayoría ex colonias europeas, que se había negociado durante unos dos años y contaba con la aprobación unánime de las naciones del grupo ACP.
El nuevo acuerdo comercial, que debe ser ratificado el 31 de este mes en Fiji, establece condiciones de preferencia durante ocho años para el acceso al mercado de la UE de productos del grupo ACP, y sustituirá a la Convención de Lomé, firmada en 1975.
A partir del 2004 comenzarán negociaciones de la UE con los países del grupo ACP, para establecer tratados de libre comercio con bloques regionales que entrarían en vigencia tras el período de ocho años abarcado por el nuevo acuerdo.
En el marco de la Convención de Lomé, la UE brindó durante un cuarto de siglo cooperación financiera y técnica, ayuda de emergencia y preferencias comerciales a los 71 países que integran el grupo, entre los cuales están las 38 naciones más pobres del mundo, en su mayor parte africanas.
La moción de condena a las autoridades cubanas aprobada en Ginebra fue presentada por Polonia y la República Checa, pero La Habana afirma que su verdadero promotor fue Estados Unidos.
El gobierno cubano, muy irritado por el apoyo de integrantes de la UE a esa resolución, canceló una visita a Cuba de autoridades del bloque europeo que estaba prevista para la última semana de abril.
Según fuentes diplomáticas, la agenda de esa visita había sido preparada "en forma cuidadosa durante tres meses", e incluía un diálogo "respetuoso y crítico" sobre la situación de los derechos humanos en Cuba, así como el análisis de la solicitud cubana de ingresar al grupo ACP.
"Persistir en la solicitud de ingreso sólo serviría para exponernos a ser víctimas de exigencias inaceptables por parte de la Unión Europea", afirmó el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, en una carta a sus pares del grupo ACP.
Cuba había confirmado antes su interés de firmar el nuevo acuerdo, reservándose el derecho de "hacer una revisión del texto definitivo".
"Con posterioridad a ese paso, hemos observado arrogancia, autosuficiencia y la tendencia de imponer condiciones a Cuba por parte de varios países de Europa", señaló Pérez Roque, quien recordó que según las normas de la UE, la incorporación cubana al acuerdo podía ser vetada por un solo país del bloque europeo.
El canciller indicó que durante la preparación de la cancelada visita de autoridades de la UE se constató que el bloque europeo planteaba la exigencia de cambios políticos, económicos y sociales en Cuba, como condición para su ingreso al nuevo acuerdo con el grupo ACP.
"Cuba ha expresado de manera clara y transparente desde el principio que no aceptaría condicionamientos selectivos y discriminatorios de ninguna naturaleza por parte de la Unión Europea como requisito para nuestro ingreso a la nueva Convención", subrayó.
Desde diciembre de 1996, la UE decidió aumentar sus presiones para promover reformas internas en Cuba, que ha reiterado cada seis meses, sin lograr resultados.
La incorporación cubana al nuevo convenio comercial con el grupo ACP habría institucionalizado las relaciones de la isla con la UE, que no cuentan con un marco formal como el de los acuerdos de cooperación del bloque europeo con el resto de América Latina.
De ese modo se habría resuelto la contradicción existente entre las difíciles relaciones de Cuba con la UE y los fluidos vínculos comerciales bilaterales de la isla con los 15 países que integran el bloque europeo.
Al margen de diferencias políticas, 35 por ciento del intercambio comercial de Cuba se realiza con naciones de la UE, de donde proceden alrededor de la mitad de los turistas que llegan a la isla.
Los países del bloque europeo son además responsables de 52 por ciento de la inversión extranjera en Cuba.
La inclusión en el esquema ACP-UE habría facilitado el acceso cubano a recursos europeos para proyectos de desarrollo, además de potenciar su intercambio comercial con el bloque europeo y con países africanos, caribeños y del Pacífico.
En la actualidad, un cuarto del comercio exterior cubano se realiza con países caribeños, y Cuba es miembro pleno de la Asociación de Estados del Caribe, junto con las naciones de la Comunidad del Caribe, con las del Grupo de los Tres, el cual incluye a Colombia, México y Venezuela, y con Surinam. (FIN/IPS/pg/mp/if ip/00