El gobierno de Zimbabwe disolvió el Parlamento hoy en anticipación de las elecciones legislativas y en un contexto de creciente tensión política, aunque aún no se fijó la fecha para los comicios.
"Esperamos que la campaña política sea pacífica, pero si mis partidarios son atacados por la oposición, tienen instrucciones de devolver el golpe y devolverlo con fuerza", dijo a IPS un legislador del gobernante partido ZANU-PF.
Hasta el momento, la tensión política provocó tres muertos y decenas de heridos. Los enfrentamientos entre partidarios del ZANU- PF, veteranos de la guerra de liberación del país en los años 70 y de legisladores del partido opositor Movimiento por el Cambio Democrático también causaron miles de dólares en daños materiales.
La semana pasada, 100 legisladores aprobaron una ley que permite al gobierno ocupar tierras sin pagar indemnización a sus propietarios.
Cerca de 1.000 granjas pertenecientes en su gran mayoría a terratenientes blancos fueron invadidas por negros sin tierras y por veteranos de la guerra de independencia desde febrero. Algunos de los granjeros fueron atacados por los invasores con la aprobación del presidente Robert Mugabe.
Un juez de la Corte Suprema se reservó su decisión en un caso en que los granjeros comerciales pretenden que se respete un fallo anterior que ordenó a la policía a desalojar a los invasores.
Pero en una de las declaraciones que se consideran exacerban la tensión política, Mugabe dijo a miles de sus partidarios que "no hay policías que vayan allí. Hemos dicho que no. Si los (granjeros blancos) británicos tienen su propia policía, deben enviarla allí. La nuestra no irá", advirtió.
Mugabe se refería a la ley aprobada la semana pasada que impone a Gran Bretaña, la antigua potencia colonial de Zimbabwe, el pago de indemnización por tierras agrícolas adquiridas por la fuerza con fines de colonización.
Si Londres se niega a pagar la indemnización, entonces Zimbabwe no tendrá obligación de pagar por las tierras requisadas por el gobierno para entregarlas a negros sin tierras, según la ley.
Pero Gran Bretaña anunció que no acatará la nueva ley.
Inicialmente prevista para abril, Mugabe trasladó la fecha de las elecciones a mayo entre las acusaciones de los partidos de oposición de que lo hacía para ganar tiempo y recuperar apoyo popular para su partido, en el poder desde la independencia en 1980.
Aunque el período de Mugabe en la presidencia no cesa hasta el 2002, su partido se enfrenta a un gran rival en el Movimiento por el Cambio Democrático, que tiene apoyo de los sindicatos y es dirigido por el sindicalista Morgan Tsvangirai.
La Constitución señala que las elecciones se deben celebrar en un plazo de cuatro meses tras la fecha en que concluye el período legislativo de cinco años y el presidente debe anunciar la fecha de los comicios al menos con cinco semanas de anticipación.
Pero no queda claro si los comicios se celebrarán en mayo, ya que una comisión encargada de delimitar las circunscripciones electorales asegura que necesita al menos tres meses para hacer su labor.
El presidente de la comisión, el juez de la Corte Suprema Wilson Sandura, dijo a la televisión estatal que el organismo aún no comenzó el proceso de delimitación.
Según el sistema presidencial de este país, el partido de gobierno puede perder todas las bancas en el Parlamento y aún así Mugabe pertenecer como presidente hasta la nueva elección presidencial dentro de dos años.
La situación puede cambiar si Mugabe renuncia o si su partido pierde en gran medida. En ese caso, el presidente podría solicitar comicios presidenciales de inmediato.
El partido dominante en el Parlamento puede aprobar un voto de censura contra el presidente, pero su aplicación en la práctica está en duda. Sin embargo, y según la Constitución, Mugabe puede disolver el legislativo si éste intenta destituirlo.
"Pero moralmente, Mugabe debería renunciar si su partido pierde. No hay nada raro en este sistema, que está en uso en países como Estados Unidos", dijo el abogado Lovemore Madhuku.
De los 150 integrantes del Parlamento, de los cuales 120 son elegidos y 30 designados por Mugabe, sólo tres no pertenecen al ZANU-PF. Por eso el partido gobernante sólo necesita ganar 46 bancas para retener el control.(FIN/IPS/tra-en/lm/sm/aq/ip/00