Turquía, con miras de ser aceptada en la Unión Europea (UE), aplazó la ejecución del líder del rebelde Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), Abdullah Ocalan, hasta que la Corte Europea de Derechos Humanos se pronuncie al respecto.
El primer ministro turco Bulent Ecevit, del Partido de Izquierda Democrática, y sus compañeros de coalición, el viceprimer ministro Devlet Bahceli, del Partido de Acción Nacionalista (MHP), Mesut Yilmaz, del Partido de la Madre Patria (ANAP), y seis ministros decidieron el miércoles respetar al tribunal europeo y suspender la ejecución de Ocalan.
"Sin embargo, si la organización terrorista y quienes la apoyan abusan de nuestra decisión (y atentan) contra los intereses supremos de Turquía, el proceso de ejecución se reanudará de inmediato", advirtió Ecevit.
Los abogados de Ocalan apelaron a la Corte Europea en febrero del año pasado, desde el arresto del líder kurdo, alegando que su cliente no había tenido un juicio justo.
La Corte decidió en julio que la ejecución de Ocalan quedaría suspendida hasta que pronunciara su propio fallo.
La suspensión de la ejecución fue bien recibida por Wolfgang Peukert, presidente del Departamento de Investigación de la Corte Europea de Derechos Humanos.
"Estoy encantado. La decisión es muy inteligente y legítima. Si bien Turquía no tiene la obligación categórica de respetar la orden de la Corte, es de su interés hacerlo", declaró Peukert a la prensa.
El primer ministro de Italia, Massimo D'Alema, declaró que su país "estuvo a la espera de la decisión de Ankara, y (le) agrada que Turquía haya actuado de acuerdo a las recomendaciones de la UE", según la prensa turca.
Altos funcionarios de Estados Unidos también expresaron su satisfacción con la decisión de Ankara, y aseguraron que Turquía mejorará así su imagen en el exterior y fortalecerá sus lazos con Europa, según información procedente de Washington.
Pero la decisión de posponer la ejecución indignó a los partidarios del Partido de Acción Nacionalista, a los ultranacionalistas y a la oposición de derecha.
Bahceli había pedido la ejecución inmediata de Ocalan. Sin embargo, tuvo que ponerse de acuerdo con Ecevit y Yilmaz para mantener la estabilidad de la coalición de gobierno.
El presidente de Turquía, Suleyman Demirel, se emocionó durante una ceremonia funeraria de soldados muertos en la guerra contra los separatistas kurdos, celebrada en la mezquita Kocatepe de Ankara.
"Turquía no puede tomar decisiones sentimentales, sino que debe seguir la línea de la razón. Los familiares de los soldados muertos tienen derecho a estallar de ira, pero nosotros, como estadistas, debemos mantener la compostura", dijo Demirel a los dolientes.
Por otro lado, la actitud extremista de Bahceli se debe en parte a sus promesas electorales y también a la presión de los rivales del ala derecha, el fundamentalista islámico Partido de la Prosperidad y el de la Vía Justa, que compiten por los votos nacionalistas.
Sin embargo, Ecevit parece convencido de que la ejecución de Ocalan "causará un gran problema a Turquía". Conocido por su firme oposición a la pena de muerte, el primer ministro sabe también que este país, miembro del Consejo de Europa, debe atenerse a las decisiones de la Corte.
El Consejo de Europa fue fundado en 1949, siete años antes que la Comunidad Europea, por 10 países miembro. Su principal objetivo es la unión de sus integrantes, que ahora son 40, a través de debates, conclusión de acuerdos y adopción de una política común a fin de promover los ideales del continente.
Ecevit también es consciente de que "Ocalan es un cadáver político". Su ejecución sólo serviría de munición para que los insurgentes kurdos sigan luchando contra Ankara durante décadas.
Yilmaz espera que la suspensión de la pena de muerte de Ocalan le sirva a su partido para conseguir el apoyo de los kurdos en las próximas elecciones.
El portavoz del Partido de la Prosperidad, Bulent Arinc, también se opuso a la suspensión de la ejecución de Ocalan y sostuvo que la decisión es "arbitraria y se tomó sin discusión pública". El gobierno debería "pedir disculpas al pueblo", declaró a la prensa.
Los familiares de los soldados muertos en la guerra contra los rebeldes kurdos reaccionaron de forma similar. "La decisión es contraria a la voluntad de los turcos e ilegítima", protestó Mehdi Keskin, un portavoz del grupo.
Por su parte, los jueces manifestaron su apoyo a Ankara. "La decisión del gobierno se adecua perfectamente al derecho internacional, ya que el caso está pendiente en la Corte Europea", declaró Sami Selcuk, el juez que preside el Alto Tribunal de Apelaciones.
Yekta Gungor Ozden, ex presidente de la Corte Constitucional, también está convencido de que el gobierno tomó "la decisión más apropiada".
La pena de muerte no se puede llevar a cabo si no la aprueba el Parlamento, según la legislación del país. Treintainueve de los 57 casos de condenados a muerte esperan el examen del comité de justicia parlamentario.
"Pasar por encima de los 39 casos y presentar sólo el de Ocalan en el Parlamento es éticamente ambiguo. Ya deberíamos haber abolido la pena de muerte", declaró Emin Karaa, presidente del comité parlamentario de justicia.
El gobierno se basó en un informe especial de la Organización de Inteligencia de Turquía (MIT) para tomar la decisión de suspender la pena de muerte de Ocalan, según datos sin confirmar.
La MIT alegó que el hecho de que Ocalan siga preso servirá para apaciguar y desmembrar al PKK, mientras su ejecución reavivaría las actividades de la guerrilla.
Los analistas de la MIT advirtieron que el PKK está dispuesto a aumentar la violencia y que el apoyo que tiene en el exterior crecerá si Ocalan es ejecutado.
Por su parte, el líder kurdo comentó antes de la reunión de este miércoles que las autoridades admitieron la necesidad de su "participación para solucionar el conflicto".
"Me temo que, si persisten en (su postura de que) 'no hay solución', ocurra una tragedia en Turquía. Terminar con el PKK no significará nunca terminar con la cuestión kurda", dijo Ocalan a sus abogados.
Un analista kurdo independiente de Estambul, Umit Firat, razonó que "Ocalan pasó de estar preso a convertirse en un rehén, lo cual obligará al gobierno a actuar con más cautela aún".
La suspensión de la ejecución "evitó posibles disturbios y violencia. Ahora es el momento de abolir la pena de muerte", agregó Firat. (FIN/IPS/tra-en/nm/mn/ceb/aq/ip/00