Las discrepancias sobre las visitas de cubanos residentes en este país a sus familiares en Estados Unidos originaron nuevos roces diplomáticos, en medio de una situación ya tensa por la retención en Miami del niño naúfrago Elián González.
Aunque se espera que las diferencias en las negociaciones en materia migratoria estén solucionadas en 15 días, observadores locales estimaron que los planteos de La Habana podrían constituir una presión a Washington en procura de una solución al caso del niño, reclamado en la isla por su padre.
Elián González se encuentra en Estados Unidos desde el 25 de noviembre, cuando fue rescatado en el mar junto a otros dos sobrevivientes del naufragio de una nave cargada de emigrantes cubanos.
"Cuba siempre ha usado los asuntos migratorios como un elemento de presión en sus relaciones con Estados Unidos", aseguró a IPS un investigador de un centro académico adjunto a la Universidad de La Habana.
De hecho, los rumores sobre una posible suspensión de los acuerdos migratorios de 1994 y 1995, incluida una apertura de las fronteras por parte de Castro, no cesan en la isla desde fines del año pasado.
El Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos (INS) decidió un mes atrás que Elián González debe regresar a Cuba, pero el niño sigue con sus familiares de Miami por gestiones de sectores influyentes del exilio cubano.
La Habana considera que la política migratoria de Washington respecto de la isla y las características del sistema electoral estadounidense son los verdaderos responsables de que el caso aún no se haya solucionado.
Sin embargo, un funcionario estadounidense opinó que el último desacuerdo entre ambos países no tiene ninguna relación con el caso de Elián González. "No es una cuestión política para nosotros. Es un tema consular interno", aseguró.
Estados Unidos aseguró el martes que tras un tropiezo inicial se había alcanzado un acuerdo con la cancillería cubana para poner en marcha un sistema más ágil y eficiente para la solicitud de visa de no inmigrantes.
Un aviso anterior de la Sección de Visas de la Oficina de Intereses estadounidense en La Habana (SINA) había asegurado que, "a pesar de un previo acuerdo", el gobierno de Cuba había cancelado su aprobación del nuevo sistema.
Mientras La Habana y Washington se ponían de acuerdo, personas interesadas en visitar a sus familiares en Estados Unidos empezaban a hacer cola en un parque cercano, listas incluso para dormir allí.
Hasta ahora, las personas en la isla debían enviar una carta a la sede diplomática pidiendo una entrevista para solicitar una visa temporal y esperar respuesta por correo. El proceso podía demorar entre cuatro y cinco meses.
Con el nuevo sistema, cualquiera podrá acercarse a la sede diplomática, colocar en un buzón su pasaporte y obtener una planilla. Al otro día será recibido por un funcionario consular que lo entrevistará y concederá o no la visa.
El buzón debía funcionar desde el lunes, pero fuerzas de la seguridad cubana bloquearon los accesos de la población a la SINA.
"No había tal acuerdo, ni verbal ni escrito, y en ningún momento el Minrex (Ministerio de Relaciones Exteriores) autorizó la implantación de ese sistema", dijo el portavoz de la Cancillería cubana, Alejandro González.
La falta de autorización responde, según el funcionario, a "la necesidad de establecer determinadas medidas organizativas".
Por su parte, un funcionario estadounidense aseguró que ambas partes intentarán elaborar un acuerdo escrito lo antes posible, pero, en cualquier caso, la decisión no tiene marcha atrás.
Trascendió que ya fueron destruidas unas 20.000 cartas de solicitud de entrevista enviadas a la sede diplomática y que se encontraban pendientes de proceso.
"Debido a la preparación del nuevo sistema, la Sección de Intereses ya no puede, ni está dispuesta, a volver a utilizar el sistema ineficiente y fácilmente corrompible de las cartas de citación", reza el aviso de la Sección de Visas.
Además del tiempo que requería el proceso, la población cubana encontraba siempre la forma de burlar el sistema. En los últimos meses, las cartas falsificadas, incluso con sello de agua, se vendían a 40 dólares en el mercado negro.
Se estima que más de medio millón de personas solicitan visa cada año para visitar a sus familiares en Estados Unidos.
La Sección de Intereses en La Habana otorgó 6.107 visas de no inmigrantes en el pasado año fiscal, entre el 1 de octubre de 1998 y el 1 de octubre de 1999, según cifras oficiales estadounidenses.
En los últimos cuatro meses, la cantidad de visas otorgadas creció considerablemente hasta 4.832 visas, pues se estableció mayor flexibilidad hacia las personas solicitantes que tienen 60 años o más.
El presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, había insistido con anterioridad en calificar de obstáculo a los acuerdos migratorios bilaterales el reducido número de visas de no inmigrantes que otorgaba la SINA. (FIN/IPS/da/mj/ip pr/00