COREA DEL SUR: Cumbre con el Norte conquista voto de indecisos

El anuncio esta semana de la cumbre histórica entre los presidentes de Corea del Sur y Corea del Norte, del 12 al 14 de junio próximo, significó una alegría para los surcoreanos que desean reencontrarse con sus familiares del norte y un golpe para el opositor Gran Partido Nacional (GPN).

"Para mí, qué podría ser mejor que algo que pueda lograr la reunificación entre las dos Coreas", expresó Yo Suk-Chang, de 74 años.

Yo dejó atrás a su esposa, su hija y su hermano menor cuando cruzó hacia el sur durante la guerra de Corea (1950-1953). El y otros millones de surcoreanos con parientes en el norte recibieron con optimismo la noticia de la reunión entre los líderes de la dividida península de Asia oriental.

Pero el anuncio de la cumbre entre el presidente surcoreano Kim Dae-Jung y su homólogo norcoreano Kim Jung-Il, de 75 y 58 años respectivamente, no fue tan bien apreciado por el GNP.

El partido opositor deploró el momento del anuncio, el lunes, y acusó a Kim de usarlo para aumentar las posibilidades electorales de su Partido Democrático del Milenio (PDM) en los comicios parlamentarios de este jueves.

Las últimas encuestas indicaban que el GPN superaba al partido de gobierno por un escaso margen. Ambos partidos intentan ganarse el voto de los 30 a 40 por ciento de indecisos dentro de los 33,5 millones de votantes habilitados.

El anuncio de la cumbre probablemente favorecerá al PDM y en particular le servirá para conquistar el apoyo de unos 7,6 millones de surcoreanos que tienen familiares en Corea del Norte, dijeron observadores.

Muchos de esos surcoreanos viven en Seúl y en la provincia de Kyonggi, que representan 48 por ciento de los 227 distritos electorales.

El líder del GPN, Lee Hoi-chang, quien habría aprobado la cumbre si no fuera por sus implicaciones electorales, realiza ahora una campaña en contra de la reunión.

Lee intenta convencer a los ciudadanos de que la cumbre podría provocar el retiro de los 37.000 soldados estadounidenses estacionados en Corea del Sur o una masiva ayuda económica al Norte a expensas de los surcoreanos.

Los comicios de este jueves se consideran un referéndum sobre los 26 meses de gobierno del presidente Kim, quien impulsó dolorosas reformas que pueden haberle costado su popularidad.

"Nosotros aprobamos la cumbre en sí, pero no el momento de su anuncio, solo tres días antes de las elecciones", declaró el portavoz de la Alianza para las Elecciones Generales del 2000, una coalición de 450 grupos cívicos que realiza una campaña contra los candidatos que considera "incompetentes".

Una encuesta de la empresa Research & Research reveló el lunes que 91 por ciento de los ciudadanos aprueban la cumbre y 62 por ciento piensan que podría iniciar el camino hacia la reunificación de ambas naciones separadas por una rivalidad ideológica.

Ambas Coreas aún están técnicamente en conflicto porque no hubo un acuerdo de paz tras la guerra. En 1994, el fundador de Corea del Norte, Kim Il Sung -padre de Kim Jong-Il- y el entonces presidente surcoreano Kim Young-Sam iban a reunirse, pero aquél falleció un mes antes de la fecha fijada.

La llamada política "luz de sol" de Kim Dae Jung, tendente a comprometer a Pyongyang de manera constructiva, rompió el hielo entre ambos gobiernos y redujo la desconfianza mutua.

Pese a la iniciativa de paz de Seúl, Corea del Norte prefirió tratar con Estados Unidos y Japón. Y aunque hubo negociaciones secretas entre funcionarios surcoreanos y norcoreanos, aquéllos se sorprendieron de que Kim Jong Il aceptara tan pronto la cumbre.

Pyongyang debe haberse dado cuenta de que solo su vecino del sur puede ayudarle a salir de su aislamiento y sus problemas financieros, aventuraron observadores surcoreanos.

El cambio de actitud también pudo deberse a la confianza adquirida por Kim Jong Il debido a las señales de recuperación de la economía, especulan otros analistas.

El año pasado, la producción de granos de Corea del Norte aumentó 40 por ciento, aunque el ingreso por habitante fue de apenas 573 dólares, frente a 6.823 dólares en Corea del Sur.

Además, señaló un observador, Pyongyang debe haberse convencido de que debe dialogar con Seúl mientras el presidente Kim Dae-Jung esté en el gobierno, al que considera el socio más progresista y generoso que puedan llegar a tener.

Así, el Norte impulsa a Kim Dae-Jung en estas elecciones porque, si el PDM deja de ser el partido número uno, "el presidente podría abandonar su política de compromiso", opinó Kim Yyong-Won, director del Instituto de Ciencias Sociales. (FIN/IPS/tra-en/amy/ral/mlm/ip/00

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