SIERRA LEONA: Minas terrestres, trágico saldo de la guerra civil

Uno de los problemas más graves que heredó Sierra Leona tras ocho años de guerra civil son las minas terrestres que, sin embargo, fueron ignoradas en el Acuerdo de Paz firmado entre el gobierno y la insurgencia en Togo en julio.

Jariatu Gbla, de 15 años, fue la última víctima de la explosión de una mina, hace una semana. Pero ni el gobierno ni las fuerzas rebeldes proponen soluciones al problema, y ni siquiera tratan el tema en la implementación del acuerdo de paz.

El entusiasmo con la llegada y el despliegue de las fuerzas de mantenimiento de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue opacado por el caso de Gbla, que avivó el debate público sobre estas armas mortales.

Gbla está internada en el hospital Connaught, de Freetown, bajo los cuidados de un equipo de médicos de la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras, que recibió este año el Premio Nobel de la Paz.

La mina que puso en peligro la vida de Gbla estalló en su pequeño pueblo de Mathibo, unos 152 kilómetros al norte de Freetown, que fue capturado varias veces y en forma alternada por las tropas del gobierno y las fuerzas rebeldes.

Gbla relató a IPS que acompañaba a su madre y hermano a la granja cuando pisó un objeto, y fue sacudida por una explosión que le destrozó la pierna izquierda. Entonces se desmayó. "Vi que salía sangre de mi pierna desecha y estaba paralizada por el dolor", contó.

Se cree que hay centenares de miles de minas terrestres enterradas en varias partes del país que estuvieron en manos de las fuerzas rebeldes.

Con grandes dificultades, ECOMOG, la fuerza de mantenimiento de paz de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental, comandada por Nigeria, retiró decenas de minas instaladas en los alrededores de Freetown por la dictadura militar que estuvo nueve meses en el poder en 1997.

La organización no gubernamental Salvemos el Patrimonio y Rehabilitemos el Ambiente (SHARE), asumió la dirección de la campaña contra las minas terrestres y por su remoción.

El director de SHARE, Elvis Hallowell, declaró a IPS que a su grupo le preocupa el silencio que mantienen ambos bandos de la guerra civil y de la comunidad internacional respecto del problema siempre presente de las minas terrestres.

"Las minas enterradas en este país son claramente una violación, y estamos preocupados porque, a menos que se desactiven todas las minas, seguirá habiendo gran emigración urbana, temor a la inseguridad y escasa producción agrícola", advirtió Hallowell.

El incidente de Mathibo y otros anteriores obligaron a los residentes de la zona a huir. Las actividades agrícolas fueron interrumpidas, ya que los campesinos abandonan sus tierras por miedo al estallido de minas en sus parcelas.

Efectivos de ECOMOG confirmaron que los rebeldes enterraron minas terrestres durante los ocho años de guerra civil que desplazó a más de 150.000 personas.

Más de 10 soldados de ECOMOG fueron víctimas del estallido de minas antipersonales enterradas por los rebeldes donde hoy está establecida la base de las fuerzas de mantenimiento de paz, en Port Loko.

Es probable que el problema de las minas terrestres figure en la lista de prioridades de las tropas de la ONU, cuya tarea será desarmar a unos 45.000 ex combatientes del insurgente Frente Revolucionario Unido y de las milicias favorables al gobierno. (FIN/IPS/tra-en/lf/mn/ceb/aq/ip/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe