Los comicios presidenciales de Sri Lanka se celebraron hoy, marcados por enfrentamientos que causaron entre cuatro y seis muertes en plena jornada electoral.
Este saldo se se suma a las más de 30 muertes ocurridas en el frustrado atentado contra la presidenta Chandrika Kumaratunga el fin de semana.
La votación terminó la tarde de este martes. Se prevé que el resultado de la reñida puja entre Kumaratunga y Ranil Wickremasinghes, del opositor Partido Nacional Unido (UNP), se conozca la mañana de este miércoles.
Los informes iniciales de los centros de votación indicaban una concurrencia de entre 70 y 80 por ciento de los 11,8 millones de votantes habilitados.
Hubo denuncias de intimidación y acoso a los votantes y la requisa de algunas papeletas de votación en ciertas partes del país, pero probablemente estos episodios no influirán sobre el resultado, según los analistas.
Cuatro personas fueron asesinadas, dos de ellas cuando la policía disparó sobre seguidores del partido gobernante que intentaban hacerse de las urnas en enfrentamientos nocturnos.
Hasta la semana pasada, la mayoría de los analistas políticos y diplomáticos estaban de acuerdo en que la competencia entre Kumaratunga y Wickremasinghes era muy pareja, y que ambos guardaban mucha ventaja sobre los restantes 11 candidatos presidenciales.
El Centro de Supervisión de las Elecciones (CMEV), de carácter privado, informó acerca de algunos incidentes de violencia electoral e intimidación en las regiones central y occidental, pero señaló que todavía era muy pronto para decir si estos hechos influirán sobre el resultado de la votación.
"Recibimos informes de focos de violencia en Kandy, Hanguranketa y Hewahata en el distrito central y Gampaha y Attanagalla en la región occidental", dijo Pakiasothy Saravanamuttu, director ejecutivo del CMEV.
Sin embargo, "debemos esperar informes más completos de nuestros supervisores de campo para brindar una evaluación más precisa", sostuvo.
El CMEV, cuya financiación por la Fundación Asia con sede en Estados Unidos fue detenida por el gobierno, y otras organizaciones privadas como PAFFREL (Acción Popular por Elecciones Libres y Justas) no tuvieron acceso a los puestos de votación por primera vez desde su fundación.
Unos 60 observadores extranjeros invitados a las elecciones se dispersaron por el país con equipos de supervisores locales.
La votación fue tranquila en las zonas norte y este de la isla, donde operan los separatistas Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE).
Periodistas de la península norteña de Jaffna, bastión de los tamiles, que representan unos tres millones de los casi 19 millones de srilankeses, anunciaron que la seguridad del Ejército fue menos estricta en la ciudad para permitir que las personas se dirijan a los centros de votación.
Los residentes de Jaffa parecen dar su apoyo a Wickremasinghe, los militares aseguraron que la votación fue "libre y justa", y no permitieron que grupos favorables al gobierno como el Frente Democrático del Pueblo de la Patria (FDPE), que opera allí, tergiversara los resultados.
"Recibimos algunas llamadas de la oficina local del FDPE informando que había una multitud gritando afuera, y que querían seguridad", anunció un militar.
Los residentes de Batticaloa, en la región este, declararon que la votación fue buena y que varias personas recorrieron grandes distancias, desde territorios controlados por los rebeldes hacia zonas del gobierno, donde se encontraban los centros de votación.
La opinión general es que los votantes de la zona urbana y la mayoría de los tamiles y los musulmanes apoyan a Wickremasinghe, mientras que los seguidores de Kumaratunga proceden sobre todo de las zonas rurales, donde vive la mayoría de la población.
Sólo uno de los partidos rebeldes vota esta vez a Kumaratunga. Su aliado más incondicional, el Frente Unido de Liberación Tamil, cuyo líder, Neelan Tiruchelvam, fue asesinado presuntamente por el LTTE en julio, le retiró su apoyo alegando ser neutral.
Kumaratunga, que sufrió heridas en el ojo derecho y en el rostro cuando una bomba suicida, que se sospecha miembro del LTTE, estalló el sábado en un acto político, apareció el lunes de noche en televisión con un parche y llamó a los insurgentes a dejar las armas y a unirse a ella para terminar con el conflicto.
Sri Lanka vive en guerra civil hace 17 años. El LTTE pretende que su territorio se separe del resto del país.
Kumaratunga, que ganó las elecciones de 1994 con la promesa de terminar con el conflicto, había empezado conversaciones de paz con los rebeldes. Pero, al igual que en el pasado, los insurgentes interrumpieron las negociaciones para reanudar la guerra.
Wickremasinghe prometió iniciar conversaciones de paz con los rebeldes si gana las elecciones.
El líder rebelde, Velupillai Prabhakaran, anunció en noviembre que el gobierno de cinco años de Kumaratunga había sido un "insulto" para los Tigres, lo cual fue interpretado como una invitación indirecta a votar contra la presidenta.
Kumaratunga prometió después del atentado contra su vida que aplastará a los Tigres si los votantes le dan seis años más de gobierno. (FIN/IPS/tra-en/fs/an/ceb/ip/99