El presidente del Parlamento de Sudán calificó de "golpe de Estado" la disolución de las cámaras y la declaración del estado de emergencia que decretara la noche del domingo el mandatario Omar Hassan al Bashir.
"El presidente dio un golpe contra el pueblo que lo llevó al poder. Lo que sucedió la noche de este domingo es contrario a la Revolución para la Salvación Nacional, de 1989", protestó el líder parlamentario Hassan Abdalla al Turabi.
Al Turabi apoyó el golpe militar que diera Al Bashir en 1989 y que instituyera en el poder al actual régimen fundamentalista islámico, pero esta vez advirtió que la situación no es la misma. "El pueblo tiene que hacer algo para detener a los golpistas", exhotó.
"Utilizaré todas las medidas necesarias para castigar a los golpistas, al mando del presidente", anunció.
Al Turabi, mentor del presidente y principal ideólogo del gobierno fundamentalista de Sudán, hizo las declaraciones este lunes desde la sede del gobernante Congreso Nacional en Jartum, en rigurosas condiciones de seguridad provistas por sus guardaespaldas.
Bashir, de 55 años, no tiene poder para disolver el Parlamento ni para suspender la constitución de 1998, como lo decretara este domingo, a menos que cuente con el apoyo del Senado, donde tiene mayoría, sostuvo Al Turabi.
Turabi anunció que algunos miembros de su partido fueron arrestados, pero se negó a revelar sus nombres. "He sabido que algunos de nuestros líderes fueron arrestados pero no tengo detalles porque todo sucedió de noche", declaró.
La decisión de Bashir podría provocar más inestabilidad en el país, que sufre graves tensiones, advirtió Turabi.
Bashir declaró en una conferencia de prensa realizada en Jartum este lunes que tomó el poder en 1989 con el objetivo específico de terminar con la anarquía creada por los políticos y evitar que el país "se hundiera".
Ahora "decidí ser el único líder de Sudán porque en el pasado, cuando éramos dos (con Turabi), se me hacía difícil actuar como presidente. Dos líderes rivales pueden hacer que se hunda el barco en cualquier sistema", comentó.
"Estábamos tan divididos que algunos ministros y gobernadores estatales ignoraban las órdenes del presidente", argumentó.
Por otro lado, Bashir anunció que no abolirá el controvertido fundamentalismo islámico instaurado por Turabi. "Nada nos obligará a abandonar las reglas del Islam, porque pagamos con nuestra sangre el precio de implementarlas", afirmó.
Bashir, teniente general del Ejército de su país, declaró que todos sus comandandantes de campo le enviaron mensajes de apoyo, y que la posibilidad de que se produzcan disturbios dentro de las fuerzas de seguridad ya fue contenida. "Ahora, la situación de la seguridad en el país es normal", aseguró el presidente.
El decreto de Bashir se produjo mientras el Parlamento, alentado por Turabi, que a su vez controla a los milicianos islámicos, se disponía a votar, en las próximas 48 horas, para quitarle sus poderes como presidente.
Las diferencias entre los dos hombres se agravaron en septiembre cuando Turabi, de 69 años, logró derrotar a Bashir al ser nombrado secretario general del Congreso Nacional.
El decreto del domingo, anunciado por televisión y radio nacionales, fortaleció la posición del presidente, que hasta entonces era sumamente vulnerable.
Bashir firmó el mes pasado en Djibouti un acuerdo de paz con Sadiq al Mahdi, quien gobernaba cuando el actual presidente dio el golpe de Estado en 1989.
Mahdi se fue de la Alianza Democrática Nacional, una coalición de partidos opositores guerrilleros que cuenta entre sus miembros con el Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA).
El SPLA lucha desde 1983 para obtener la independencia del sur del país, de mayoría cristiana y practicante de cultos tradicionales, mientras que en el norte predominan los musulmanes.
El líder del SPLA, coronel John Garang, condenó la semana pasada el acuerdo de Djibouti y sostuvo que el gobierno de Sudán "debe ser removido, y no reformado". (FIN/IPS/tra-en/nb/mn/ceb/aq/ip/99