SIERRA LEONA: Pacificadores amenazan la paz

La rivalidad en Sierra Leona entre la misión regional de Africa occidental (Ecomog) y la fuerza de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) amenaza con descarriar el proceso de desarme de unos 45.000 ex combatientes.

Cinco meses después de la firma de un acuerdo de paz entre el gobierno de Ahmed Tejan Kabbah y los grupos rebeldes, todavía no fue desplegada la fuerza de 6.000 soldados de la ONU aprobada por el Consejo de Seguridad para aplicar el programa de desarme, desmovilización y reintegración de los ex combatientes.

Hasta ahora, apenas llegaron a este país africano unos 300 soldados de India y Kenia, aunque el día 15 vence el plazo para el cumplimiento del programa acordado.

"Este plazo es irreal, dada la lenta llegada de las tropas de la ONU, que no conocen el terreno ni la psicología de los grupos rebeldes, y la baja moral de los nigerianos que (encabezan la fuerza de Ecomog y) deben ayudarlas", comentó Donald Jarrett, un analista militar residente en Freetown.

Es probable que los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (FRU) quieran probar el temple de los soldados indios y keniatas que serán desplegados en su territorio, aventuró Jarrett.

"Estos soldados están ingresando en un terreno peligroso y podrían enfrentarse a rebeldes conocidos por haber cometido las peores atrocidades", advirtió.

Ecomog apoya al gobierno elegido democráticamente desde que fue derrocado en mayo de 1997 por el Consejo Revolucionario de las Fuerzas Armadas. En febrero de 1998, Ecomog lanzó una campaña militar que llevó a la expulsión de la junta militar y a la reinstauración de Kabbah en el poder nueve meses después.

Pero la guerra continuó en muchas partes del país, y la junta depuesta se alió con el FRU para cometer atrocidades contra civiles y devastar gran parte del territorio, lo que llevó al gobierno a procurar el diálogo con los rebeldes.

Nigeria tenía un contingente de 12.000 hombres dentro de la misión de Ecomog, de 15.000 soldados, y proveía la mayor parte de los fondos y la logística necesarios, con lo que impidió que los insurgentes tomaran el control del país, pero ahora su papel en la nueva operación pacificadora es mínimo.

Como compensación por su exitosa misión en Sierra Leona y Liberia, la ONU simplemente incorporó a unos 2.000 soldados nigerianos de Ecomog, así como a 700 de Ghana y Guinea, a la nueva fuerza multinacional.

El resto de la fuerza de la ONU procede fundamentalmente de India y Kenia, y el comandante es el general indio Vijay Jetley.

"Considero injusto que no haya un nigeriano a cargo de las tropas de la ONU, dado que Nigeria fue esencial en la contención de la violencia y la amenaza rebelde", expresó el general nigeriano Gabriel Kpamber, actual comandante de Ecomog.

Sin embargo, "Ecomog cooperará plenamente con la ONU para desmovilizar y desarmar a los ex combatientes", aclaró Kpamber.

La población de Sierra Leona tiene en alta estima a Ecomog por los sacrificios que realizó para proteger la vida y los bienes de los civiles de los ataques rebeldes, y por lo tanto le cuesta aceptar la llegada de soldados de India y Kenia.

"Esto es la hipocresía occidental en su máxima expresión. ¿Cómo la ONU puede marginar a los nigerianos, que son nuestros salvadores?", preguntó Baindu Sillah, un maestro de Freetown.

"En cuanto un indio o un keniata sean asesinados, la ONU retirará a sus hombres y nos dejará a merced de la brutalidad rebelde", opinó Isata Jawara, un empleado bancario de la capital.

Aunque Ecomog no se retirará de Sierra Leona, según el pacto firmado en julio en Lomé, sólo conservará 1.000 hombres "para proteger al país", en un hecho que los analistas interpretan como el comienzo del fin de la fuerza regional, profesional y altamente respetada.

Claramente, la moral de los soldados nigerianos de Ecomog ha decaído, y esto parece haber devuelto fuerzas a los rebeldes que continúan armados en el interior del país para continuar cometiendo atrocidades contra civiles.

Los próximos días serán sin duda los más desafiantes y peligrosos para el acuerdo de paz.

La guerra civil de Sierra Leona estalló en 1991 y desde entonces dejó miles de muertos y mutilados y más de 150.000 desplazados. (FIN/IPS/tra-en/lf/mn/mlm/ip/99

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