El deseo de Ucrania de ingresar a la OTAN y la deuda que mantiene con Rusia fomentan la desconfianza que caracteriza las relaciones entre ambos países desde que Moscú firmara un tratado de cooperación con Kiev al cual sectores nacionalistas calificaron de "traición de los intereses rusos".
Los nacionalistas rusos aún perciben como una amenaza a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Ucrania, un país de unos 51 millones de habitantes, era el mayor productor de trigo de la disuelta Unión Soviética y llegó a producir hasta un tercio de las armas soviéticas.
Los dos estados vecinos se consideran socios por naturaleza, pero las constantes discrepancias caracterizaron sus relaciones desde el fin de la Unión Soviética en 1991.
Ambos discreparon por la división de los bienes soviéticos y sobre todo por la flota del mar Negro anclada principalmente en el puerto de Sevastopol, habitado en su mayoría por rusos pero situado en la península ucraniana de Crimea.
El antiguo dirigente soviético Nikita Jruschov, nacido en Ucrania, habría cedido Crimea a su patria como un "obsequio" en 1954, y la república heredó la península cuando declaró su independencia hace siete años.
Pero desde entonces, los nacionalistas rusos cuestionan la legalidad de esa medida.
En febrero de 1999, Rusia aprobó el controvertido tratado de cooperación con Ucrania, así como tres distintos acuerdos sobre la flota del mar Negro situada en Crimea.
De esa manera, Rusia confirmó en los hechos la soberanía ucraniana sobre la península. Moscú arrendaría el puerto de Sevastopol durante 20 años y situaría su parte de la flota del mar Negro, que se dividió entre ambos países en 1991, en esa localidad.
"Si entregamos a Crimea, no será a Ucrania, sino a Turquía", declaró Vladimir Zhirinovsky, líder del ultranacionalista Partido Liberal Democrático ruso.
Rusia y Turquía, que en la actualidad integra la OTAN, compiten desde hace siglos por el control de la región del mar Negro.
Mientras, Ucrania experimenta una creciente división entre el territorio oriental, habitado por rusos, y el occidente nacionalista.
La industrializada Ucrania oriental, la zona que más padeció tras el colapso soviético, tiende a apoyar la integración con Rusia. Pero el sector occidental perteneció al imperio austro- húngaro y a Polonia y está dominado por nacionalistas que apoyan la integración con Europa y la OTAN.
Analistas políticos señalan que el régimen del presidente ucraniano Leonid Kuchma procura convertirse en un satélite de la OTAN hostil a Rusia.
Moscú exige con creciente insistencia que Kiev pague sus deudas por suministro de energía. Rusia cubre 80 por ciento de la demanda energética ucraniana.
El miércoles, el primer ministro ucraniano Viktor Yushchenko, tras una reunión con el primer viceprimer ministro ruso Mijail Kasyanov, dijo que Ucrania reconoció una deuda por 1.400 millones de dólares que tiene con Rusia por concepto de gas natural.
Funcionarios rusos habían dicho anteriormente que la deuda ascendía a más de 2.000 millones de dólares, sobre todo con el monopolio del gas ruso Gazprom que desde hace tiempo acusa a Ucrania de extraer gas ilegalmente de los gasoductos con destino a la exportación a Europa.
Gazprom y la compañía de electricidad rusa Sistemas Unificados de Energía habrían cancelado el suministro a Ucrania en los últimos meses por la falta de pago.
Kasyanov habría propuesto que Kiev pague parte de la deuda con propiedad estatal ucraniana destinada a la privatización.
El funcionario dijo a la prensa que había dado al gobierno ucraniano una lista de las propiedades estatales que Rusia estaría dispuesta a aceptar en lugar de la deuda. (FIN/IPS/tra-en/sb/sm/aq/ip/00