MEXICO: Centenario acto de fe revivió el Vía Crucis de Jesucristo

Llanto, dolor y plegarias de más de dos millones de personas congregadas se repitieron hoy, como hace 157 años, al revivirse la crucifixión de Jesucristo en el cerro de la Estrella de la capital de México.

Más de 4.000 actores -vecinos del barrio de Iztapalapa- participaron en la más antigua representación capitalina de la pasión y muerte de Jesucristo, a cargo por segundo año consecutivo de Gerardo Granados, un auxiliar de contador de 23 años.

La Virgen María -Elsa Nayeli Luna- y anónimos nazarenos y romanos cumplieron la centenaria tradición de reproducir los últimos pasajes de la Semana Santa en el área más poblada de la ciudad de México.

En total, hay unas 200 réplicas del Vía Crucis en todo el país, y decenas en templos católicos y plazas de la capital, cada una con el sello particular de la región.

Recreando ambientes de luto y recogimiento en zonas rurales o en un marco de realismo y teatralidad, como en el caso de Iztapalapa, el rito fue repetido por primera vez en este siglo.

En medio de más de mil vendedores ambulantes y otros tantos policías, unos 150.000 católicos de ambos sexos y todas las edades acudieron este jueves a la procesión cristiana en Iztapalapa, que culminó con la última cena en el jardín Cuitláhuac local.

Jesucristo caminó al frente de una multitud que se afanó por ver al nazareno mexicano de cerca, soportando una temperatura cercana a 30 grados. Por la noche, cenó con sus 12 apóstoles.

Después de haber sido condenado a morir en la cruz, caminó este viernes más de tres kilómetros hasta el sitio donde fue representada su crucifixión con una cruz de 90 kilogramos sobre sus espaldas.

Miles de nazarenos con túnicas azules, moradas y blancas, y romanos, muchos de ellos a caballo, colaboraron en trasladar la antigua Jerusalén a la ciudad de México, que ahora luce con escasa contaminación y sin caos vial debido al largo feriado de Semana Santa.

La réplica de la pasión de Cristo de Iztapalapa, a 14 kilómetros del centro de la capital, es la más importante por su antigüedad y por el número de visitantes que acuden cada año.

El origen de la reproducción de la pasión de Jesucristo en Iztapalapa se remonta a 1843, cuando una epidemia de cólera causó la muerte de gran parte de la población de ese barrio, convertido en símbolo de religiosidad de la capital mexicana.

La representación de Cuajimalpa, otra de las 16 demarcaciones en que se divide la ciudad de México, es la segunda en importancia, con 110 años de historia y a la que acuden unos 300.000 católicos.

Otros miles de fervorosos mexicanos mantienen la misma tradición en Iztacalco y Coyoacán, desde hace 80 y 50 años, respectivamente.

La Conferencia del Episcopado Mexicano considera que la escenificación del Vía Crucis, con actos de autoflagelación y crudas escenas de dolientes espectadores, son ajenas a la enseñanza del catolicismo.

Otras procesiones, verbenas populares, misas y representaciones teatrales con actores profesionales se llevarán a cabo entre sábado y domingo, cuando los habitantes de la capital mexicana sean convocados a la "quema" del Judas.

Diez Judas gigantes, algunos con su tradicional figura, y otros personificando a ex políticos o personajes como la cantante pop mexicana Gloria Trevi, encarcelada en Brasil desde febrero pasado, serán blanco de burlas en el Zócalo, la principal plaza de la capital.

En las dos fechas más importantes de la pasión y muerte de Jesucristo, la operación policial "Liturgia 2000" en la ciudad de México reportaba un saldo blanco, sólo con algunos detenidos por violar la ley seca que rige en estas fechas. (FIN/IPS/pf/ag/cr/00

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