COLOMBIA: Libertad de prensa sigue bajo fuego

En la víspera del Día Mundial de la Libertad de Prensa se recuerda en Colombia que 16 periodistas fueron asesinados desde 1998 y que 30 se exiliaron tras ser amenazados por la guerrilla de izquierda, por paramilitares de derecha, por delincuentes o por el poder político.

El último periodista que tomó el camino del exilio fue el jefe de redacción del diario El Tiempo, Francisco Santos, quien salió del país el 11 de marzo amenazado por presuntos miembros del frente 22 de las insurgentes las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Santos denunció la existencia de un plan para asesinarlo por la labor que realizaba desde 1991 en defensa de víctimas de secuestro por parte de los grupos armados, que cada año afecta a unas 2.000 personas.

"Desde que tuve la certeza de que mi vida corría peligro me he desvelado pensando si lo consecuente con mi lucha es dejarme matar o luchar por sobrevivir", escribió el periodista en su última columna publicada el 12 de marzo en El Tiempo.

Santos profundizó sus denuncias luego de ser liberado por un grupo de narcotraficantes que lo mantuvo secuestrado por 263 días en 1990, como forma de presionar al parlamento para que no aprobara una ley de extradición de ciudadanos colombianos requeridos por tribunales extranjeros.

Sólo en 1999, las autoridades colombianas recibieron denuncias de amenazas contra 34 periodistas, 18 de los cuales tuvieron que exiliarse.

A pesar de que esta cifra es de por sí alta, se estima que al menos 30 periodistas "han abandonado el país en los dos últimos años por temor a ser víctimas de atentados", señaló Ignacio Gómez coordinador de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLP).

Los propios comunicadores afirman que la mayoría de los amenazados, que sobrepasan los 200, se abstiene de denunciar su situación ante las autoridades debido a que esas presiones se han vuelto una práctica cotidiana.

Gómez dijo a IPS que una de las razones por las que los periodistas son amenazados es porque los grupos armados consideran que las balas "son el método más eficaz de censura"

La FLP dice que la comunidad internacional es consciente de que la libertad de expresión en Colombia "afronta una grave crisis".

La fundación recuerda que "en los últimos cinco años Colombia ha sido el país en el que más periodistas fueron asesinados".

Por su parte, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) informó del asesinato de más de 200 periodistas en el último decenio en América Latina, 52 de los cuales ocurrieron en Colombia, considerado el país más peligroso del hemisferio occidental para ejercer la profesión.

No obstante, esa cantidad de ataques a periodistas es relativizada por el hecho de que Colombia tiene uno de los índices más altos de violencia del mundo, con 28.000 asesinatos promedio por año.

El presidente de la Comisión Colombiana de Juristas, Gustavo Gallón, dijo a IPS que el problema de este país es que no hay ninguna persona que tenga garantizados sus derechos.

"A cualquiera lo pueden asesinar en la calle y no hay autoridad que lo prevenga ni que actúe para que haya justicia", afirmó.

"Es muy doloroso que periodistas que han trabajado por la paz y los derechos humanos sean asesinados o tengan que abandonar el país por las amenazas de que son objeto por parte de los grupos armados o la delincuencia", agregó.

En los últimos seis meses, siete periodistas fueron asesinados y otros 15 secuestrados en Colombia, señala un informe presentado ante delegados de la SIP reunidos en marzo en Cancún, México.

Uno de los asesinados fue Jaime Garzón, de la radioemisora Radionet, quien fue atacado por presuntos paramilitares en agosto de 1999.

Tras el asesinato de Garzón, reconocido por su manejo del humor y sus críticas a la clase política, la Fiscalía creó una unidad especial para investigar los crímenes contra comunicadores sociales.

El informe elaborado por este grupo de fiscales luego de tres meses de investigación indica que los periodistas del interior del país son los que más reciben amenazas, y que 80 por ciento de los asesinatos están directamente ligados con el ejercicio de la profesión.

Los fiscales, que investigan en la actualidad 16 asesinatos a periodistas ocurridas entre 1993 y 1999, han detenidos hasta ahora a ocho personas, entre las cuales se cuentan presuntos asesinos a sueldo, un alcalde municipal y varios miembros de una unidad de inteligencia de las fuerzas armadas.

Lo preocupante es que, por temor a los asesinatos y presiones, los periodistas colombianos corren el riesgo de autocensurarse, en detrimento del ejercicio de la libertad de prensa y la defensa de la democracia, señala un documento de la SIP. (FIN/IPS/yf/dm/hd/00

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