Un seminario organizado por Unesco y la Alianza de la Prensa del Sudeste Asiático (SEAPA) fue el primer paso para que medios profesionales, agencias de la ONU y donantes discutieran un plan para alentar el restablecimiento de los medios de comunicación en Timor Oriental.
María Gabriela Carrascalao, una periodista que vivió exiliada en Australia durante más de 18 años, regresó a Timor Oriental con la esperanza de un nuevo comienzo, no sólo para ella sino también para su profesión.
"Todos los medios fueron destruidos. Debemos comenzar de cero", dijo Carrascalao, de 42 años, en un seminario titulado "Reconstruyendo los medios en Timor Oriental: las tareas futuras", realizado en Bangkok los días 13 y 14.
Los medios en el territorio no escaparon a la violencia, los incendios y saqueos a manos de las milicias proindonesias luego que 78,5 por ciento de los timorenses votaran por la independencia de Indonesia en el referéndum supervisado por la ONU (Organización de las Naciones Unidas) el 30 de agosto.
"Las oficinas y los equipos fueron destruidos. No hay elementos con los que trabajar, en un momento en que los medios son más necesarios que nunca", dijo Carrascalao.
Tres expertos en medios enviados por Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) a Dili, en Timor Oriental, y Darwin, Australia, en noviembre descubrieron que la oficina y la imprenta del único periódico del territorio, el Suara Timor Timor, estaban destruidas por completo.
Lo mismo ocurrió con dos establecimientos de radio y televisión estatales, Televisi Republik Indonesia y Radio Republik Indonesia.
"Sin duda, quien planeó la destrucción estaba decidido a no dejar nada", señalaron los expertos en un informe.
Sin embargo, muchas de las personas con las que habló el equipo se mostraron ansiosas por recibir noticias, especialmente debido a su falta de acceso a información diaria sobre los acontecimientos en el país.
La única fuente de información actual es la estación de radio de la Autoridad Provisional de las Naciones Unidas en Timor Oriental, en Dili, que transmite avisos públicos y noticias acerca de las operaciones de ayuda.
La ONU continuará administrando el territorio hasta dentro de dos o tres años, cuando éste será completamente independiente.
El equipo también citó comentarios de muchas personas sobre el valor de los medios independientes en medio de las campañas de desinformación en Timor Occidental, que apuntaban a asustar a los refugiados que querían regresar a casa.
"La gente está sedienta de noticias", dijo el obispo de Dili y ganador del premio Nobel de la Paz, Carlos Belo.
De hecho, "la demanda de medios locales es enorme y se necesita con urgencia un plan de acción concreto para ayudar a reconstruir la infraestructura de los medios", dijo Kavi Chongkittavorn, editor ejecutivo del periódico en idioma inlgés The Nation, con sede en Bangkok, y presidente de SEAPA.
El seminario en Bangkok sirve "para tener una idea de los pasos a seguir. Hay organizaciones donantes de varios países que mostraron interés en participar de la reconstrucción", señaló.
Sin embargo, la reconstrucción de la infraestructura de los medios, igual que del resto del devastado territorio, es una tarea complicada y aún más difícil debido a la destrucción de instituciones sociales, las heridas sociales de los habitantes y la falta de datos básicos.
"Ni siquiera tenemos cifras básicas precisas sobre la población o la economía. La población solía ser de 800.000 habitantes, pero ahora necesitamos saber cuántos quedan y cuántos fueron asesinados. La mayoría de las personas no tienen empleo y muchos emigraron", señaló Carrascalao.
"La propaganda de los medios relacionada con el régimen indonesio dio a los timorenses información imprecisa. Esta es la razón por la que muchos procuran conseguir noticias de canales extranjeros", agregó.
La falta de un buen sistema educativo y una organización de medios que brinde la capacitación adecuada a las generaciones más jóvenes también es un obstáculo.
Debido a estos factores, la reconstrucción de los medios dependerá también de un pequeño número de ex profesionales de medios que han trabajado separadamente en distintas partes del mundo.
"El sistema educativo fue destruido como todo lo demás. Ahora comenzaron las clases nuevamente, pero de manera improvisada, por ejemplo debajo de un árbol. Lleva tiempo que las generaciones más jóvenes participen en el periodismo. Mientras tanto, nuestra esperanza son los ex periodistas timorenses", observó Carrascalao.
Habría unos 51 periodistas timorenses, de los cuales "la mayoría, o unos 36, regresaron a Timor Oriental. Estoy segura de que los demás también vendrán", expresó.
El informe realizado con el apoyo de Unesco señala que ya hay iniciativas sobre operaciones de medios de comunicación en Timor Oriental. Un grupo de ex periodistas del Suara Timor Timor planean lanzar un nuevo periódico, el Timor Pos.
Otro grupo de activistas y periodistas trabajó en la revista mensual clandestina Talitakum, con sede en Yakarta. El líder del grupo, Virgilio da Silva Guterres, dijo que lanzará un periódico llamado Lalelok en el idioma tetum local, que apuntará a promover el pluralismo en Timor Oriental.
Además de los periódicos en idioma local, desde noviembre salw una publicación de negocios en inglés.
Del mismo modo, la agencia de noticias estatal portuguesa LUSA planea establecer una agencia de noticias nacional llamada Agencia de Noticias de Timor Oriental y ya invirtió en equipos y capacitación para un grupo de periodistas timorenses en Macao.
Timor Oriental fue colonia de Portugal hasta la ocupación y posterior anexión de Indonesia en 1976.
Al preguntársele si a ella y sus colegas les preocupaba la violencia contra los periodistas timorenses, Carrascalao respondió que "ser periodista es arriesgado en todas partes, incluso en el país más democrático".
"La violencia en Timor Oriental disminuiría si tuviéramos periodistas independientes dispuestos a contribuir con la sociedad", concluyó. (FIN/IPS/tra-en/pd/js/at-mlm/cr/99