/REPETICION/ MEXICO: Violencia prolonga conflicto universitario

Un grave episodio de vandalismo empantanó el proceso de diálogo entre los estudiantes y las autoridades de la más grande universidad de México y América Latina, pocas horas después de alcanzarse importantes avances en casi ocho meses de huelga.

El consejo de estudiantes que apoyan el paro anunció este lunes su decisión de suspender por tiempo indefinido las negociaciones, aunque sin romperlas, con las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Las actividades de casi 300.000 alumnos, 24.400 empleados y 5.000 académicos quedaron paralizadas desde el 20 de abril por un movimiento que planteó la defensa del carácter popular y gratuito del centro de estudios, cuyas autoridades habían dispuesto aumentar el arancel anual de 0,02 dólares a 100.

La suspensión del diálogo fue adoptada en respuesta al arresto de 98 alumnos que participaron el sábado en una marcha, definida por los organizadores como extensión de las protestas celebradas a principios de este mes en Seattle, Estados Unidos.

La manifestación concluyó sin incidentes frente a la embajada de Estados Unidos en la capital de México. Sin embargo, cuando la mayoría de los participantes comenzaba a retirarse, un grupo agredió a los policías con piedras y cohetes.

Tras el estallido de los proyectiles, que causaron daños materiales a la sede diplomática, sobrevino el caos, que dejó además 10 heridos, entre ellos cuatro policías.

Los uniformados arremetieron violentamente contra los manifestantes, a quienes persiguieron en los alrededores de la embajada estadounidense, ubicada sobre la avenida Reforma, una de las principales de México.

El Consejo General de Huelga discute si condicionará su regreso a la mesa de diálogo a la liberación de las 19 mujeres, 61 hombres y 19 menores detenidos.

Los actos de violencia ocurrieron menos de 24 horas después de que autoridades de la UNAM y representantes del Consejo General de Huelga firmaran las bases del proceso de negociación.

Reunidas por primera vez la semana pasada para discutir la solución del conflicto, ambas partes establecieron que los acuerdos entrarán en vigor sin modificación alguna a partir del momento en que el Consejo General de Huelga levante la protesta.

El desmantelamiento del aparato policial y de espionaje montado en la UNAM y la derogación de las últimas reformas oficiales a los reglamentos de inscripción y exámenes están incluidos en la agenda de negociaciones acordada.

Mientras los simpatizantes de la huelga desplegaban desde el domingo una intensa actividad por la libertad de sus compañeros detenidos, analistas preveían un escenario de endurecimiento por parte del sector de ultraizquierda que domina al movimiento estudiantil.

En el complejo entramado de corrientes políticas que respaldan la huelga, los denominados "ultras" controlan la mayoría de las 40 asambleas que manejan el conflicto.

La huelga no fue suspendida, a pesar de la derogación en junio del aumento de cuotas.

La renuncia hace un mes del rector Francisco Barnés, promotor del último plan de modernización de la UNAM, fue insuficiente para los estudiantes en paro, que reclamaban su salida como condición para entregar el recinto universitario.

La inacción de las fuerzas de seguridad durante los mítines y marchas organizados por los huelguistas mantienen al gobierno capitalino, en manos de la oposición, en una incómoda posición.

Amplios sectores critican la actitud del oficial Partido de la Revolución Democrática, de centroizquierda, por no dar cauce a decenas de demandas por los desmanes protagonizados por supuestos estudiantes.

El mes pasado, dos agentes fueron sancionados por haber golpeado a dos alumnos que participaban en un bloqueo de la autopista de alta velocidad que rodea a la capital.

En todos los casos, incluidos los episodios del sábado y los daños causados a un mural del artista mexicano Diego Rivera en la sede universitaria, el Consejo General de Huelga asegura que han sido actos efectuados por provocadores ajenos a su movimiento.

Ante la exasperación de la opinión pública, la intolerancia volvía a aparecer como el elemento que cerraba las perspectivas de un arreglo en la UNAM.

Mientras se prolonga el conflicto sobre el costo y la calidad de la enseñanza superior en el país, éste se apresta a recibir el siglo XXI con 33 millones de mexicanos sin educación básica, de acuerdo con datos de un centro de estudios para adultos.

En la UNAM, menos de 60 por ciento de sus alumnos termina la carrera a tiempo y 40 por ciento obtiene calificaciones promedio de entre seis y ocho puntos, sobre un total de diez. (FIN/IPS/pf/mj/ip ed/99

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