PAKISTAN: Gobierno desafía a la OIT

El gobierno militar de Pakistán desatendió hasta ahora la exigencia de la OIT de restaurar los sindicatos en el sector público, y en consecuencia los donantes multilaterales podrían congelar sus fondos.

La actividad sindical en las empresas estatales de energía eléctrica y agua, la aerolínea nacional y la actividad portuaria fue prohibida hace dos años por el entonces primer ministro Nawaz Sharif, que impulsó políticas para acelerar las privatizaciones.

La prohibición viola las convenciones de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) que garantizan el derecho de asociación y negociación colectiva de los trabajadores.

"Comunicamos al gobierno de Pakistán las conclusiones sobre una queja presentada por la Federación de Sindicatos de Todo Pakistán para la restauración de los sindicatos en WAPDA (Autoridad de Desarrollo de Agua y Energía)", informó en Islamabad un funcionario de la OIT.

Cientos de miles de trabajadores están empleados en WAPDA, Pakistan International Airlines, la Autoridad Portuaria Qasim, la Compañía de Electricidad de Karachi y otras empresas públicas.

"Nos preocupa la prohibición de los sindicatos en varios entes estatales y exigimos la restitución inmediata de los derechos laborales", declaró un portavoz del Frente de Liberación Nacional, una federación de sindicatos de la provincia sureña de Sindh, el corazón industrial de Pakistán.

El Frente tiene su sede en Karachi, capital de Sindh y centro financiero de Pakistán.

El funcionario de OIT expresó su confianza en que el actual gobierno militar "tome medidas a corto plazo para revertir esta violación de los derechos laborales, garantizados por varias convenciones internacionales".

Hasta ahora, el gobierno no respondió a la demanda, pero aseguró a organizaciones de derechos humanos su intención de reformar las arcaicas leyes laborales de este país a través de un proceso de consulta.

Una carta del Ministerio de Trabajo de Pakistán a la OIT reiteró el compromiso del gobierno con la reforma de las leyes laborales, pero mantuvo silencio sobre la restauración de los sindicatos en el sector público.

El gobierno del general Pervez Musharraf propuso un diálogo sobre la nueva política laboral y la revisión de las leyes de relaciones industriales de 1968 entre funcionarios, empresarios y representantes sindicales el mes próximo.

"El gobierno realizará en marzo una mesa redonda sobre leyes laborales y relaciones industriales en busca de un consenso y una mayor participación de todos los sectores de la sociedad", anunció el ministro de Trabajo, Omar Asghar Khan.

Khan, un respetado activista de la sociedad civil convertido en ministro, también está a cargo de la coordinación de los planes del gobierno para descentralizar el servicio de energía.

La revisión de las leyes laborales será todo un desafío. Cada vez que el gobierno lo ha intentado, desde 1988, no pudo hacerlo debido a la inestabilidad política y a la falta de apoyo de los trabajadores.

El último intento, la "Política Laboral" de Sharif anunciada en febrero de 1997, fue rechazado de inmediato por los sindicatos porque no atendía sus principales reclamos, relativos a oportunidades y seguridad laboral.

Los sindicatos ya rechazaron la oferta del gobierno militar de reformar las leyes laborales, arguyendo que la reforma sería superficial y que las autoridades deben primero levantar la prohibición de las asociaciones de trabajadores en el sector público.

"Deben demostrar sinceridad hacia la causa de los trabajadores antes de pedirnos nuestro apoyo. El gobierno debería restaurar de inmediato toda actividad sindical, prohibida por el gobierno antilaboral de Sharif", urgió Raja Ghulam Mustafa, un líder de la Federación de Sindicatos.

Un funcionario del Ministerio de Trabajo restó importancia a la amenaza de la OIT de movilizar al Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional contra Pakistán, y dijo que la actual administración debería primero atender los problemas que llevaron al anterior gobierno a prohibir la actividad sindical.

El depuesto gobierno de Sharif arguyó que la prohibición fue necesaria para hacer económicamente viables los servicios públicos antes de su privatización, y acusó a los sindicatos de impedir que los administradores sancionaran a los empleados corruptos.

"Creemos que el sindicalismo debe ser redefinido en el contexto de los cambios económicos mundiales", declaró un subsecretario del Ministerio.

Mustafa, por otra parte, opinó que lo esencial es una atmósfera conducente a la actividad sindical.

"Los sindicatos fuertes reflejan el crecimiento industrial, pero en Pakistán la elite dominante no quiere que los trabajadores se unan e introdujo leyes que sólo desalientan la participación de la gente", afirmó.

La Confederación Internacional de Sindicatos Libres calculó que sólo 2,8 por ciento de la fuerza de trabajo de Pakistán está sindicalizada, debido a la falta de protección legal de los trabajadores. (FIN/IPS/tra-en/mr/an/mlm/lb/00

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