Asia oriental deberá invertir más en el sector social en los próximos años para mantener sus avances contra la pobreza y la ignorancia, afectados por la peor crisis económica de la región en este siglo, exhortó hoy Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).
De lo contrario, la crisis que sacudió a la región en los últimos dos años podría paralizar el crecimiento de decenas de millones de niños y jóvenes en la región, advirtió la agencia en su evaluación de fin de milenio sobre la condición de la infancia y las mujeres en todo el mundo.
Unicef aconsejó a los gobiernos regionales que aumenten el gasto en el sector social a 20 por ciento del presupuesto nacional y urgió a los donantes internacionales a asignar al menos ese mismo porcentaje de su presupuesto de ayuda bilateral a objetivos de desarrollo.
"Aunque la crisis financiera parece amainar en Asia oriental, la crisis humana continúa", reza el informe, titulado "El estado mundial de la infancia/2000".
Los últimos datos sociales y económicos de todos los países de la región no estaban disponibles al momento de la publicación del informe, pero las estimaciones preliminares son altamente preocupantes.
Un efecto inmediato de la crisis fue el abrupto incremento de la pobreza en países que poco tiempo atrás eran considerados verdaderos dínamos económicos.
El peor caso fue el de Indonesia, donde, entre 1997 y 1998, el número de personas con un ingreso inferior a un dólar por día se duplicó y llegó a 20 millones, en una población de 200 millones.
Dos de cada tres Indonesios habrán caído por debajo de la línea de pobreza antes del nuevo milenio, según cifras de la Organización Internacional del Trabajo citadas por Unicef.
En Tailandia y Corea del Sur, 12 por ciento de la población también cayó en la pobreza en los últimos dos años.
Este fenómeno ha sido acompañado por la reducción de las oportunidades laborales y educativas en la región, en especial para mujeres y niños.
Entre 1997 y 1998, los empleos de las mujeres de Corea del Sur se redujeron siete por ciento, y los de los hombres, 3,8 por ciento.
Casi 150.000 niños abandonaron la escuela en Tailandia, y en Corea del Sur el índice de abandono de la enseñanza secundaria llegó a 36 por ciento.
La incapacidad de pagar las cuotas obligó a los padres de 20 por ciento de las adolescentes y más de 10 por ciento de los adolescentes varones a suspender su educación secundaria en la capital de Indonesia.
Para evitar un agravamiento de esta crisis de desarrollo humano, los países de la región deberán incrementar el gasto en salud, educación, y desarrollo de la infancia y la mujer, exhortó Unicef.
La agencia citó al funcionario de gobierno filipino Horacio Morales, quien realizó la misma exhortación en el encuentro regional de la "Iniciativa 20/20".
La iniciativa, lanzada en la Conferencia sobre Población y Desarrollo de 1994, en El Cairo, y respaldada al año siguiente en la Cumbre Mundial de Desarrollo Social realizada en Copenhague, exige que gobiernos y donantes asignen un quinto de sus presupuestos y su ayuda bilateral a metas de desarrollo social.
"Tras la crisis financiera de Asia, tanto los gobiernos como la sociedad civil sienten que la Iniciativa 20/20 es necesaria, esencial y factible. La iniciativa no promueve apenas una red de seguridad, sino que, además de proteger los logros en materia de desarrollo humano, puede contribuir a la recuperación económica", declaró Morales, secretario de Reforma Agraria.
El estallido de la crisis asiática coincidió con la máxima reducción de la ayuda para el desarrollo por parte de los países ricos (0,22 por ciento en 1997).
Existen escasas señales de que las naciones industrializadas vayan a cumplir su compromiso de asignar 0,7 por ciento de su producto interno bruto a la ayuda oficial para el desarrollo. (FIN/IPS/tra-en/mu/ral/mlm/dv/99