América Latina y el Caribe es la región del mundo en la que mayor número de hogares consumen sal yodada, pero aún hay 39 millones de personas que por deficiencias en este nutriente sufren bocio endémico y otros 196 millones están en riesgo de contraer la enfermedad.
El bocio endémico o abultamiento en el cuello es la más frecuente de las enfermedades generadas por los desórdenes por deficiencia de yodo (DDY), pero no la única.
La falta de yodo en el organismo humano puede retardar el crecimiento corporal, reducir el coeficiente intelectual hasta el retardo mental, producir sordera, abortos y muerte perinatal. Por supuesto, su deficiencia se refleja en el bajo rendimiento laboral.
El yodo es un micronutriente esencial en la formación de las hormonas tiroideas, cuya función en el organismo es regular el metabolismo celular y el crecimiento y desarrollo del cerebro.
El enriquecimiento de la sal con yodo, que es sencillo, se universalizó porque la sal es un producto de consumo masivo en todo el mundo y su costo es ínfimo.
Estos datos fueron revelados en Bogotá durante la reunión regional "Sal 2000", convocada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los ministerios de Salud y Educación, y delegados de la industria salinera continental.
El encuentro se llevó a cabo del 28 de noviembre al 1 de este mes bajo el lema "yodar la sal a usted le significa muy poco. A un niño le significará vivir", con el que se quiere impulsar una campaña masiva en la que tendrán participación fundamental maestros y escolares.
"De Canadá a la Patagonia, más del 95 por ciento de la población está recibiendo en su mesa sal purificada con yodo", dijo el mexicano Domingo Arsani Capellini, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Salinera y presidente de la empresa Sales del Itsmo.
Sin embargo, indicó que existen problemas en algunos países pequeños en los que los productores son artesanales y no tienen mecanismos de control estatal ni privado.
"Queremos consolidar una asociacion regional de productores de sal de América Latina, crear intercambio tecnológico entre diferentes productores de la zona" y avanzar en el enrequecimiento con yodo y adición de nutrientes como fluor para prevención de caries dental en la niñez, afirmó.
Arsani Capellini anunció que el próximo año su país espera recibir una veeduría internacional para obtener el certificado de territorio libre de DDY.
El propósito de la alianza de autoridades de salud, educación y productores salineros también es sensibilizar a los dirigentes y personas de reconocimiento social sobre las implicaciones de los DDY e incidir en el cambio de hábitos de consumo de la sal.
La experiencia de Colombia en la década del 80 ilustra sobre los efectos negativos de la falta de control en la calidad de la sal yodada.
Colombia, que junto con México fue pionero a mediados de siglo en la masificación del consumo de sal yodada, logrando una disminución del bocio de 53 por ciento en 1948 a 1,8 por ciento en 1965, bajó la guardia en los controles a mediados de la década del 80.
Por entonces apareció en el país un mercado paralelo de sal que en el proceso de reempaque del producto para la venta minorista mezclaba la sal yodada de alta calidad, con sal no yodada producida en las minas de la norteña península de La Guajira.
Se estima que la sal de mala calidad logró captar la mitad del mercado.
Un estudio realizado entre 1993 y 1994 en siete ciudades mostró que sólo 24,4 por ciento de las muestras analizadas cumplían con la norma nacional de 50-100 partes por mil (ppm). Un porcentaje mayor, 55 por ciento, llegaba al nivel internacional de 20 ppm.
En esa época, el director general de Unicef visitó Colombia y, durante un desayuno en la casa presidencial, midió el porcentaje de yodo en la sal de mesa, encontrando que no cumplía las normas mínimas.
La crisis de la sal puso en alerta a las autoridades y el Ministerio de Salud, el Instituto Nacional de Salud y Unicef evaluaron el DDY en nueve regiones del país, mediante palpación de tiroides en 12.000 escolares y medición de excreción urinaria de yodo a otros 5.000.
La sal sin yodo suficiente había ganado mucho mercado, pero su incidencia en la salud no había sido devastadora: 91 por ciento de los niños y niñas de la muestra registraban un tiroides sano.
Actualmente Colombia, Bolivia y Perú gozan del certificado de países libres de DDY, como Argentina, Chile, Estados Unidos y Canadá lo son desde la década del 70.
En el Caribe, el DDY tampoco es un problema de salud pública, lo que se explica por tratarse de países insulares en los que la población consume alimentos marinos, las principales fuentes de este nutriente.
En América Central, el proceso de enriquecimiento de la sal con yodo no es óptimo, salvo en Panamá y Costa Rica, que tienen muy buen nivel.
En Guatemala hay problemas serios y todavía se registran casos de niños con retraso, abortos frecuentes y cansancio prematuro por esta causa, dijo a IPS el Jefe del Departamento de Prevención de la OPS, José Solis.
En ese país se avanza en la constitución de una asociación cooperativa de 300 pequeños y medianos empresarios, lo que podría significar un importante avance para acceder a tecnologías nuevas a costo razonable para producir sal yodada de buena calidad.
El funcionario señaló que de 12 a 14 gramos de sal yodada al día es lo adecuado y la OPS y los otros miembros de la alianza formalizada en Bogotá van a hacer "la promesa que para el año 2000 el cien por ciento de los latinoamericanos y caribeños consuman sal de buena calidad".
Para cumplir esa meta "se necesitan padres, madres, iglesias, gobiernos y empresas que den lo mejor de sí para encontrar el éxito", añadió.
El del yodo como fuente de vida es un secreto muy bien guardado que vale la pena revelar, dijo Solis, pues una persona en toda su vida debe consumir sólo el equivalente a una cucharadita de yodo puro, pero debe hacerlo de manera sostenida.
"Yo puedo asegurar que los niños de Colombia y toda América Latina aprovechan mejor su escuela y pueden avanzar en grado gracias a que tienen sal yodada en sus hogares", concluyó Solís, para subrayar los grandes beneficios de este nutriente y las implicaciones de la campaña. (FIN/IPS/mig/ag/he/99