(Arte y Cultura) LITERATURA: En busca de un V.S. Naipaul más humano

Un libro que recopila la correspondencia entre V.S.Naipaul y su familia intenta reconstruir la imagen del famoso escritor, dañada desde que otra obra de un antiguo amigo lo retratara como pedante, mezquino y despreciativo de los pueblos al sur del Ecuador.

El libro de la polémica, "Sir Vidia's Shadow" (La Sombra de Sir Vidia), escrito el año pasado por Paul Theroux, ratificó la sensación de falta de humanidad y compasión que percibían en las obras del eterno candidato al premio Nobel de Literatura aquellos lectores que, sin embargo, no dejaban de admirar la capacidad y méritos literarios de Naipaul.

Ahora, con el permiso de Naipaul pero sin su participación, otro amigo, el agente literario Gillon Aitken, publicó la correspondencia intercambiada entre el autor y su familia entre 1950 y 1954.

"Letters between a father and son" (Cartas entre un padre y su hijo) se puede considerar un ejercicio de reconstrucción de imagen, comenzando por la foto de Naipaul sobre la cubierta posterior del libro, sonriendo en lugar de mostrar su habitual expresión hosca, y acariciando su gato.

De todas maneras, el libro representa un importante recuento de los humores y sentimientos de un importante escritor durante su período de formación. Este es un Naipaul diferente, rápido para insultar, sí, pero tambien considerado, afectuoso y cómico por momentos.

V.S. (Vidia) Naipaul nació en la isla caribeña de Trinidad en 1932. Su padre, Seepersad, y su hermano, Shiva, también son autores publicados.

En efecto, la espina dorsal de este libro es el proceso de escribir: la ambición de Seepersad de convertirse en novelista y su pasión por las palabras, compartida por su hijo

El hermano, Shiva Naipaul, un niño pequeño durante el período en cuestión, desarrollaría más tarde su escritura. Murió en 1985 de un ataque cardíaco tras haber publicado siete libros.

La correspondencia comienza en 1950 cuando Naipaul dejó Trinidad para ir a estudiar a la británica Universidad de Oxford con una beca.

El mayor énfasis está puesto en Seepersad, "Pa". El padre de Naipaul es un hombre dividido entre el compromiso con su familia y la devoción por el arte. Cada plazo a cumplir en el diario Trinidad Guardian para el cual trabaja es una imposición. Sin embargo, sin su salario, la familia no puede subsistir.

"Este es el momento en que debería estar escribiendo las cosas que quiero desde hace tanto tiempo", se lamentó en una carta a "Vido". "Este es el momento para mí de ser yo mismo. "¿Cuando tendré una posibilidad? No lo sé. Vuelvo del trabajo muerto de cansancio. El Guardian me está quitando todo…"

En Oxford, Naipaul cuenta sus propias dificultades.

"Una sensación de vacío pende casi siempre sobre mí", le escribe a su hermana Kamla, estudiante en India. "Me veo luchando en un especie de túnel bloqueado en sus dos extremos. Mi pasado, Trinidad y la necesidad de nuestros padres, yace detrás de mí y soy incapaz de ayudar a nadie".

Cuando aumenta la presión financiera y su padre se torna más desesperado, Vidia le escribe admoniciones. El hijo se convierte en tutor. "Tienes material suficiente para cientos de relatos. ¡Por Dios, comienza a escribirlos! ¡Puedes escribir y tú lo sabes!…", le exhorta.

El padre le responde con un lamento. "¿Acaso puedo escribir dos artículos semanales para el TG (Trinidad Guardian), más una novela?… El hecho es que me siento atrapado".

Un año más tarde, aún sigue meditando acerca del proceso. "La tarea literaria es un asunto de devoción individual", afirma. Luego Seepersad hace una oferta a su hijo para que vuelva a Trinidad y se dedique sólo a escribir. "Haz lo que yo tanto deseo, sólo escribir, y leer y hacer aquello que te agrada".

En una carta siguiente, Pa se lamenta: "Estoy demasiado cansado para intentar cualquier tarea sostenida por mi parte; siempre hay un artículo u otro…Me siento al borde de mis fuerzas…".

Lo que sale a relucir es la fragilidad de esa existencia familiar y cuánto depende del éxito académico de Naipaul. No sólo como apoyo económico para la familia sino en el cumplimiento del sueño paterno. Es demasiado. Naipaul sufre un colapso nervioso y se aparta. Entonces, con la ayuda de su amiga, Pat, recomienza.

La enfermedad es un punto de partida, una nueva era para el escritor. A partir de entonces, se siente mejor consigo mismo y con lo que vale.

Un encuentro con un viejo compañero de escuela en el Caribe le recuerda el motivo por el cual no volverá jamás a su país. Otros encuentros con familiares en Londres acentúan su sentimiento de desconexión.

"Trinidad no tiene nada que ofrecerme", escribe señalando el hecho sin malicia o rabia, pero se puede afirmar que la experiencia de su padre condiciona fuertemente su conclusión. "Espero no volver nunca a Trinidad, es decir, no para vivir".

Cuando Seepersad se enferma, el Guardian lo manda a casa. Ya está en las postrimerías de los cuarenta y piensa que el tiempo se acaba, que la llama literaria corre el riesgo de extinguirse.

La familia le manda un mensaje urgente a Vido. Haz que publiquen los relatos cortos de Pa. Es importante para su salud. "Estuve tratando de conseguir trabajo, pero por la misma razón que el Guardian no me necesita más, nadie me quiere", escribe el padre a su hijo.

La última carta de V.S. Naipaul a su padre está fechada el 8 de octubre de 1953. Dos días más tarde se ve obligado a enviar un telegrama. "Fue el mejor hombre que conocí. Le debo todo. Tengan valor mis queridos, confien en mí, Vido". Seepersad murió de un ataque cardíaco.

Vidia Naipaul, el hijo, recogió el legado paterno de ambición, voluntad de aprender y amor por las palabras, así como el deseo de ser un gran escritor.

Sin embargo, ese no es el hijo que dejó el Caribe en 1950. Ha sido transformado por la educación y el aprendizaje. Enamorado del mundo de las ideas europeas y la alta cultura, desdeña lo que dejó atrás.

La soledad y presión que llevaron a Naipaul a un colapso mental, complementado por las circunstancias de la muerte de su padre, dejaron profundas cicatrices, como así tambien el duro trato que le dieron algunos parientes que encontró en Inglaterra.

Esas experiencias, sentimientos reflejados en el libro cronológicamente, ayudan a explicar el amargo cinismo y la dureza, la sensación de no pertenecer, que es familiar para aquellos que leyeron los 23 libros publicados con su nombre en los últimos 40 años. (FIN/IPS/tra-en/fn/cr/ego/aq/cr/00

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