AMBIENTE: Banco Mundial lanza iniciativa para desastres naturales

Instituciones financieras multilaterales y de ayuda para el desarrollo lanzaron hoy una iniciativa para reducir los costos humanos y económicos de los desastres naturales en los países pobres.

La propuesta, promovida por el Banco Mundial, se produjo luego que el propio departamento de evaluación de la agencia la responsabilizó por no aplicar su política de protección de los bosques, considerados la mejor defensa natural contra las tormentas y las inundaciones.

"Durante demasiado tiempo, la comunidad internacional se limitó a recoger los escombros luego de los desastres", señaló el presidente del Banco, James Wolfensohn, al anunciar la iniciativa el miércoles.

El Consorcio ProVention, lanzado formalmente este jueves en la sede del Banco en Washington, procurará cambiar esa actitud y "ayudar a los países pobres a anticiparse a las catástrofes naturales, de modo que cuando se produzcan causen menos sufrimiento", explicó Wolfensohn.

La iniciativa reúne al Banco Mundial con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, otras organizaciones de ayuda para el desarrollo, universidades y empresas aseguradoras privadas.

Los planes incluyen la utilización de ayuda oficial para impulsar a los países prestatarios a actualizar y hacer aplicar sus normas de construcción.

Las construcciones de mala calidad fueron responsables por gran parte de las muertes y la destrucción causada por el terremoto del pasado agosto en Turquía, de acuerdo con el Banco.

Los socios del consorcio también procurarán fondos para sistemas de advertencia y respuesta tempranas, mientras los aseguradores privados establecerán programas especiales para compensar las pérdidas económicas.

"El consorcio marca un cambio de la ayuda pos-desastres a la reducción y transferencia de riesgos", destacó Alcira Kreimer, directora del Fondo para Catástrofes del Banco Mundial.

"Los desastres siempre ocurrirán, pero si tomamos en serio la prevención y la mitigación, los enormes costos humanos y económicos que se produjeron en los últimos años no serán inevitables", agregó.

Los desastres naturales causaron la muerte a más de 50.000 personas y destruyeron bienes por 65.000 millones de dólares en 1998, según el Banco.

Cerca de 95 por ciento de esas muertes se produjeron en países en desarrollo, cuyos residentes más pobres fueron los más afectados.

El Banco Mundial prestó más de 19.000 millones de dólares para la reconstrucción pos-catástrofes en los últimos 20 años, y en muchos casos otorgó más de un préstamo para un mismo país debido a la reiteración de desastres, informó la institución.

Sin embargo, no ofreció cifras sobre los proyectos criticados por organizaciones ambientalistas por considerar que empeoraron la situación.

El Banco fue una de las agencias financieras y de ayuda para el desarrollo criticadas tras el huracán Mitch, que devastó gran parte de América central en 1998, por financiar proyectos industriales, agrícolas y forestales que provocaron erosión del suelo y deforestación, despojando a la región de sus defensas naturales contra las tormentas.

Además, los acreedores internacionales fueron censurados por aumentar la vulnerabilidad de los más pobres de la región al impulsar políticas que, por ejemplo, estimularon el desarrollo de grandes haciendas agrícolas y obligaron a los campesinos a establecerse y trabajar en terrenos marginales.

Muchos de esos terrenos, situados en laderas de montañas, fueron los primeros en derrumbarse durante el huracán.

El Departamento de Operaciones y Evaluación del Banco concluyó el mes pasado en un informe que los proyectos de la institución continúan destruyendo los bosques del planeta pese a la adopción en 1991 de una estrategia de protección y a un aumento de 78 por ciento en los créditos para forestación en los últimos ocho años.

"Este documento es uno de los más importantes producidos por el Banco sobre política forestal en la última década", destacó Korinna Horta, economista de Defensa Ambiental, una organización de Washington antes conocida como Fondo de Defensa Ambiental.

El informe "revela que el Banco infringió su propia política forestal de 1991, y como resultado, desperdició toda una década en la que pudo reducir la deforestación y atender las necesidades de los pobres", agregó.

El estudio apuntó a la liberalización comercial como una de las principales causas de la deforestación, y señaló que los países pobres intentaron beneficiarse como pudieron del proceso de globalización económica, muchas veces a costa de sus bosques.

La antigua estrategia del Banco culpaba por la deforestación a los pobres obligados a talar árboles para construir viviendas y obtener leña, en lugar de responsabilizar a la industria maderera de gran escala, señalaron los críticos.

"El reconocimiento de que la globalización y la corrupción son la causa de la deforestación marca un cambio radical en este sentido", resaltó Horta.

"Desafortunadamente, la mayoría de los préstamos del Banco todavía son para ajustes estructurales, que promueven políticas económicas que aceleran la deforestación", lamentó. (FIN/IPS/tra-en/aa/lv/mlm/en-dv/00

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