Las ganancias siguen siendo la primera preocupación de los inversionistas en Japón, pero eso ya no basta para muchos de ellos que prefieren invertir su dinero en las compañías que respetan el ambiente.
Firmas administradoras de fondos señalan que cada vez más japoneses optan por las inversiones ecológicas, un instrumento financiero innovador que se introdujo por primera vez hace seis meses, pero ya se convirtió en un gran éxito.
Los fondos ecológicos o ecofondos se manejan con la idea de que las compañías incluidas los emplean y administran con plena conciencia ambiental.
Según la firma Nikko Securities, que lanzó aquí el primer ecofondo en agosto, la respuesta de los inversores fue mucho más optimista de lo esperado. En efecto, su objetivo fue obtener en las primeras dos semanas la modesta suma de 45 millones de dólares, pero finalizó con mas de 207,3 millones.
A fines de octubre, el fondo había alcanzado un total acumulado de 450 millones de dólares.
Los fondos ecológicos de Yasuda Fire and Marine Insurance Co., Dai-ichi Mutual Life Insurance Co. y UBS Fund Management de Japón, en asociación con el Banco Sumitomo, también tuvieron excelentes resultados.
Un mes después de que Yasuda lanzara sus ecofondos en septiembre, recolectó 180,2 millones de dólares, mientras UBS- Sumitomo y Dai-ichi Mutual, que empezaron con los ecofondos en octubre, obtuvieron un total combinado de 360,4 millones de dólares.
"No hay duda de que el nacimiento de los ecofondos es el resultado de una conciencia creciente entre consumidores que desean emplear su dinero en objetivos a largo plazo para mejorar el ambiente japonés", apuntó Hideaki Kotaka, de Nikko Securities.
"Los inversores ecológicos indican un cambio en la forma que los japoneses ven el futuro. Se transformaron en inversores maduros porque están listos para esperar resultados que no siempre se miden en ganancias de dinero", agregó.
Los operadores bursátiles señalaron que 99 por ciento de los inversores en ecofondos son personas y no compañías, y que la mayoría son mujeres.
Yoshinobu Kimura, un investigador de Buenos Banqueros, la única compañía japonesa especializada en evaluar el desempeño ecológico de las firmas, dijo que el requisito mínimo para que una compañía sea incluida en un fondo de este tipo incluye pasar una prueba a nivel gerencial, así como contar con el certificado ISO-14001 de normas ambientales internacionales.
Buenos Banqueros está vinculada con los fondos de Nikko Securities y UBS-Sumitomo y evalúa a las principales empresas listadas en los primeros y segundos índices del mercado bursátil de Tokio.
Sus siete miembros investigan y emplean gran cantidad de medidas de prueba para juzgar las políticas ambientales de las corporaciones.
"Las compañías más populares para los inversores en este momento son las electrónicas que producen productos con bajo consumo energético", apuntó Kimura.
"Sin embargo, las compañías que han desarrollado sistemas gerenciales que respaldan el reciclaje dentro de la empresa o medidas para reducir el consumo de recursos, también son muy recomendables", dijo, pronosticando que seguirá el éxito de los ecofondos.
"Los japoneses le dan la espalda a la producción en masa y dicen que si bien el desarrollo económico de la nación los ha hecho financieramente ricos, el ambiente está en ruinas y muchos de sus conciudadanos son víctimas de la contaminación. Quieren cambiar la situación y ayudar a erigir una sociedad sustentable".
Kimura añadió que el auge de la conciencia ecológica japonesa surge del disgusto por la economía de la "burbuja" de los años 80, cuando los bancos prestaron a manos llenas a compañías que terminaron con deudas masivas, y generaron la recesión.
Los analistas sostienen que el creciente apoyo a un futuro libre de contaminación obligará a las compañías a cambiar sus políticas, que a menudo sacrificaron el ambiente en nombre del desarrollo económico.
Ese cambio las podría calificar luego para su inclusión en los ecofondos, lo cual podría aumentar el precio de sus acciones.
Algunos de los gigantes corporativos ya se percataron del humor de los inversores. Por ejemplo, Taiheiyo Cement Corp., el mayor productor de cemento del país, que anunció planes para fabricar más cemento de residuos industriales.
También dijo que entrará en el negocio del reciclaje ambiental mediante el uso de cierto tipo de plantas que descomponen los bifeniles policlorinados, considerados como interruptores ambientales de hormonas.
Ebara Corp., uno de los principales fabricantes de incineradores de basura, se transformó en el mayor accionista de Eco-Power Co., una empresa destinada a producir energía eólica. Muchos analistas dijeron que la iniciativa refleja la tendencia de las firmas a construir una base industrial ecológica.
Dada la actual crisis crediticia, todas las iniciativas de las compañías con el fin de ser incluidas en los ecofondos tienen sentido.
La Red Eco-Empresarial, una publicación especializada desde hace 11 años en temas ecológicos, informó que la venta de libros sobre protección ambiental aumentó en los últimos años.
La Red de Adquisición Ecológica, creada en 1996 para promover la adquisición de bienes y servicios "ambientalmente responsables", dijo que sus miembros, incluso compañías y municipios locales, aumentaron de 400 a los actuales 2.000. (FIN/IPS/tra-en/sk/ccb/ego/aq/en-if/00