(Arte y Cultura) MUSICA-VIETNAM: Cantantes deben conocer principios comunistas

Todos los cantantes, músicos y bailarines de Vietnam que quieran actuar sobre un escenario deberán conseguir antes de fin de mes un permiso que certifique su talento y su fidelidad al comunismo, anunció el Ministerio de Cultura e Información.

Para obtener el permiso, los artistas deberán someterse a pruebas para verificar su talento vocal, conocimientos de teoría musical, normas morales y obediencia a los principios del Partido Comunista.

Quienes pasen el examen podrán actuar durante cinco años. Aquellos que reprueben recibirán una habilitación provisoria por seis meses.

Todos tendrán prohibido cambiar las letras de las canciones y estarán obligados a actuar gratuitamente en áreas montañosas o remotas, de lo contrario, sus permisos serán revocados.

La polémica medida está destinada a poner orden en la industria musical. Según los críticos, el caos en la organización de conciertos provocó el descenso de la calidad y la indignación de los espectadores que pagaron sus entradas.

La imposición de permisos se produjo mientras los dirigentes culturales vietnamitas acusan a la música popular de apartarse del rol patriótico que el Partido Comunista asignó al arte.

A mediados de los años 80 sólo se podían tocar en público canciones que alabaran al líder, el ejército y los trabajadores. La música tradicional, melancólica por naturaleza, y las canciones de amor que proliferaron antes del final de la Guerra de Vietnam (1962-1975) fueron consideradas inadecuadas.

Las restricciones se suavizaron con la apertura de la economía. Un torrente inicial de "música amarilla", cantada por vietnamitas en el exterior, dió lugar a la aparición de talentos locales. Sin embargo, no todos lograron el consentimiento oficial.

"La mayoría de las canciones populares son malas y no reflejan la cultura vietnamita, mientras algunos vocalistas no proyectan un alto sentido moral", dijo el profesor To Vu en el periódico Mujeres de Ciudad Ho Chi Minh.

"Muchos cantantes incluso hacen mímica en escena y causan la ira de los espectadores. Además, se niegan a actuar en zonas inundadas o remotas", agregó Le Nam, jefe de la oficina de grabaciones y actuaciones musicales del Departamento de Arte, en el diario Juventud.

Las reacciones de los cantantes a la decisión no se hicieron esperar. "Es ridículo obligar a cantantes veteranos a someterse a un examen para lograr un permiso de trabajo", dijo la diva del pop Phuong Thanh.

"Esa decisión es irracional porque la mayoría de los cantantes no recibieron formación oficial", apuntó el artista Thuy Tien. "Dudo que esos permisos resulten eficaces".

Incluso el diario La Ley, que pertenece al Ministerio de Justicia, criticó la iniciativa y afirmó que la aceptación del público es el único certificado válido para un artista.

Sin embargo, otros artistas fueron más conciliadores. La cantante Hong Nhung dijo a IPS que se sometió al examen y le resultó fácil. "No me importa la administración. Quiero poner todo mi esfuerzo y creatividad para satisfacer a mi audiencia".

Pero pocos cantantes se muestran dispuestos a que el gobierno controle su profesión. Al mismo tiempo, la mayoría concuerda que el escenario nacional pasa por un mal momento.

Los artistas son acusados de egocentrismo, y los empresarios de conducta inescrupulosas.

Otros apuntan el dedo contra el departamento de cultura e información, afirmando que muchas veces el porcentaje que recibe de las entradas de los conciertos tiene prioridad sobre la calidad de las ejecuciones.

El vasto mercado pirata de los discos compactos (CD) no ayuda a promover el profesionalismo en la industria. "A veces hago un nuevo álbum y aparecen copias en las calles incluso antes de que sea lanzado", se quejó el cantante Thu Phuong.

El tráfico ilegal significa que, al revés de la mayoría de otros países donde las estrellas ganan la mayor parte de su dinero con las ventas de CD, en Vietnam los cantantes se apoyan sobre todo en sus actuaciones en vivo para recibir ingresos.

Excepto en el caso de las grandes estrellas que pueden exigir abultadas sumas por sus apariciones, lo común es tocar en dos o tres lugares por noche para sobrevivir.

De esta manera, las actuaciones inevitablemente se resienten y el público a menudo es obligado a esperar mientras los cantantes recobran el aliento de su recital anterior.

La industria pirata también dañó las posibilidades de los intérpretes de firmar contratos con marcas discográficas internacionales y entrar en el mercado mundial de la música.

El año pasado, cuatro músicos, incluyendo los cantantes Quoc Trung y Thanh Lam, se convirtieron en los primeros artistas vietnamitas en firmar un contrato de derechos de autor con Polygram Records.

Los vietnamitas tenían que colaborar con un conjunto danés en un proyecto titulado "Recital Asiático" que les daría reconocimiento internacional además de jugosas regalías.

Pero sus esperanzas desaparecieron cuando la Asociación Danesa de Derechos de Autor rechazó el contrato porque Vietnam aún no firmó el Acuerdo Internacional sobre Derechos de Autor. Polygram, además, se negó a distribuir el CD en Vietnam por temor a la duplicación ilícita. (FIN/IPS/tra-en/nnp/ral/ego/aq/cr/00

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