CUBA: FAO fortalece producción de biopesticidas

Cuba podría exportar biopesticidas para el control de diversas plagas como resultado de un proyecto que cuenta con la cooperación de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

El insecto Thrips Palmi Karny, con características hasta entonces desconocidas, atacó en 1997 los cultivos en el país caribeño.

"Con la ayuda de la FAO logramos controlar la plaga y obtener biopreparados similares a los que se comercializan internacionalmente", dijo a IPS Roberto Gómez, responsable de Lucha Biológica del Ministerio de Agricultura de Cuba.

El desarrollo de enemigos biológicos para invasiones como la del Thrips Palmi incluye el cultivo de hongos y bacterias que atacan los huevos y la introducción de especies predadoras que se alimentan de otras colonias de insectos.

El representante permanente de la FAO en Cuba, Fernando Robayo, dijo a IPS que una vez introducido en la isla, el insecto ya "no se podrá exterminar, pero se logró lo más importante, manejarlo, mantener la población baja".

Lo más importante fue que "se logró convivir con la plaga" a partir del uso de métodos de control biológico en detrimento de los productos químicos, que acaban no sólo con la plaga sino con todo lo que hay alrededor, afirmó Robayo.

En 1997, las autoridades cubanas solicitaron ayuda de emergencia a la FAO ante la aparición del Thrips Palmi en la isla. La plaga afectó unos 20 cultivos y ocasionó pérdidas superiores a 20.000 toneladas de tubérculos, granos y vegetales.

El insecto, muy difícil de controlar, de rápida propagación y alta multiplicación, atacó especialmente a papas, frijoles, vegetales y frutas, pero también otros cultivos, e incluso hierbas y flores.

Originario de Asia y presente en algunas islas del Caribe, pero exótico en Cuba, el Thrips mostraba un asombroso mecanismo de autodefensa y, en respuesta a los productos químicos que atacan los huevos, cambiaba automáticamente su sistema reproductor.

Con un ciclo reproductor normal de 20 a 21 días, las hembras empezaban a parir unos 20 ejemplares vivos cada una, de los cuales al menos 18 eran también hembras.

Tras probar varios métodos, científicos cubanos descubrieron que con los productos químicos sólo se lograba fortalecer la plaga y, al mismo tiempo, eliminar del medio aquellos enemigos naturales que podían contribuir a combatirla y controlarla.

En ese momento, y convencido de que estaba ante una variedad lograda en laboratorio, el gobierno cubano acusó a Estados Unidos de agresión biológica y, paralelamente, apeló a la colaboración de la FAO.

El proyecto, con un presupuesto de 176.000 dólares, permitió a los expertos controlar la plaga y fue mucho más allá: garantizó la asesoría técnica para modernizar y hacer más efectiva la producción artesanal de biopreparados cubanos.

Si hasta entonces las fórmulas que sustituyen en gran medida el uso de productos químicos se lograban de forma líquida, la gran novedad tecnológica para Cuba fue la obtención de las cepas de bacterias y hongos en estado sólido.

La experiencia se realizó en el Centro de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos de Villa Clara, a unos 300 kilómetros de La Habana, y ahora se trabaja para extenderla a otras regiones del país.

"Al obtener una mayor concentración de forma sólida, baja la cantidad de dosis que hay que aplicar al campo, y, por ende, disminuye el daño ambiental", afirmó la ingeniera agrónoma Zuleica Martínez, quien trabaja en el centro de Villa Clara.

La experta indicó que antiguamente se necesitaba de ocho a 10 litros para cubrir una hectárea de tierra, mientras que ahora sólo se requiere de una bolsa de un kilogramo de biopreparado.

En la institución científica cubana se exhiben las muestras de las cepas en producción que cubren una gran variedad de plagas que atacan al tomate, tabaco, col, pepino, plátano, yuca, maíz, café y hasta la garrapata que ataca al ganado.

La experiencia se extiende ahora a otros cuatro centros cubanos que recibieron donaciones en equipos de la FAO.

"Pretendemos convertir estos laboratorios en centros de referencia para Cuba y otros países de América Latina y el Caribe donde puedan presentarse situaciones similares", afirmó Gómez.

Según los expertos, una vez extendida la experiencia y satisfecha la demanda nacional, no se descarta que el país caribeño llegue a convertirse en exportador de biopesticidas.

El funcionario del Ministerio de Agricultura reveló que en la actualidad existen en la isla 220 laboratorios de producción de entomófagos y tres plantas industriales de biopesticidas.

Cuba se encuentra entre los mayores productores de medios biológicos de América Latina.

Gómez señaló que mientras en los países de la Unión Europea, el uso de biopreparados que sustituyan a los productos químicos oscila en unas 700 toneladas anuales, en Cuba se aplican unas 2.000 toneladas, todas de producción nacional.

Las experiencias cubanas de la lucha biológica contra las plagas se remonta a los años 70, pero en un principio se hizo sobre todo de forma experimental.

La ingeniera agrónoma Susana Carballea, con 24 años de experiencia en sanidad vegetal, aseguró que ya en 1978 se eliminó totalmente la aplicación de productos químicos a la yuca.

Desde entonces la experiencia se extendió a cultivos como el maíz y el tabaco. En 1989 se diseñó una estrategia de manejo integrado de las plagas de la col, cultivo que estaba recibiendo hasta 17 aplicaciones de insecticida antes de la recolección.

Expertos del Centro de Estudios de la Economía Mundial de la Universidad de La Habana aseguran que entre 1975 y 1925 el sistema de las Naciones Unidas (ONU) ejecutó 1.301 proyectos en Cuba, a un costo de 301,5 millones de dólares.

En esos 20 años, la FAO participó en 75 proyectos por un monto superior a 6,4 millones de dólares, según un estudio realizado a pedido de la representación de la agencia de la ONU en La Habana. (FIN/IPS/da/ag/dv sc/00

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