Tommy, de 17 años, tiene el cabello rojizo y usa pantalones anchos, razón por la cual su profesor de secundaria le dijo que era un pez fuera del agua en una escuela secundaria regular de Japón.
Su madre filipina, Elizabeth, cree que otra dificultad para la adaptación de su hijo fue la pobreza de su lenguaje.
"Mi esposo japonés trabaja todo el día y no pudo enseñarle el idioma a Tommy, ni siquiera cuando estaba en la escuela elemental, de manera que desde un principio nos miraron como un caso perdido en el sistema escolar", lamentó.
Sin embargo, no todo está perdido para Tommy y muchos otros niños y adolescentes que no parecen encajar en las instituciones tradicionales de enseñanza.
Gracias a las escuelas alternativas, un creciente número de desertores del sistema educativo regular pueden continuar con su educación.
"Los exámenes son la base para juzgar la inteligencia de un niño. Los chicos que no rinden son ignorados por sus maestros", dijo Elizabeth.
Tommy está inscripto ahora en una "escuela libre" que brinda un ambiente de aprendizaje más liberal, pero al mismo tiempo sigue un programa de estudios aprobado por las autoridades.
Además, luego de finalizar sus cursos, puede solicitar la admisión en una universidad japonesa, un hecho que representa un cambio notable en el sistema educativo japonés, destacaron expertos.
"Hace 20 años, un chico como Tommy habría tenido que desistir de la educación secundaria o haberse adaptado a la escuela pública estudiando más que los demás. Hoy, los niños japoneses tienen una opción y eso es una buena reforma", opinó Naohiro Higuchi, un experto en programas educativos de la Universidad Rissho.
El año pasado se inauguró la Asociación Japonesa de Escuelas Libres, una organización creada para cooordinar la creciente cantidad de "escuelas libres", llamadas así por sus métodos más flexibles. Ya hay 240 establecimientos registrados en ese grupo.
El Ministerio de Educación, que ahora reconoce esos centros de enseñanza, dijo que 128.000 niños de tres a 15 años están ya inscriptos en sistemas escolares alternativos. Tras una intensa presión, el gobierno permitió hace seis años que sus graduados rindieran exámenes de admisión a universidades.
Las escuelas libres son llamadas comúnmente "refugios" por los educadores, los niños y sus padres, porque sus instituciones brindan mayor cuidado que las escuelas públicas.
Estadísticas oficiales muestran que, en 1998, los niños de primaria y secundaria que faltaron a clases por 30 días consecutivos sumaron la cantidad récord de 127.692, o 21,1 por ciento más que el año anterior.
Los funcionarios dijeron que las razones más comunes de la deserción fueron las faltas sin motivo y la incapacidad de los estudiantes para enfrentar las exigencias del programa y la estructura convencional de las clases.
Más recientemente, citaron otro motivo: el aburrimiento que, según los expertos, puede ser el resultado que los chicos tengan que digerir demasiada información.
"El problema de las rabonas es agudo. Esos chicos representan el lado oscuro del sistema japonés de educación, que ignora a los débiles", observó Michifumi Takasaki, titular de Takasaki Gakuen, un colegio establecido en 1973.
Takasaki contó que su escuela comenzó con tres alumnos y creció rápidamente durante la década pasada hasta alcanzar 50 estudiantes, casi todos ex desertores de las escuelas regulares que buscaron escapar del aburrimiento.
"Hallaron refugio en esta escuela porque los maestros disponen de tiempo para hablar con ellos y ser sus amigos. Las escuelas japonesas solo obligan a los chicos a estudiar e ignoran su desarrollo", afirmó.
Takasaki indicó que casi todos los ex alumnos de su instituto fueron luego a establecimientos regulares de alta enseñanza. "Tratamos de aumentar su confianza marchando despacio en materias como matemática e idioma japonés, y les damos mucho tiempo en otras disciplinas como arte, por ejemplo", dijo.
Otra escuela que se autodenomina Planeta de los Sueños, abrió sus puertas en abril del año pasado en Okinawa. Su fundador, Shirai Tomoko, un graduado en leyes de la Universidad de Tokio, describió su programa como "uno que alienta a los chicos a descubrir quiénes son".
Tokio Shure, establecida en 1985 y que ahora cuenta con 200 alumnos, no ofrece el programa convencional sino materias como danza, lenguaje de los signos, y clases en las cuales escuchan a los docentes hablar de sus vidas.
Keiko Okuzaki, vocera de la escuela, dijo que los maestros no siguen el sistema regular de grados. Por el contrario, se preocupan más por ayudar a los estudiantes a relajarse y aprender a sonreir más frecuentemente.
La amplia aceptación de las escuelas alternativas motivó la creación de un nuevo tipo: institutos secundarios que ofrecen clases sobre Internet, muchos de los cuales han aparecido recientemente.
Mark Learning Inc. es una escuela secundaria que permite graduarse a sus alumnos estudiando a través de Internet. La escuela está afiliada a la Washington High School de Estados Unidos.
La escuela cuenta con 20 nuevos inscriptos con edades entre 16 y 35 años. Takeshi Yanagisawa, uno de los profesores, dijo que las materias son elegidas por los estudiantes que tambien deciden su propio horario de aprendizaje.
"Esperamos nutrirlos con valores individualistas, lejos de la mentalidad grupal japonesa", dijo.
Otra escuela que se acaba de inaugurar es Eikoh Web Internacional. Está afiliada a Seminario Eikoh, un establecimiento prestigioso que tutela alumnos de escuelas regulares que se preparan para el examen de ingreso a las universidades.
"Una escuela alternativa sigue una filosofía muy distinta, pero creemos que el concepto de aprendizaje individualizado serß muy importante en el futuro", dijo Yasuo Yanagimachi, vocero de Eikoh Web. (FIN/IPS/tra-eng/ap/sk/ral/ego-mlm/ed/00