EDUCACION-MALASIA: Brecha campo-ciudad es el próximo desafío

El número de alfabetos de Malasia aumenta en forma constante desde los años 70 gracias a su prosperidad económica, pero la brecha educativa entre las áreas rural y urbana persiste.

La proporción de alfabetos mayores de 10 años pasó de 58 por ciento en 1970 a 72 por ciento en 1980 y a 85 por ciento en 1991. Según una empresa investigadora de mercado, el porcentaje aumentó a 93 en 1996, sin diferencias de género significativas.

Este notable progreso, obviamente vinculado al rápido crecimiento económico de este país del sudeste asiático en las últimas décadas, se debe a distintos factores.

En primer lugar, hay más maestros de enseñanza primaria capacitados. En 1998, cerca de 95 por ciento de los maestros en ejercicio habían recibido formación curricular, frente a 90 por ciento en 1990.

El aumento de la tasa de inscripción preescolar también ayudó. A nivel nacional, 88 por ciento de los estudiantes recibieron algún tipo de formación preescolar, mientras 96 por ciento de los niños habilitados asisten a la escuela, según estadísticas oficiales.

El mayor acceso a la educación también hizo aumentar la proporción de alfabetos. El número de escuelas primarias creció de 6.828 a 7.152 entre 1990 y 1999.

Estas estadísticas fueron presentadas por el gobierno malasio enla conferencia regional celebrada la semana pasada en Bangkok para revisar los progresos educativos de la región Asia-Pacífico en la última década.

Sin embargo, las cifras no revelan la gran brecha educativa entre los ámbitos rural y urbano de Malasia.

"Es muy difícil obtener un desglose de las estadísticas urbanas y rurales, porque ni siquiera tenemos un desglose de la población estudiantil por estado", señaló Sahara Ahmad, coordinadora del informe de Malasia sobre el progreso de la iniciativa Educación Para Todos, lanzada mundialmente en 1990.

Pero Ahmad, miembro de la División de Planeamiento e Investigación Educativa del Ministerio de Educación, admitió que existe desigualdad entre la educación urbana y rural, evidente en los exámenes nacionales, y reconoció la importancia de las estadísticas para poner de relieve esas diferencias.

Ahora que Malasia logró buenas estadísticas generales sobre educación, la superación de la desigualdad entre el campo y la ciudad será la próxima prioridad, según expertos.

La mayoría de las escuelas secundarias rurales están superpobladas. Aun las más pequeñas tienen al menos 700 estudiantes, porque cubren extensas áreas.

En cambio, algunas escuelas primarias rurales tienen tan sólo 40 o 50 estudiantes. Muchas de ellas fueron construidas para una o dos aldeas, algunas de ellas con muy poca población.

"En general, las instalaciones y recursos de las escuelas rurales no son tan buenas como en las urbanas, en parte porque los administradores de las escuelas urbanas están más cerca del centro administrativo", explicó Molly Lee, profesora adjunta de la Facultad de Educación de la Universidad de Ciencias de Malasia, de Penang.

El índice de deserción escolar no es tan preocupante porque los padres se dan cuenta de la importancia de la educación, pero sí lo es la calidad de la enseñanza, destacó Lee.

"Lo importante es si los alumnos aprenden algo o no", dijo.

En las escuelas secundarias rurales, el problema principal es la falta de profesores graduados, ya que la mayoría de éstos rechazan los puestos rurales. Algunos centros quedan incluso sin director hasta por dos años.

Además, el nivel de inglés es muy malo en las escuelas primarias rurales, "porque los propios profesores de inglés son incompetentes", afirmó Lee.

Por esta razón, los alumnos invariablemente tienen problemas para ponerse al nivel de sus pares urbanos cuando llegan a la secundaria, agregó.

La falta de maestros formados es especialmente grave en las provincias fronterizas de Sabah y Sarawak, en el norte de la isla de Borneo, porque los maestros de la península se niegan a ser destinados allí.

Otro punto débil son las escuelas rurales de lengua tamil, principalmente para malasios de origen indio.

El Estado sólo se encarga de pagar el sueldo de los maestros y poco más, por lo tanto, la mayoría de esas escuelas "están en pésimas condiciones y superpobladas", según Ganesh Rasagam, un activista del Comité de Apoyo a los Trabajadores Agrícolas.

Además, los niños de lengua tamil no tienen acceso a la educación preescolar.

Tampoco tienen acceso a educación especializada para niños con problemas de aprendizaje, que entonces pierden motivación y terminan abandonando la escuela antes de llegar al nivel secundario.

"Conozco niños que no saben leer ni escribir después de nueve años de escuela", afirmó Ganesh. (FIN/IPS/tra-en/an/js/mlm/ed-dv/00

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