La incorporación de China a la OMC reducirá las probabilidades de reforma democrática en ese país y en la organización comercial mundial, advirtió una federación de grupos ambientalistas, sindicales y de derechos humanos.
La coalición, llamada Campaña Comercial de los Ciudadanos (Citizen's Trade Campaign), saltó a la fama luego de promover manifestaciones públicas este mes contra la conferencia ministerial de la OMC (Organización Mundial del Comercio) en Seattle y autoproclamarse vencedora.
Ahora, la federación se dispone a realizar una gran campaña sobre las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos, que según se prevé serán un tema candente en la carrera hacia las elecciones presidenciales de este país.
"La única cosa peor que la OMC como es actualmente sería la OMC con China como miembro", opinó Lori Wallach, directora de Public Citizen's Global Trade Watch, una organización opuesta a la globalización.
"Si China ingresa, no habrá esperanza de que la organización se vuelva más sensible a los problemas laborales, ambientales o de derechos humanos", agregó.
Wallach es una de las activistas que presionan al Congreso de Estados Unidos para que niegue a China la concesión de "relaciones comerciales normales" (RCN, antes conocidas como el estatuto de nación más favorecida) de manera permanente.
China goza desde 1980 de ese estatuto, que le otorga las mismas preferencias que a la mayoría de los restantes socios comerciales de Estados Unidos, pero por ser un país comunista, el Congreso debe aprobarlo una vez al año.
Para otorgar a Beijing el estatuto permanente de RCN, ambas cámaras del Congreso deben enmendar la ley que dispone la aprobación anual, y aunque eso será relativamente fácil en el Senado, donde las fuerzas procomerciales son más fuertes, será muy difícil en la Cámara de Representantes.
Los únicos países a los que Washington niega RCN son Afganistán, Camboya, Corea del Norte, Cuba, Laos y Yugoslavia.
Desde que Beijing reprimió de manera sangrienta el movimiento chino por la democracia en 1989, la renovación del estatuto de RCN ha sido una permanente fuente de debate en la cámara baja.
Si China obtiene RCN permanente, los congresistas perderán la única oportunidad regular que tienen de influir en la política de Washington hacia China.
Los legisladores "no quieren renunciar a la influencia que eso implica", declaró el secretario político de un influyente congresista demócrata.
Por otra parte, Beijing y grandes empresas estadounidenses con intereses en China favorecen el ingreso de ésta a la OMC y la concesión de RCN permanente porque eliminarían la posibilidad de que Washington imponga repentinamente sanciones económicas a Beijing que amenacen sus planes de inversión y desarrollo.
Muchas multinacionales estadounidenses, que invirtieron decenas de miles de millones de dólares en China durante esta década, se preparan entonces para una dura batalla.
Business Roundtable, un grupo integrado por altos ejecutivos de las 200 mayores empresas de Estados Unidos, ya comprometió 10 millones de dólares para una campaña de presión.
Otras asociaciones empresariales como la Cámara de Comercio y la Asociación Nacional de Fabricantes también se preparan para movilizar sus respectivas bases electorales.
"El gobierno nos preguntó si podíamos reunir los votos, y nosotros respondimos que podemos y lo haremos", declaró Craig Johnstone, un alto funcionario de la Cámara de Comercio, al periódico The New York Times.
Pero los opositores al acuerdo, muchos de ellos también opositores de la OMC, están igualmente determinados. Se prevé que la campaña estará encabezada por los sindicatos, que son los grupos más preocupados por la exportación de empleos y tecnología estadounidenses a China.
John Sweeney, presidente de la AFL-CIO, la principal federación sindical de este país, consideró que el acuerdo es "un grave error", en una inesperada declaración.
"Al perseguir disidentes, encarcelar a líderes y activistas sindicales y exportar productos elaborados por esclavos, China demuestra que no tiene interés en respetar siquiera las normas más básicas de la comunidad mundial", dijo Sweeney.
Este es sólo uno de los argumentos que se utilizarán tanto contra el ingreso de China a la OMC como contra la concesión del estatuto permanente de RCN.
Por otra parte, James Nolt, del Instituto de Políticas Mundiales, señaló que "muchos otros países en desarrollo ejercen una represión similar sobre los trabajadores e integran la OMC, por lo tanto excluir sólo a China sería obviamente discriminatorio".
Pero esto no implica que China deba ser incorporada a la OMC, opinó John Cavanagh, director del Instituto de Estudios Políticos.
"En cambio, deberíamos seguir procurando la transformación de la OMC, para que exija a sus países miembros que respeten los derechos humanos reconocidos internacionalmente", exhortó.
La incorporación de China a la OMC prepararía el camino para el ingreso de Taiwan, y así quedaría completa la lista de grandes socios comerciales de Estados Unidos sujetos a las normas y los procedimientos de resolución de disputas de la organización mundial. (FIN/IPS/tra-en/aa-jl/mk/mlm/if-dv/99