COMERCIO: Disputas de Seattle se repiten en Bangkok

Los puntos en disputa hoy en la víspera del fin de la décima conferencia de la UNCTAD son básicamente los mismos que los de las fracasadas negociaciones comerciales de Seattle, aunque tienden a predominar las concesiones a los países en desarrollo.

"Esperamos tener los textos de los dos documentos finales aprobados para mañana sin paréntesis. Nada estará acordado hasta que todo esté acordado", declaró Habib Ouane, portavoz de la conferencia, considerada el primer gran encuentro del milenio en materia de comercio y desarrollo.

Esta semana se pusieron en evidencia en Bangkok los mismos bloques de intereses comerciales que en Seattle, el pasado noviembre.

Por ejemplo, los países en desarrollo y los industrializados discrepan sobre el alcance del acceso al mercado que se debe otorgar a los 48 estados más pobres del mundo, y los subsidios agrícolas siguen siendo la manzana de la discordia, tanto entre Norte y Sur como entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE).

Los documentos finales de la décima reunión de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo), la Declaración de Bangkok y un Plan de Acción, no serán acuerdos comerciales con fuerza obligatoria.

Sin embargo, los delegados de los países industrializados temen realizar acuerdos que puedan constituir un obstáculo en futuras negociaciones comerciales.

Hasta ahora, los delegados acordaron incluir en la declaración que "para la comunidad internacional y todas las sociedades nacionales, la prueba final consiste en el tratamiento de los miembros más débiles de la comunidad".

Pero el comisario de Comercio de la UE, Poul Nielson, señaló en una conferencia de prensa que la UNCTAD debe limitarse a su mandato, relacionado con el comercio y el desarrollo.

"Me parece paradójico que algunos temas que solemos negociar constructiva y bilateralmente se vuelvan asuntos contenciosos en conferencias multilaterales", se quejó Nielson.

Esos temas son los relacionados con la gestión pública, la erradicación de la pobreza, el respeto por el ambiente y la consideración de aspectos sociales y de género en el desarrollo, señaló.

Algunas referencias explícitas a la gestión pública en el preámbulo y el cuerpo del proyecto de plan de acción obstaculizaron las negociaciones, explicó Ouane, pero se mostró confiado en un pronto acuerdo.

Otra cuestión espinosa es si el plan de acción debe exhortar a la UNCTAD a procurar un acceso al mercado completamente libre de cuotas y aranceles para todas las exportaciones de los países menos desarrollados, como éstos quieren.

La UE pretende que el acceso sea para "esencialmente todas" y no para "todas" las exportaciones.

Pero organizaciones no gubernamentales arguyeron que "esencialmente todas" es "esencialmente ninguna", porque la limitación permitiría a los países importadores determinar cuáles son los artículos a excluir del libre acceso.

Especialmente difícil es el asunto de los subsidios en la agricultura, que los países en desarrollo pretenden eliminar pero las naciones industrializadas defienden con uñas y dientes, en especial los del norte de Europa.

Está en discusión si el plan de acción debería establecer que "un mayor apoyo a la producción, inversión y exportación agrícola" en los países industrializados "puede tener" o "tiene" efectos negativos sobre la capacidad de producción y exportación de "muchos" países en desarrollo.

Ouane opinó que este tema no debería ser abordado en el marco de la UNCTAD, porque ya fue objeto de discusiones en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Nielson señaló que la UE debería ser juzgada por lo que hacen otros importantes actores del mercado, como Estados Unidos y Japón. "La comparación es la regla en el mercado", dijo.

Pero Eveline Herfkens, ministra de Cooperación para el Desarrollo de Holanda, discrepó.

"No deberíamos esperar que otros actúen", dijo, y agregó que "el proteccionismo agrícola de los países miembros de la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico) cuestan a las naciones en desarrollo 20.000 millones de dólares cada año".

"Los países ricos aplican con mucha lentitud los acuerdos (de la OMC) de 1994, y esto frustra a las naciones en desarrollo. Las ventajas competitivas de los miembros más ricos de la OMC sobre los más pobres son enormes: información, tecnología y buena infraestructura", destacó Herfkens.

La fuerte oposición al término "nueva arquitectura financiera", utilizado con frecuencia en la reunión por expertos, ONG y jefes de organismos de las Naciones Unidas y agencias multilaterales, provocó su sustitución por "reforma de las instituciones financieras", señaló Ouane.

También hay resistencia a la promesa de un mayor papel de la UNCTAD en materia de finanzas, por causa de intereses creados, afirmó el portavoz.

Si esa promesa se plasmara en el papel, "sería un gran paso en el respaldo de la UNCTAD a las actividades de desarrollo, mediante el uso de sus análisis regulares sobre finanzas y comercio", añadió. (FIN/IPS/tra-en/rdr/js/mlm/if-dv/00

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