La defensa de los niños y niñas del Sur en desarrollo, cuya explotación sexual constituye el segundo negocio ilícito más importante del mundo, después del tráfico de armas, es prioridad del área de cooperación para el desarrollo de la cancillería de Italia.
Este país promueve el respeto de los derechos de los menores y la eliminación de la explotación del trabajo infantil, que afecta a 300 millones de niños, 160 millones de los cuales sufren la esclavitud.
Estadísticas internacionales señalan, además, que unos 100 millones de niños y niñas viven en la calle.
Paula Viero, experta en esta área en los proyectos de la cancillería italiana, dijo a IPS que una de las tareas es brindar apoyo a los niños y adolescentes que sufren todo tipo de violencia, dependencia y tortura física y psíquica.
Explicó que los crímenes de lesa humanidad contra los menores llega hasta la explotación en las formas más intolerables y la violación sistemática de sus derechos básicos por motivos económicos, comerciales, sexuales, étnicos, religiosos, políticos, culturales y filosóficos.
Italia decidió reforzar su presencia en los organismos multilaterales y en las instituciones internacionales que se ocupan de los menores y participar en forma sistemática en las conferencias mundiales sobre los temas sociales que se refieren a ellos.
La cooperación italiana lleva a cabo iniciativas multilaterales con agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para luchar contra el tráfico de menores de 18 años.
A través de programas que se desarrollan en la región europea de los Balcanes, América Latina, Africa y Asia se identifica de donde parte este tráfico, por donde pasa y donde finaliza, indicó Viero.
Otra nueva colaboración de Italia es con el Banco Mundial, que ha comenzado a desarrollar una actividad social por considerar que "no hay desarrollo en un país, sino hay desarrollo de las jóvenes generaciones".
Los proyectos del área de cooperación para el desarrollo de la cancillería italiana también están destinados a hacer frente a la criminalidad infantil, que en la mayoría de los casos es inducida por mayores.
"En muchos países no existe un código de justicia para menores, por lo cual los niños son encarcelados junto a las personas mayores", señaló la experta.
Italia colabora con el gobierno de Angola para elaborar una nueva legislación sobre la justicia de menores, puso como ejemplo.
Destacó también el importante papel que en este campo llevan a cabo las organizaciones no gubernamentales.
Viero señaló que el gran vuelco se produjo en 1998, cuando Italia reanudó su política de cooperación con el Sur en desarrollo, después de años de ausencia casi total.
El gobierno de centroizquierda de entonces, encabezado por Romano Prodi, actual presidente de la Comisión Europea, acordó otorgar unos 300 millones de dólares en donaciones, a los que luego se agregaron 450 millones de dólares que están a disposición del área de cooperación.
En ese momento, la cancillería decidió un "cambio importante" para sus intervenciones, aprobando la "línea guía de la cooperación italiana para asuntos de minoridad", que está en la base de todas las intervenciones italianas.
Este país comenzó a exigir a los países a los cuales otorga ayuda el respeto de la convención de la ONU sobre los derechos de los menores y de otras resoluciones y cartas del foro mundial que tengan que ver con sus derechos.
Estas pasan por la lucha contra todas las formas de discriminación, violencia y explotación, a la prevención y el combate contra hechos aberrantes, como la trata de menores, los ataques por razones étnicas, el comercio de órganos humanos y la utilización de niños en la guerra". (FIN/IPS/jp/dm/hd dv/00