Un nuevo programa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) permite que combatientes y civiles en zonas de conflicto armado canjeen fusiles de asalto y bazucas por máquinas de coser, bicicletas y aun nuevas escuelas y caminos.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo que ese programa es parte de una iniciativa que busca desarmar y desmovilizar a sociedades afectadas por la guerra e impulsar el desarrollo comunitario.
Los programas de recolección de armas posteriores a situaciones de conflicto armado pueden vincularse con iniciativas humanitarias y de desarrollo como programas de ayuda alimentaria, construcción de viviendas y formación de mano de obra, indicó.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) supervisa un programa comunitario piloto en la ciudad centromeridional albanesa de Gramsh, que proporciona nuevas escuelas, servicios médicos y reparación de caminos a cambio de la entrega de armas y municiones.
Los "incentivos para el desarrollo" del PNUD también incluyen la instalación de teléfonos y la provisión de vehículos para la policía, con un costo de 130.000 dólares.
Unas 10.000 armas, en su mayoría fusiles de asalto y pistolas, ya han sido entregadas en el marco del programa de readquisición de armamentos aplicado en Gramsh. Albania aceptó proceder a la destrucción en público de esas armas.
El principal objetivo del PNUD es recobrar pertrchos bélicos que cayeron en manos de civiles albaneses durante revueltas en 1997.
Esos pertrechos incluyen 350.000 fusiles, 25.000 ametralladoras, 226.000 fusiles de asalto y 2.450 bazucas, así como 1,5 millones de balas y granadas de artillería, y un millón de minas antitanque.
Un programa similar a cargo de una organización no gubernamental de Mozambique permitió el canje de armas por bicicletas, instrumentos de labranza y materiales para la construcción.
Annan expresó reservas sobre un programa de readquisición de armas en curso que implica el pago en dinero a los civiles que entregan pertrechos bélicos a las autoridades, al divulgar esta semana un nuevo informe sobre desarme.
Annan dijo que ese procedimiento puede resultar contraproducente, permitiendo la adquisición de nuevas armas con el dinero obtenido.
"Impulsar el desarme mediante el pago de altos precios por los pertrechos podría crear, en forma paradójica, un mercado artificial de armamento, y causar un enorme ingreso de armas a un país y su región circundante", dijo.
Los programas de readquisición de armas buscan acelerar el desarme y los procesos de paz, y "el pago en dinero a quienes entregan pertrechos fue usado en el pasado, y podría ser necesario en el futuro", pero puede "resultar desestabilizante en situaciones post bélicas o de inseguridad", apuntó.
En el informe se indicó que los programas de readquisición de armas dirigidos a civiles pueden tener un impacto negativo, si los militares a quienes sus jefes ordenan entregar armamento consideran injusto que no se les pague por ello.
Las formas de retribuir la entrega de armas que no impliquen dinero pueden ser menos problemáticas, se añadió.
Lo habitual después de conflictos armados ha sido que la ONU retenga los pertrechos entregados, y que éstos sean empleados finalmente para reestructurar fuerzas armadas.
"Sin embargo, a menudo lo mejor es destruir las armas", se afirmó en el informe, porque esto aumenta la seguridad y es un fuerte símbolo que comienza una era de paz.
Un grupo de expertos recomendó en 1997 a la ONU que impulsara la inclusión en los acuerdos de paz de compromisos de destrucción masiva de armas livianas.
Mitsuro Donowaki, el presidente japonés del Grupo de Expertos Gubernamentales sobre Armas Automáticas, de 16 miembros, instó a considerar la posibilidad de destruir los excedentes de armas para evitar que cayeran en manos de criminales o fueran transferidas a otras zonas en conflicto.
La guerra civil en El Salvador, que terminó en 1992 y duró 12 años, causó la muerte de unas 75.000 personas, y desde entonces otras 8.000 siguen muriendo cada año debido a la disponibilidad armas automáticas y livianas tras el cese del fuego y la firma del acuerdo de paz, indicó. (FIN/IPS/tra-en/td/ks/ego/mp/ip/00)
