Cartago es una ciudad olvidada por el sol y los políticos de Costa Rica, pero no por las letras, gracias a sus habitantes y autoridades municipales.
El nublado y lluvioso municipio ubicado a 22 kilómetros al este de San José se ha convertido en un ejemplo cultural para sus pares de América Central, al llevar adelante un modelo literario único en la región, como es manejar su propia editorial.
La Editorial Cultural Cartaginesa (Ecuc), con personal voluntario, financiada por donaciones y dirigido por un cuerpo de notables de la ciudad, ha logrado transformarse en el principal proyecto de información y difusión de la historia y la literatura local.
"En este mundo globalizado a veces sabemos más de la guerra de Chechenia y de los problemas de Cuba que de lo que está pasando en nuestras comunidades", comentó a IPS Eduardo Castillo, encargado de información y mercadeo de la municipalidad de Cartago.
Por esta razón es que el ayuntamiento se ha convertido en un librero sin fines de lucro y un promotor de las letras para incentivar la realización de investigaciones que, aunque desde el punto de vista del mercado no son comerciales, retribuyan un aporte a la identidad municipal.
La idea es explorar en las raíces propias y difundirlas, pues cuanto más se conozca un pueblo a sí mismo más solidarias son las personas entre sí, añadió Castillo.
Por su historia, Cartago es la segunda ciudad en importancia de Costa Rica, pues precedió a San José en la condición de capital de este país.
El cambio fue el resultado de la guerra civil librada en 1823 entre la aristocracia tradicional costarricense asentada en Cartago contra la nueva burguesía de San José, que se enriquecía con el floreciente comercio del café.
Cartago y su provincia desde entonces y hasta hoy han dejado de ser prioridad para los políticos. Esta situación llevó a que en los últimos meses los agricultores de la zona demanden al gobierno un plan de desarrollo.
"Cartago es una ciudad de íconos del pasado y eso no lo podemos perder", explicó Castillo, quien señaló que por eso la editorial se ha centrado en darle un importante impulso sobre todo a dos áreas: el rescate histórico y la creación literaria actual.
Carmen Naranjo, Alfonso Chase y Uriel Quesada son nombres de tres generaciones que representan a lo más selecto de las últimas camadas de autores de Costa Rica. Los tres son de Cartago y los tres han publicado en la Ecuc.
"Además de los escritores consolidados le abrimos camino a los nuevos historiadores, poetas y prosistas cartagineses", indicó a IPS el director ejecutivo ad honorem de la editorial, Oscar Castillo.
En 10 años de existencia esta organización no lucrativa ha publicado más de una veintena de títulos, cuyo contenido y presentación nada tienen que envidiar a los de una de las grandes editoriales establecidas en el país.
Según la Cámara Costarricense del Libro, que nuclea a la industria privada editorial, este proyecto municipal de información y difusión de las letras del ayuntamiento de Cartago es único en América Central.
"Lo que queremos es dar a conocer nuestra experiencia, que los otros municipios del país y de fuera de nuestras fronteras sepan que esto es algo que se puede hacer y que es muy beneficioso en estos tiempos en que algunos quieren uniformar a la cultura", señaló el director ejecutivo de la editorial.
Para escoger las obras que se van a publicar, los miembros del grupo de notables de Ecuc, llamado Consejo Editorial, encargan a lectores especializados la lectura y la calificación de las obras originales que concursan para pasar por la imprenta.
Los aspectos logísticos de la Editorial Cultural Cartaginesa son cubiertos por los funcionarios de la municipalidad, cuyo edificio también sirve para las reuniones y trabajos de administración.
El ayuntamiento realiza un acto oficial en el salón principal del palacio municipal cada vez que se hace la presentación de un libro, en el que participa el autor, las autoridades locales y el público en general (FIN/IPS/nms/dm/cr/00