Activistas del grupo ambientalista Greenpeace se encadenaron hoy a un barco "tóxico" antes de que la tripulación pudiera fondearlo junto al desguazadero de Alang, en la zona occidental de India.
El representante de Greenpeace Marcelo Furtado anunció la acción en conferencia de prensa en Nueva Delhi y dijo que el desguazamiento del barco griego Global Sao Paulo, construido hace más de 30 años, arrojaría residuos peligrosos a la costa de Gujarat.
Furtado señaló que la acción de Greenpeace coincidió con un discurso dado por el ministro de Ambiente y Bosques, T.R.Baalu, en la quinta sesión de la Conferencia de Partes de la Convención de Basilea sobre el Control de Movimientos Internacionales de Residuos Peligrosos y su Disposición, en Suiza.
Según Furtado, el discurso de Baalu parece renegar de compromisos asumidos previamente para terminar con las importaciones de residuos tóxicos.
"Hasta la fecha no hay consenso sobre los criterios a adoptar para juzgar si un proceso particular o tecnología de desecho o reciclaje se puede categorizar como ambientalmente viable", dijo Baalu en su discurso.
Baalu se quejó de que la capacidad de los estados miembros de la Convención de Basilea para procesar residuos en forma que no perjudique al ambiente no se toma en cuenta por la prohibición a trasladar materiales reciclables.
Pero Furtado aseguró que los antecedentes de India en el manejo de residuos peligrosos como el cinc y el plomo y otros materiales tóxicos han sido mucho menos que satisfactorios, y que hay indicios de que este país pretende continuar con la lucrativa industria del desguazadero.
Greenpeace ancló su nave insignia, el "Rainbow Warrior" (Guerrero del Arco Iris), frente a la costa de Alang durante los últimos dos días para destacar el problema.
"La falta de aplicación de la ley existente por las autoridades pertinentes nos obligó a tomar esta acción", dijo el activista de Greenpeace Nityanand Jayaraman.
El miércoles, activistas de varias nacionalidades de la organización pintaron leyendas sobre el casco del Global Sao Paulo advirtiendo que es tóxico y peligroso.
Furtado dijo que los activistas del Rainbow Warrior, en India en su "Gira por Asia sin Tóxicos", descubrieron no menos de 10 barcos anclados frente a Alang esperando la marea favorable para fondearse y ser desguazados.
Los países que compiten por la lucrativa pero peligrosa rama del desguazamiento incluyen a Bangladesh, China y Filipinas.
"El ambiente indio y la salud de los trabajadores se verán beneficiados si actuamos frente a la actual operación de desecho en Alang y exigimos la descontaminación de los barcos antes de su importación", afirmó Furtado.
India ratificó la Convención de Basilea en 1992, pero la industria del desguazamiento de barcos sigue violando ese instrumento y las normas de este país.
Furtado dijo que Greenpeace protestó formalmente ante los tribunales y las autoridades aduaneras antes de adoptar la acción actual.
El gobierno no dio señales de impedir que la costa de Gujarat se convierta en el principal cementerio para los barcos del mundo. Esta actividad produciría 2,5 millones de toneladas de acero, o sea 10 por ciento de la producción acerera de India.
El año pasado, la Oficina Central de Control de la Contaminación redactó una serie de lineamientos para la industria y recomendó rechazar los barcos viejos con gran cantidad de contaminantes según la Convención de Basilea.
Los lineamientos, aseguró la Oficina, ayudarían a los desguazaderos a trabajar en una forma que no perjudique al ambiente y servirían como medida para que las autoridades regulen la industria.
La mayoría de los barcos que llegan a la costa de Gujarat proceden de Estados Unidos, donde las leyes impiden el desguazamiento pero no prohíben su exportación a otros países, señaló Greenpeace.
Un informe del grupo ambientalista Toxic Link reveló en 1998 las condiciones inhumanas de trabajo en los desguazaderos indios. Unas 40.000 personas trabajan en una faja de playas de 10 kilómetros de largo donde padecen serios riesgos laborales y están expuestos a la lepra y la tuberculosis.
Pero eso parece no preocupar al gobierno, más interesado en mantener la industria generadora de 500 millones de dólares por año. (FIN/IPS/tra-en/rdr/an/aq/en/99