El fracaso de la conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) este mes en Seattle postergó cualquier debate sobre el tema cada vez más importante del comercio por Internet, la red informática mundial.
Como no se fijó ninguna fecha para una nueva reunión ministerial de la OMC, podrían pasar más de tres años antes de que se encare la cuestión del comercio electrónico. Entre tanto, sigue creciendo a un ritmo fenomenal.
"La OMC tiene una increíble cantidad de asuntos en su agenda. Apenas ha tocado el tema del comercio electrónico e Internet, pero abrumará a los delegados incluso antes que se recuperen del revés en Seattle", observó Steve Cisler, un consejero de información que trabaja en proyectos de computación en países en desarrollo.
"Para el 2005 podría haber presión para llamarla 'OMCE' (Organización Mundial de Comercio Electrónico), una vez que la gente se dé cuenta de la importancia de esa actividad", predijo Cisler en un foro de discusión por correo electrónico (e-mail).
La OMC calculó que para el año 2001 habrá más de 300 millones de usuarios de Internet en todo el mundo, en comparación con los 179 millones actuales, la mayoría en el Norte industrial.
El valor de las transacciones comerciales en el 2001 excederá 300.000 millones de dólares, casi el valor del producto interno bruto de Argentina, frente a 2.600 millones de dólares en 1996, pronosticó la OMC.
En Estados Unidos, la mayor área de crecimiento del comercio electrónico, 56 por ciento de todas las empresas realizarán ventas por Internet el año próximo, en comparación con 24 por ciento en 1998, según un sondeo de NUA, una firma consultora y de desarrollo de Internet.
El grueso de esas ventas se producirá a expensas de los negocios e intermediarios que no están todavía en línea, según NUA.
Un borrador de documento para la abortada reunión de Seattle recomendó una moratoria en los aranceles por ventas de Internet. La moratoria será aplicada sólo a comunicaciones, bienes y servicios transmitidos electrónicamente, incluso libros digitales, música y programas de computación.
Esto siguió a la cumbre de la OMC de mayo de 1998, que encargó a su Consejo General establecer "un programa para examinar todos los temas vinculados al comercio electrónico a nivel global".
La recomendación incluyó tener en cuenta "las necesidades económicas, financieras y de desarrollo de los países en fase evolutiva".
Los miembros de la OMC comenzaron a estudiar el año pasado de qué manera el organismo debería tratar la cuestión del comercio electrónico pero, dada la naturaleza única de esta emergente modalidad de comprar y expedir bienes, muchas preguntas siguen todavía sin respuesta.
Los gobiernos están abordando un tema muy complicado y necesitan darse cuenta de la necesidad de crear un ambiente apropiado para el comercio electrónico, señalaron observadores.
"Creo que la agenda de la OMC fue muy regresiva y carente de impulso racional", opinó Kenan Patrick Jarboe, presidente de Alianza Atenas, una organización estadounidense sin fines de lucro de estudios sobre información económica global emergente.
"Los rápidos cambios económicos producidos por la avanzada tecnología de la información están creando un cuadro muy distinto a la situación posterior a la segunda guerra mundial, para la cual el GATT (antecesor de la OMC) fue diseñado", expresó Jarboe.
"La cuestión ha ido mucho más allá de un 'Internet libre de impuestos', lo cual parece ser la posición oficial estadounidense sobre comercio y tráfico electrónico", observó.
La imposición de gravámenes se ha convertido en uno de los principales temas vinculados al comercio electrónico. El Congreso estadounidense decidió hace dos años que Internet debía permanecer como zona libre de impuestos mientras que una comisión asesora estudiaba el problema.
El mes pasado, un plan presentado por la Asociación Nacional de Gobernadores de Estados Unidos propuso un sistema para el cobro unificado de los impuestos sobre ventas estatales.
Según la propuesta, las ventas internacionales por Internet deberían ser gravadas en el lugar de destino de los productos, y marcó el primer paso en los esfuerzos para afrontar las dificultades de gravar las ventas de Internet cuando expire la moratoria.
Durante la conferencia de 1998 en Ottawa, los ministros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) también acordaron observar una moratoria trienal sobre nuevos impuestos a Internet.
"Actualmente, los bienes físicos vendidos electrónicamente están sujetos a aranceles de importación como cualquier otro servicio, pero debería establecerse un esquema regulador apropiado para que prospere el comercio electrónico", aconsejó el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD).
"Las normas y leyes existentes no serían aplicables a algunos servicios cibernéticos que no existen en el mundo físico, y las fronteras entre servicios y también industrias han quedado superadas", indicó.
Por ejemplo, la OMC informó que algunos fármacos habían sido vendidos electrónicamente y en forma ilegal a través de fronteras nacionales. De esta forma, es casi imposible asegurar la integridad del producto, a menos que el vendedor sea la propia compañía farmacéutica.
Otro tema son los derecho de propiedad intelectual, y en qué medida deben ser aplicados para contrarrestar la piratería en el comercio electrónico.
Algunas compañías han optado por una ampliación de los métodos de patentado usados para hacer negocios con Internet, a raíz de un dictamen de la Corte de Apelaciones de Estados Unidos.
Hace poco, una tienda de comercio electrónico de libros, "Amazon.com" ganó un proceso preliminar en Estados Unidos para evitar que su competidora, "Barnesandnoble.com" usara un servicio que permite a sus clientes hacer pedidos sin tener que ingresar sus datos financieros cada vez que compran.
El tema es significativo porque las compañías de comercio electrónico usan programas similares para hacer negocios y nuevos competidores, especialmente de países en desarrollo, deberán preocuparse por pleitos judiciales emanados de la indebida apropiación de patentes.
Los países pobres, deseosos de explotar las ventajas del comercio electrónico, desean un régimen político que les permita un mayor acceso a Internet y garantice seguridad y legitimidad a sus transacciones. Con el fin de promover una distribución y participación más amplia del Internet global, otros sectores reclaman algún sistema compensatorio.
El PNUD propuso que un eventual gravamen de Internet sea usado para financiar el desarrollo del sector de la tecnología informática en países pobres. Esas naciones, a su vez, temen perder mercados e ingresos si sólo se convierten en receptoras de bienes de países desarrollados.
Algunos temen que Internet brinde a individuos y corporaciones la posibilidad de ocultarse en el ciberespacio reduciendo la capacidad de los gobiernos de supervisar y regular su conducta. India planea crear una comisión para estudiar de qué manera puede gravar y regular Internet, y ampliar así su base fiscal.
Cómo implementar un sistema impositivo para el comercio electrónico sigue siendo un dilema para los gobiernos de todo el mundo. En 1997, Washington propuso que las transacciones electrónicas, como programas computarizados o acceso a información financiera, queden libres de impuestos.
Pero los representantes de los países en desarrollo vocearon su renuencia a ser obligados a un acuerdo antes de tener tiempo de experimentar y medir sus posibles consecuencias.
"Los gravámenes en sí mismos, y los medios extraordinarios que se necesitan para su cobro podrían frenar el desarrollo del comercio electrónico y alentar tecnologías que burlen la ley", advirtió David Aaron, subsecretario estadounidense de Comercio durante la reunión de la OMC en Seattle.
Sin embargo, según Jarboe, el fracaso de la conferencia podría ser "una oportunidad para dar un paso atrás y reflexionar acerca de la nueva noción económica global, y discutir acerca de cuáles reglas pueden tener sentido en esta nueva era". (FIN/IPS/tra-en/gm/mk/ego-mlm/if/99