La actitud a tomar ante la ofensiva militar de Rusia en Chechenia dividió al Grupo de los Ocho (G-8) países más industrializados en su reunión de hoy en Berlín, donde quedó de manifiesto el creciente aislamiento internacional de Moscú.
El canciller ruso Igor Ivanov había aceptado discutir en Berlín el conflicto de la rebelde república rusa, pero aclaró que no tolerará una solución internacional a lo que Rusia considera un asunto interno.
"Creo que no vine a Berlín a resolver el problema de Chechenia", declaró Ivanov tras mantener este jueves conversaciones bilaterales con el ministro de Relaciones Exteriores alemán Joshka Fischer.
Al final de la reunión este viernes no hubo una conferencia de prensa conjunta de los ministros de los ocho países (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia). Sólo estuvieron Fischer, actual presidente del G-8, y su homólogo japonés Yohei Kono, el próximo presidente del grupo.
"Esta guerra es una grave amenaza a la sociedad y la cooperación entre Rusia y todos nosotros", dijo Fischer, y agregó que sólo llevaría a la intensificación y extensión del conflicto checheno.
"Lo que es evidente es que los rusos, a través de sus acciones, se están aislando a sí mismos del resto de la comunidad internacional", dijo la secretaria de Estado (canciller) estadounidense Madeleine Albright. Rusia no tiene "la capacidad para enfrentar directamente lo que está pasando", aseguró.
El resto del G-8 exigió el cese del fuego inmediato que permita a la población atrapada en Chechenia abandonar el lugar, así como contactos formales entre los dirigentes chechenos y Moscú, incluso con el presidente checheno Aslan Masjadov.
El grupo también pretende una conferencia regional de paz que incluya a las regiones vecinas de Daguestán, Ingushetia y Ossetia Septentrional, y un acuerdo para entregar ayuda humanitaria a través de corredores seguros y controlados.
Aunque reconocieron que Rusia tiene derecho a defender su integridad territorial, la solución militar tiene un efecto de contagio en el resto de la región y en los países vecinos, y por tanto no es sólo un asunto interno, aseguraron.
Pero Ivanov rechazó el cese del fuego, una de las principales exigencias de las potencias occidentales, y dejó en claro que no desea que éstas medien en el conflicto. La ira por la posición de Rusia era palpable en Berlín. Albright dijo que Rusia está perdiendo credibilidad ante la comunidad internacional.
"Creo que Rusia se da cuenta que quedará completamente aislada si se niega a cooperar (con nosotros)", dijo Fischer, quien también se negó a hablar sobre sanciones específicas.
Pero sí reconoció que el espacio de maniobra es muy limitado debido a la proximidad de las elecciones parlamentarias en Rusia, previstas para este sábado. Mientras, la ofensiva militar es popular entre el pueblo ruso.
No obstante, Estados Unidos no está dispuesto a considerar sanción alguna contra Moscú, a pesar de que algunas delegaciones esperaban que Washington amenazara con cesar los créditos a las exportaciones de Rusia a través del Export Import Bank.
En su lugar, Estados Unidos y otros insistieron que la presión política es lo mejor para persuadir a Moscú. Albright y Fischer reconocieron que no tienen mucha influencia política sobre Rusia, y ninguna del tipo militar.
"Quedan unas 45.000 personas en Grozny (la capital de Chechenia) y Moscú dice que tomará la ciudad en cuestión de días. Necesitamos con urgencia el cese del fuego, si no habrá un baño de sangre", advirtió Knut Vollebaek, canciller noruego y presidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación de Europa (OSCE).
Rusia sostiene que el cese del fuego permitirá el fortalecimiento de los rebeldes. Moscú también descarta la conferencia regional o la negociación con los rebeldes, como propusieron varios cancilleres después de escuchar el informe de Vollebaek.
Vollebaek visitó Chechenia esta semana y llegó a 10 kilómetros de Grozny. Confirmó la inexistencia del "corredor seguro" que prometió Moscú para que huyeran los civiles de la ciudad, y declaró su preocupación por la suerte de la población.
"Para ser sincero, no veo progreso alguno", dijo Vollebaek al final de la reunión del G-8. "No nos ponemos de acuerdo" sobre Chechenia, agregó.
Un portavoz de la Unión Europea dijo que Rusia enfrentará posibles sanciones comerciales de Europa a menos que cesen los combates. Pero esto podría dañar al continente también y Alemania ya expresó su oposición.
El Consejo de Europa, con sede en Estrasburgo, discutió la posible expulsión de Rusia, y hubo planteos informales de expulsar a Rusia del G-8, aunque no se discutieron en Berlín.
La Comisión Europea, el principal órgano ejecutivo de la UE, informó que presentará propuestas de sanción económica contra Rusia a la reunión de los cancilleres europeos que se realizará en Bruselas el 24 de enero.(FIN/IPS/tra-en/ys/ak/aq/ip/99