Turquía y Grecia preparan un acuerdo diplomático respaldado por Estados Unidos sobre cuestiones políticas de gran sensibilidad que en el pasado llevaron a ambos países al borde de la guerra.
El canciller turco Ismail Cem y su homólogo griego, Georges Papandreu, intercambiaron visitas destinadas a incrementar la confianza entre ambos países.
Cem regresó esta semana de Atenas luego de firmar cinco acuerdos sobre cooperación científica, económica y cultural, transporte marítimo y regulaciones aduaneras.
Así mismo, trascendió que el primer ministro de Grecia, Kostas Simitis, aceptó una invitación de Cem para realizar una visita oficial a Turquía. Si Simitis gana las elecciones generales de abril, será el primer jefe de gobierno griego que visite Ankara en cinco décadas.
Sin embargo, es improbable un arreglo inmediato sobre disputas territoriales y otras que generaron graves conflictos en los últimos 30 años.
"No quiero exagerar lo que logramos en los últimos seis meses, pero los acuerdos que firmamos son significativos", declaró Cem.
Las relaciones bilaterales cayeron en un espiral descendente luego de la intervención militar turca en Chipre, en 1974, en respuesta al golpe militar de Nikos Sampson, respalda por Atenas.
Desde entonces, el tercio de la isla poblado por habitantes de origen turco permanece bajo el control militar de Turquía, lo cual constituye una fuente importante de disputas entre Ankara y Atenas.
La controversia entre los dos miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) representa una grave amenaza para la seguridad europea.
No obstante, todos los desacuerdos fueron dejados a un lado cuando ambos países, devastados por sucesivos terremotos, se unieron y cooperaron entre sí en labores de rescate y ayuda humanitaria.
El 17 de agosto, un temblor de tierra sacudió a Turquía y mató a 17.000 personas. Un mes después, Atenas fue afectada por otro terremoto de intensidad similar.
Pero la mejora de las relaciones bilaterales no se debe únicamente a cuestiones humanitarias, según analistas.
"¿Cómo pudo un terremoto terminar con el sentimiento de venganza entre dos naciones?", se preguntó la periodista Leyla Tavsanoglu, que realizó una cobertura de la visita de Cem a Atenas.
"Los últimos hechos en realidad fueron manipulados por intereses multilaterales y por la presión de Estados Unidos", afirmó la periodista.
"La tensión y la eventual inestabilidad en el flanco sudeste de la OTAN ya no es tolerable para Washington, que procura la cooperación de Ankara para controlar los recursos petroleros del Cáucaso y Asia central", agregó.
"Por lo tanto, la actual situación de las relaciones bilaterales no es consecuencia de los terremotos, sino de las prioridades de la política exterior de Estados Unidos", concluyó Tavsanoglu.
Sin embargo, el primer ministro griego Papandreu afirmó: "la mejora de nuestras relaciones está respaldada por nuestros pueblos".
Mientras Cem visitaba Atenas, inmigrantes musulmanes de Grecia y griegos ortodoxos de Turquía y sus descendientes, que fueron recíprocamente deportados de sus tierras e 1924 tras la conclusión de la guerra de 1920 a 1922, celebraron una reunión única en Estambul.
Así mismo, ciudadanos griegos nacidos en Turquía y turcos nacidos en Grecia fundaron conjuntamente una Asociación de Deportes.
"El objetivo es aumentar la conciencia pública contra la guerra, revivir recuerdos de un pasado conjunto y el dolor de la deportación, y desarrollar nuestra cultura compartida", declaró el portavoz del grupo, Sefer Guvenc. (FIN/IPS/tra-en/nm/sm/mlm/ip/00