AMBIENTE: Defensores de bosques critican a FMI y Banco Mundial

Ambientalistas de todo el mundo llegaron esta semana a Washington para protestar contra lo que consideran el impacto negativo de las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y los proyectos del Banco Mundial sobre los bosques amenazados.

A los miles de manifestantes contra las instituciones financieras multilaterales y la globalización promovida por las grandes empresas se unieron ambientalistas procedentes de diversos puntos del planeta, que viajaron hasta Washington para crear conciencia sobre el estado de los bosques de sus países.

"Si queremos reducir la deforestación, debemos reducir la explotación de los bosques y transformar el enfoque empresarial de gran escala promovido por el Banco Mundial y el FMI en un enfoque comunitario de pequeña escala", instó Emmy Hafild, representante del Foro Ambiental de Indonesia (WALHI).

Indonesia fue presentada como un país modelo por el Banco Mundial y el FMI para reestructurar su economía para promover exportaciones. Según este modelo, ambas instituciones respaldaron proyectos de extracción de madera, plantaciones de caucho y aceite de palma en los años 60 y 70.

Esos proyectos provocaron un desastre en los bosques del archipiélago asiático, según Hafild.

En 1997, incendios forestales causados por la tala de terrenos para dar lugar a plantaciones ardieron sin control durante semanas y destruyeron millones de hectáreas de bosques, además de envolver a la región en una nube de humo.

Ese mismo año, la moneda nacional de Indonesia también se "incendió", tomando por sorpresa al Banco Mundial y al FMI, que poco después debió otorgar a Yakarta un préstamo de emergencia de 15.000 millones de dólares.

Pero a cambio del crédito, el Fondo le impuso medidas de ajuste estructural que limitaron el gasto doméstico y redujeron drásticamente la capacidad del gobierno de controlar el ambiente.

"El presupuesto ambiental nunca fue suficiente, pero cuando se lo redujo a la mitad, la explotación ilegal se generalizó en todo el territorio nacional", dijo Hafild a IPS.

Ronnie Siakor, coordinador de la Fundación Salven mi Futuro, de Liberia, explicó que llegó a Washington para protestar porque la Corporación Financiera Internacional (CFI, la filial de créditos privados del Banco Mundial) financia un proyecto perjudicial para los bosques tropicales de su país.

La CFI otorgó a la Compañía Agrícola de Liberia un crédito de 3,5 millones de dólares para modernizar su explotación de caucho, pero no hubo ningún estudio ambiental independiente sobre el impacto potencial del proyecto, según Siakor.

Aunque el proyecto generará empleos en un área de bajos ingresos, perjudicará el entorno biológico que contiene especies indígenas como el hipopótamo pigmeo, advirtió el activista.

Además, las aldeas y comunidades cercanas no fueron consultadas y podrían resultar afectadas, agregó.

"Los recursos naturales son el medio de vida de nuestras comunidades. No queremos que la CFI financie la explotación de nuestros bosques por la Compañía Agrícola de Liberia porque no sería en interés de las comunidades locales", declaró Siakor.

En 1991, grupos ambientalistas declararon la victoria cuando el Banco Mundial adoptó la política de no financiar proyectos que dañaran los bosques, pero en un informe autocrítico publicado en enero, el Banco admitió que no cumplió con su propia política.

Los activistas elogiaron el informe por señalar la liberalización comercial, la globalización y la corrupción como principales causas de la deforestación en muchos países, pero discreparon con las conclusiones.

Mientras el Banco señala la propia política como el problema, los ecologistas sostienen que el error radica en la falta de aplicación.

Para acompasar los dichos con los hechos, el Banco debería cambiar los incentivos al personal por la aprobación de proyectos de gran escala, señaló Korinna Horta, economista de Defensa Ambiental, un grupo de Washington.

El personal, agregó, "debería ser recompensado por proteger el ambiente y aliviar la pobreza. Desafortunadmaente, el año pasado la mayor parte de los créditos del Banco estuvieron dirigidos a ajustes estructurales, que promueven las mismas políticas que, según el informe, aceleran la deforestación".

Sin embargo, no se realizaron evaluaciones ambientales para este tipo de inversiones, lamentó Horta.

Este domingo, ambientalistas marcharán en Washington junto a sindicatos, organizaciones que piden el perdón de la deuda de los países más pobres y otros manifestantes en una gran Movilización para la Justicia Mundial, durante las reuniones semestrales del FMI y el Banco Mundial. (FIN/IPS/tra-en/dk/da/mlm/en/00

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe