Representantes de la oposición, ilegal en Cuba, confían ser recibidos por delegaciones que el mes próximo participarán en La Habana de la cumbre del Grupo de los 77, conformado por 133 países del Sur en desarrollo.
Más de medio centenar de jefes de Estado han confirmado, según fuentes oficiales, su asistencia a la cita, a la cual también se prevé que asistan en calidad de invitados representantes de más de 50 países no pertenecientes al G-77.
La conferencia será la primera que el bloque realiza a nivel de jefes de Estado y de gobierno desde su constitución oficial, en 1967, y el segundo de similar relevancia internacional que tiene a la capital cubana por escenario, luego de la IX Cumbre Iberomericana de noviembre pasado.
Un comunicado entregado a la prensa extranjera por la Mesa de Reflexión de la Oposición Moderada, compuesta por cinco grupos ilegales en Cuba, indica que la organización tiene una posición de respeto hacia la cumbre del G-77 y apoya las demandas de los países más pobres del planeta.
Al mismo tiempo, reitera su deseo de comunicarse "con cuantas personalidades tengan a bien recibirnos, para informarles sobre la situación de Derechos Humanos en Cuba" y "nuestra visión alternativa de la profunda crisis nacional".
La Mesa está integrada por el Partido Solidaridad Democrática, la Corriente Socialista Democrática Cubana, el Partido Liberal Democrático de Cuba, el Proyecto Demócrata Cubano y el Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos.
Entre sus principales objetivos figura la búsqueda de una "alternativa moderada para el cambio democrático" y el desarrollo de iniciativas conjuntas, aunque sus portavoces han aclarado que no constituyen una alianza y que su unidad se basa en la autonomía de cada uno de sus miembros.
En la IX Cumbre Iberoamericana, representantes de la oposición lograron conversar con los presidentes José María Aznar, de España, Julio María Sanguinetti, de Uruguay, y Jorge Sampaio, de Portugal, así como con algunos cancilleres latinoamericanos.
El gobierno de Fidel Castro consideró que estos contactos eran parte de un supuesto intento de sabotear la cumbre por parte de Estados Unidos, de los que responsabilizó a la secretaria de Estado (canciller) Madeleine Albright y a diplomáticos de la Oficina de Intereses de ese país en La Habana.
Un informe difundido por la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional afirmó esta semana que entre noviembre y febrero ocurrieron en la isla "el mayor número de acciones de represión política" de los últimos 10 años.
De acuerdo esa organización presidida por Elizardo Sánchez (recibido por varias delegaciones asistentes a la Cumbre Iberoamericana), en noviembre hubo 121 detenciones y 96 restricciones de movimiento, en tanto en diciembre se registraron 141 arrestos y un número similar de limitaciones de movimiento.
El documento aclara que 96 por ciento del total de los 352 detenidos en el cuatrimestre quedó en libertad sin cargo en "cuestión de horas o pocos días", lo que constituye "la mejor prueba de la inocencia de los centenares de ciudadanos afectados".
Organizadores de la cumbre han evitado identificar a los jefes de Estado o de gobierno que ya confirmaron su asistencia a la cita, aunque fuentes diplomáticas dan por descontado que la mayoría de las delegaciones del Caribe estarán encabezadas por sus mandatarios, así como también las procedentes de Africa.
Al respecto, el viceministro de Relaciones Exteriores, Jorge Bolaños, dijo en febrero que la reunión contará "con una representación adecuada" en el caso de América Latina, pero también omitió especificar nombres.
El G-77 debe su nombre a la primera reunión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) realizada en Ginebra en 1964, cuando 77 países del Sur reclamaron una participación más equitativa en el comercio mundial, dominado por los países industrializados.
La agenda de la cumbre incluye el análisis de las relaciones Norte-Sur, de la globalización de la economía mundial, de la cooperación Sur-Sur y de asuntos relativos a la tecnología.
Desde el punto de vista cubano, resulta "clave" la búsqueda de posiciones comunes alrededor del proceso de globalización en un mundo en que la brecha entre los países más pobres y los más ricos "es cada vez más amplia".
"La creciente tendencia de la globalización y liberalización ha resultado ser un reto para la mayoría de los países en vías de desarrollo, muchos de los cuales se han encontrado marginados de la economía mundial", señalaron fuentes de la comisión organizadora de la cita.
La reunión permitirá a los miembros del G-77 trazar líneas comunes con vistas a la Cumbre del Milenio, convocada por la Organización de las Naciones Unidas para septiembre, en la sede del foro en Nueva York. (FIN/IPS/pg/mj/ip hd/00