El escritor angloindio Salman Rushdie volvió a India este mes, doce años después de que su país natal prohibiera la novela "Los Versos Satánicos" que provocó la ira de musulmanes fundamentalistas.
El exilio fue bastante largo como para que las celebraciones ahogaran las protestas, pero no lo suficiente para evitar el muro de seguridad en torno al escritor condenado a muerte por el extinto ayatolá Ruollah Jomeini, líder de la Revolución Islámica de Irán.
Rushdie asistió a la cena realizada en Nueva Delhi en ocasión del Premio para Escritores de la Comunidad Británica, cuyo principal galardón fue para la obra "Desgracia", del sudafricano J.M.Coetzee. "Mi verdadero premio es India", dijo Rushdie, a modo de consuelo.
Rushdie también hizo una concesión al puñado de manifestantes que protestaban en la calle contra su visita, agitando carteles, gritando "Salman Rushdie márchate" y quemando una efigie suya. "Yo también procedo de una familia india de origen musulmán", dijo.
"Estoy aquí para reanudar una amistad interrumpida", declaró el escritor, que vive en Londres, a la gran concurrencia de medios de comunicación nacionales e internacionales durante la función en que recibió el premio Eurasia por su última obra, "The Ground Beneath her Feet" (El Suelo Bajo sus Pies).
Durante su presencia, la policía antimotines prácticamente no tuvo nada que hacer y las protestas quedaron confinadas a la capital. La prolongada ausencia de Rushdie debilitó la animosidad contra un libro que muy pocos musulmanes se tomaron la molestia de leer.
Escritores, editores, cineastas y activistas sociales celebraron su llegada, y Rushdie respondió invitando a algunos de ellos a una sorpresiva reunión en la habitación de su hotel.
"Las protestas no representan la voz de la nación", dijo Shabnam Hashmi de "Sahmat", una organización cultural que realizó campañas a favor de Rushdie para conseguirle una visa y distribuyó su novela "The Moor's Last Sigh" (El Ultimo Suspiro del Moro"), cuando la aduana india no permitía su ingreso.
Es paradójico que el gobierno nacionalista y prohindú del Partido Bharatiya Janata (BJP), cuyo éxito político se basó en la exacerbación de sentimientos antimusulmanes, le concediera a Rushdie una visa por cinco años provocando las protestas de los fundamentalistas islámicos.
El imán (líder religioso) de una de las mezquitas más antiguas de la capital india fue intransigente. "Rushdie no puede ser tolerado de ninguna manera. No puede ser excusado".
Acompañado por su hijo de 20 años, Zafar, un ejecutivo en Londres, Rushdie disfrutó cada momento de su estadía recorriendo las calles de las ciudades de Jaipur, Agra, Shimla y Nueva Delhi.
El escritor aprovechó la oportunidad para mostrarle India a su hijo, que estuvo por última vez en el país cuando tenía tres años.
Padre e hijo fueron a su casa ancestral en Solan, cerca de Shimla, en el estado septentrional de Himachal Pradesh, que Rushdie logró ganar tras una prolongada batalla jurídica con el gobierno estatal.
"Mi padre me regaló esa casa cuando cumplí 21 años. Zafar tendrá pronto 21", explicó. No obstante, igual que el imán de la mezquita de Fatehpuri, quien recordó los "pecados" del escritor, Rushdie tampoco ha olvidado el dolor que le infligió su propia patria.
"Quedé anonadado cuando mi país fue el primero en prohibir 'Los versos Satánicos', incluso antes de que llegara aquí, declaró, refiriéndose a la decisión del primer ministro Rajiv Ghandi de prohibir el libro para apaciguar a algunos políticos musulmanes.
La prohibición india desató una reacción en cadena que incluyó la famosa sentencia de muerte de Jomeini y la ruptura de lazos diplomáticos entre varios gobiernos occidentales y Teherán. Pero la condena subsistió y por un tiempo pareció que no había lugar en la tierra para Rushdie.
"(El ex presidente sudafricano Nelson) Mandela salió en libertad, y miren lo que ocurrió conmigo", apuntó dolorido Rushdie.
La proscripción no fue la primera instancia de los problermas de Rushdie con una India independiente que comenzó a existir ocho semanas despues que él naciera. Según una broma de la familia, la llegada del futuro escritor al mundo aceleró la partida de los británicos.
Su novela "Midnight's Children" (Niños de Medianoche), una alegoría sobre la India moderna, fue virtualmente prohibida en este país por su actitud iconoclasta con respecto a Indira Ghandi, la primera ministra asesinada por fundamentalistas sij.
Pero una vez que retornó a la adulación de sus admiradores en India, Rushdie supo adonde quería ir. "Quiero volver aquí más a menudo", declaró.(FIN/IPS/tra-en/fk/rdr/ego/aq/cr/00