/BOLETIN-AMBIENTE/ ASIA: Escasez de agua provoca "tragedia humana"

La continua reducción de la cantidad y la calidad del agua de consumo en los países en desarrollo de Asia constituye una "gran tragedia humana" para la región, advirtió el Banco Asiático de Desarrollo.

El problema del agua agrava la pobreza, disminuye la calidad de vida y promueve los conflictos políticos, destacó el Banco en su informe anual de 1999, lanzado el miércoles a tiempo para su reunión anual, que se realizará del 6 al 8 de mayo en Tailandia.

Unos 830 millones de personas carecen de acceso a agua de consumo segura en los países pobres de Asia, y más de 2.000 millones no tienen saneamiento, sostiene el informe.

"Esta es una gran tragedia humana. La provisión de estos servicios a todas las personas debería ser una prioridad de todos los gobiernos", exhorta el documento, y subraya que la falta de acceso a agua de consumo segura es "más grave en Asia" que en otras regiones.

El Banco, que trabaja este año en políticas sobre agua, sugirió que Asia puede aliviar significativamente su problema mediante el lanzamiento de una "revolución azul".

"La esperanza radica en hacer por la productividad del agua lo que la revolución verde hizo por la productividad de la tierra. Esta 'revolución azul', como la llamaron científicos y planificadores, aumentaría notablemente la eficacia del uso del agua dulce, en particular en la agricultura", explica el informe.

La crisis del agua se ha cobrado un alto precio en Asia, donde viven dos tercios de los pobres del mundo. Solo Asia meridional tiene más de 500 millones de pobres, "casi el doble que en toda Africa", destacó el presidente del Banco, Tadao Chino.

La escasez y el uso insustentable de agua dulce ya se aprecia en Asia central y meridional. La gran demanda exige que el uso sea más eficiente, en especial por la gran cantidad de agua utilizada para fines agrícolas.

Sin embargo, Asia tiene "la menor disponibilidad de agua dulce por habitante" de todos los continentes. Dicha disponibilidad varía de 1.800 metros cúbicos por habitante al año en Pakistán hasta 200.000 metros cúbicos en Papúa-Nueva Guinea.

Se prevé que los recursos de agua dulce de China e India, que para el 2005 tendrán 1.500 millones y 1.400 millones de habitantes respectivamente, se reducirán a 1.800 y 1.500 metros cúbicos por habitante para ese año, según estadísticas.

La mayor necesidad de irrigación agrega presión a los recursos hídricos. El riego en la región Asia-Pacífico consume 80 por ciento del agua dulce, frente a 70 por ciento en el mundo.

Debido a la reducción de los suministros de agua dulce y el agravamiento de la contaminación, los países asiáticos tienden a explotar el agua subterránea para abastecer a sus congestionadas ciudades, en una tendencia que puede disminuir las capas freáticas y provocar salinización.

En Bangladesh, la extracción de agua subterránea representa 35 por ciento de la extracción total anual. En India, el porcentaje asciende a 32, en Pakistán a 30 y en China a 11.

La tierra se está hundiendo en megaciudades como Manila, Bangkok y Yakarta, donde los residentes utilizan agua subterránea.

"Las grandes ciudades de Asia no están equipadas para ofrecer a sus crecientes poblaciones los servicios de agua y saneamiento que requieren", concluyó el Banco Asiático de Desarrollo, con sede en Manila.

La baja disponibilidad y calidad del agua urbana también está vinculada a enfermedades infecciosas como la diarrea. En Bangladesh, el uso de agua subterránea también provocó envenenamientos con arsénico.

Paradojalmente, los pobres terminan por pagar más a cambio de malos servicios, y las mujeres cargan con la responsabilidad de satisfacer la necesidad de agua de sus comunidades, señala el informe.

"Por ejemplo, los pobres en Manila pagan hasta 10 por ciento de los ingresos familiares por una magra cantidad de agua de mala calidad", observa.

Los conflictos internacionales por el agua también son cada vez más frecuentes. En este sentido, el tratado firmado en 1996 entre India y Bangladesh constituye un buen ejemplo de "enfoque racional hacia los recursos hídricos compartidos".

Más de 30 por ciento de los recursos de agua de Bangladesh, Camboya, Kazajistán, Pakistán, Tajikistán, Tailandia, Uzbekistán y Vietnam procede de ríos internacionales.

Mientras, cerca de 65 por ciento de los recursos hídricos de Bangladesh, Camboya, Uzbekistán y Vietnam depende de fuentes externas.

En resumen, el agua ya no es el recurso ilimitado que antes se pensaba, y no se trata apenas de una cuestión ambiental o social, sino también política y económica.

"Más allá de las necesidades básicas de bienestar humano y renovación ambiental, la escasez de agua es un problema económico", afirmó el Banco.

La mejora de la eficiencia del uso del agua es posible, sostuvo la institución. En Japón, el uso de agua para fines industriales cayó 25 por ciento desde los años 70, aunque la producción industrial aumentó desde entonces.

"Es posible lograr un ahorro comparable en las naciones en desarrollo", aunque no hay suficientes incentivos para que los proveedores de servicios hídricos y agricultores mejoren la eficiencia de los sistemas de irrigación, señala el informe.

Una política más racional de las instituciones financieras y de desarrollo ayudaría a Asia, sugiere el documento.

En 1999, el Banco prestó 1.240 millones de dólares o casi un cuarto de todos sus créditos para operaciones relacionadas con el agua en la región, pero ésta precisará 70.000 millones de dólares al año para satisfacer las necesidades de agua y saneamiento en la próxima década.

Los créditos del Banco, que en noviembre aprobó una nueva estrategia contra la pobreza, cayeron 16,9 por ciento entre 1998 y 1999. Cerca de 40 por ciento de los 66 préstamos otorgados el año pasado se concentraron en la reducción de la pobreza, subrayó la institución. (FIN/IPS/tra-en/js/ral/mlm/en-dv/00

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