/BOLETIN-DD HH/ DERECHOS HUMANOS: Refugiados y desplazados, el mismo sufrimiento

La comunidad internacional carece de mecanismos para ayudar a los desplazados internos a causa de conflictos armados, a pesar de que duplican a los refugiados, aquellos que con el mismo motivo cruzan las fronteras internacionales y que sí reciben asistencia.

Los desplazados internos son, en la actualidad, entre 20 y 25 millones, mientras los refugiados ascienden a 11,5 millones.

Debería crearse un organismo internacional con el mandato de velar por la seguridad y la protección de los desplazados, similar al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), sostuvo Darini Rajasingham, investigadora del Centro de Estudios Etnicos de Sri Lanka.

Estados Unidos pareció coincidir con esta postura en enero, cuando declaró en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) su apoyo a la causa de los desplazados internos al discutir la situación de los países africanos asolados por la guerra civil.

El embajador estadounidense en la ONU, Richard Hoolbroke, sostuvo que para quienes no abandonaron sus países pero sí sus hogares por un conflicto armado "no hay diferencia" con los refugiados "en su condición de víctimas, aunque sean tratados de forma diferente".

Holbrooke pidió al Consejo de Seguridad revisar su definición de "refugiado" para incluir a los millones de personas sin hogar que no han cruzado fronteras internacionales.

Pero China considera que la asistencia humanitaria de agencias internacionles a los desplazados internos podría violar normas relativas a la soberanía de los países y a la no interferencia en asuntos internos, lo cual constituye un obstáculo para un acuerdo al respecto.

Países en desarrollo como Argelia expresaron reservas parecidas. "No negamos que la ONU tiene el derecho y el deber de ayudar a la humanidad sufriente, pero seguimos siendo extremadamente sensibles a cualquier menoscabo de nuestra soberanía", expresó el presidente Abdelaziz Bouteflika.

Mientras, la situación no parece admitir más demoras.

María Elena se escapó de su hogar en el interior de Colombia poco después del ataque de un grupo armado. "Me golpearon. Es un milagro que esté aquí, porque en ese momento pensé que seguramente iba a morir", sostuvo.

Sin embargo, los sufrimientos de María Elena, su marido y su hija no cesaron en Bogotá. La familia está sometida a una situación frágil e incierta. Cambian constantemente de casa, carecen de dinero y de oportunidades de trabajo, y la ayuda de organismos internacionales es casi inexistente.

María Elena es una desplazada interna, y, por lo tanto, no tiene derecho a la asistencia de ACNUR y de sus socios internacionales para disfrutar de albergue, víveres, ropa y asistencia médica.

En la actualidad, hay cerca de 1,5 millones de desplazados en Colombia, la mayoría de los cuales habitan los cordones de miseria alrededor de las ciudades de Colombia. Todos escaparon de la guerra civil entre militares, guerrilleros izquierdistas y paramilitares de extrema derecha.

Pero no es el país en peores condiciones. Sudán encabeza la lista, con una población desplazada que supera los cuatro millones de personas. Esa nación africana es seguida por Angola que, al igual que Colombia, tiene 1,5 millones de desplazados internos.

La lista continúa con Iraq (casi un millón), Bosnia-Herzegovina (840.000), Azerbaiyán (576.000), Sri Lanka (560.000), Rusia (550.000), India (520.000), Afganistán, Birmania y Ruanda (500.000 cada uno), y Turquía (400.000).

También hay gran cantidad de desplazados internos en Georgia, Líbano, Perú, República Democrática del Congo, Sierra Leona y Uganda.

ACNUR sólo tiene autoridad para ayudar a quienes escapan de un conflicto armado cruzando un límite internacional, explicó Mary Díaz, directora de la Comisión para Mujeres y Niños Refugiados con sede en Estados Unidos.

Para Díaz, los acuerdos internacionales vigentes ya no atienden la situación, y, por lo tanto, la ONU debe "dar una solución, una respuesta coordinada" a la tragedia de los desplazados.

Esa posición ha venido ganando terreno en un debate que se centra sobre la necesidad que la comunidad internacional revise su definición de "refugiado".

La revista internacional Refugees ("refugiados", en inglés) esgrimió argumentos similares a los expuestos por el estadounidense Holbrooke en el Consejo de Seguridad acerca de la suerte de los desplazados internos, a quienes consideró "invisibles e ignorados".

"Existen muchas situaciones en las cuales el drama de los refugiados y aquellos internamente desplazados estallan y la solución más humana y obvia es una operación coordinada única", escribió Ray Wilkinson, colaborador de Refugees.

La Convención de Refugiados de 1951, ratificada y firmada por 133 estados, garantiza los derechos de las víctimas, pero ninguna clase de asistencia a los desplazados internos.

La srilankesa Rajasinghan sostuvo que, de crearse un nuevo organismo, su mandato debería incluir un código de derechos humanos que garantice "el derecho de no ser enviado de vuelta a lugares que los desplazados internos abandonaron, si no quieren regresar, mientras continúa el conflicto o cuando ha cesado". (FIN/IPS/tra-en/mmm/ks/ego/mj/hd pr/00

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