/BOLETIN-AMBIENTE/ EE UU: Crece resistencia del público a productos transgénicos

La plantación de semillas genéticamente modificadas disminuirá hasta 25 por ciento este año como consecuencia de la reducción de la demanda de los productos transgénicos, predijo el Worldwatch Institute.

Se trata de un hecho asombroso dado que en las últimas cuatro temporadas la plantación de cultivos alterados genéticamente se multiplicó por 20, señala el informe de la organización ambientalista con sede en Washington divulgado el jueves.

Sin embargo, la resistencia del público a consumir alimentos que contienen ingredientes transgénicos provocó una caída de las acciones de las empresas de biotecnología y de las exportaciones de esos productos.

Además, los agricultores que invirtieron en semillas manipuladas géneticamente y los insumos agroquímicos necesarios no podrán hacer frente a sus deudas si la demanda de los productos transgénicos continúa disminuyendo.

Las exportaciones estadounidenses de frijoles de soja transgénicos a la Unión Europea cayeron de 11 millones de toneladas en 1998 a seis millones de toneladas en 1999, y las de maíz se redujeron de dos millones a 137.000 toneladas en el mismo período.

Esto representa "una pérdida combinada de casi 1.000 millones de dólares" para los agricultores estadounidenses, según el informe, titulado "Retrato de una industria en problemas".

El Norte industrial advierte lentamente que la rápida expansión de los cultivos transgénicos se asemeja a la de la energía nuclear o productos tóxicos como el DDT.

Los efectos ambientales de esas innovaciones tecnológicas anteriores resultaron ser más complejos y duraderos que las promesas relacionadas con su rápida comercialización.

Mientras, el Sur en desarrollo teme que productos transgénicos no probados y potencialmente dañinos sean vertidos en sus mercados a bajo costo.

El Deutche Bank afirmó en un informe que "los organismos modificados genéticamente están muertos" y predijo que a corto plazo los cultivos no transgénicos serán más caros que los transgénicos.

En consecuencia, dos gigantescas empresas intermediarias, Archer Daniels Midland y A.E. Stanley, "ya comenzaron a rebajar los cultivos genéticamente manipulados debido a este riesgo financiero", observó Worldwatch.

Treinta asociaciones agrícolas advirtieron el pasado noviembre a los agricultores estadounidenses que "las pruebas inadecuadas de semillas transgénicas podrían ser causa de demandas a los agricultores por la propagación de polen biológicamente modificado y otros daños ambientales".

Investigaciones científicas concluyeron que el polen procedente de cultivos manipulados genéticamente es dañino para algunos insectos beneficiosos en un ecosistema.

Además, "el insecticida producido por una difundida variedad de maíz transgénico puede acumularse -en su forma activa- en el suelo durante períodos prolongados", previno un artículo publicado por la revista científica Nature en diciembre de 1999.

Las consecuencias sobre los organismos del suelo y la fertilidad son potencialmente enormes, advirtieron los autores.

Otro factor que contribuyó a la reducción de la demanda en Occidente es el creciente número de fabricantes de alimentos y cadenas de supermercados que retiraron los productos transgénicos de sus góndolas para precaverse de posibles riesgos para la salud de los consumidores.

"La mayoría de las compañías de alimentos anunciaron que evitarán los ingredientes transgénicos en sus productos para el mercado europeo", sostiene el informe de Worldwatch Institute.

Mientras, "Gerber, Frito-Lay y distribuidores de alimentos naturales como Wild Oats y Whole Foods declararon que evitarán los ingredientes transgénicos en los productos que venden en Estados Unidos, el mayor consumidor de esos productos en la actualidad", agrega.

El 30 de enero, en Montreal, 130 países suscribieron el Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad, que exhorta a la precaución respecto de los organismos manipulados genéticamente.

Según este acuerdo, los gobiernos signatarios harán saber a la comunidad internacional si están dispuestos a aceptar importaciones de productos agrícolas transgénicos.

Además, el protocolo establece que los embarques que contengan organismos transgénicos vivos, como semillas y peces, deberán estar claramente identificados, y los exportadores deberá ofrecer información detallada sobre ellos.

"Aunque la biotecnología moderna representa un enorme beneficio potencial para el bienestar humano, siempre que se tomen las medidas de seguridad apropiadas, …la introducción de organismos transgénicos no debería ser más rápida que los avances en su comprensión científica", aconsejó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. (FIN/IPS/tra-en/mjs/ks/mlm/en/00

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