La limpieza étnica contra la población albanesa de Kosovo recién se desató después de que la OTAN comenzó a bombardear a Yugoslavia en marzo, declaró hoy la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
No obstante, los albanokosovares habían sufrido la sistemática "humillación y discriminación" del gobierno de Serbia durante años, afirma la organización en un informe divulgado este lunes.
Las fuerzas serbias cometieron masivas violaciones contra los derechos humanos durante los bombardeos entre marzo y junio, las que provocaron un "clima de venganza" entre los albanokosovares que generó la actual "violencia irrestricta" en la provincia separatista de Serbia, según OSCE.
El informe señala que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) no reaccionan con la debida rapidez ante la violencia del antiguo Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) contra serbios, gitanos y eslavos musulmanes.
"Sólo un fuerte sistema de aplicación de la ley puede impedir el clima de venganza que perpetúa la violencia. La ausencia de una respuesta sólida contribuyó a la anarquía que permea a Kosovo, lo que deja la violencia sin límites", advirtió la OSCE.
Pero la organización culpa en primer lugar al bando serbio por la campaña actual contra los no albaneses. "El deseo de venganza es humano, pero el acto de la venganza es inaceptable", sostiene.
El informe comprende las conclusiones de la misión de la OSCE a Kosovo entre octubre de 1998 y marzo, cuando abandonó el territorio.
La OTAN bombardeó a Serbia durante 78 días a partir del 24 de marzo, causó 2.000 muertes civiles y destruyó la mayor parte de la infraestructura de Yugoslavia.
Los generales yugoslavos habían advertido que el ataque de la OTAN desataría la masiva represalia contra los "terroristas" del UCK y sus seguidores. Según datos de la OSCE, unos 800.000 albanokosovares huyeron a la vecina Albania y Macedonia durante los bombardeos.
Más de 2.000 personas, en su mayoría albaneses, murieron en ese lapso, según datos divulgados por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, con sede en La Haya.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados indicó que unos 234.000 no albaneses huyeron de Kosovo desde junio.
"Al examinar las acciones de ambos bandos en el conflicto armado interno de Kosovo, el informe concluye que no hubo equilibrio en lo que respecta de los abusos a los derechos humanos cometidos. En su gran mayoría, fue la población albanesa de Kosovo la que sufrió", afirma la OSCE.
El informe también advierte que la intolerancia sigue creciendo en la comunidad albanesa de Kosovo desde que la provincia fuera ocupada por fuerzas de paz de la OTAN a mediados de junio.
Aquellas personas que se cree no están totalmente comprometidas con el "gobierno" paralelo que asumió el UCK en Kosovo son acosadas psicológica y físicamente.
La prensa occidental denunció que funcionarios del autoproclamado gobierno del UCK expulsan sistemáticamente a albaneses de apartamentos y casas que fueron designados a ex soldados y oficiales de la organización guerrillera. La mayoría de las viviendas pertenecían a serbios en primer lugar.
El Administrador de la ONU en Kosovo, el francés Bernard Kouchner, se quejó de que los gobiernos occidentales habían prometido enviar a la zona 6.000 policías, pero sólo cumplieron con 2.000. Más de 40.000 efectivos de la OTAN están desplegados en la provincia.(FIN/IPS/tra-en/dk/ak/aq/hd-ip/99