AGRICULTURA: Esperanza de países agrícolas se concentra en China

El ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC), que había generado expectativas en los países agrícolas por la magnitud del mercado chino, se espera con urgencia tras el fracaso de la III Conferencia Ministerial de la OMC.

China, que tiene 1.300 millones de habitantes, y los exportadores eficientes de productos agrícolas cifran grandes esperanzas en el aumento de sus cuotas de importación de productos del campo y en la reducción de sus aranceles y subsidios.

El problema es que el complejo acuerdo para el ingreso chino a la OMC, que provocará sin duda un fuerte aumento de la demanda, podría demorar casi tanto como el inicio de una ronda de negociaciones multilaterales sobre comercio, que no parece previsible para antes de dos o tres años.

Los países agrícolas no eran muy optimistas sobre los resultados de la conferencia de la OMC, que se llevó a cabo hace dos semanas en la ciudad noroccidental estadounidense de Seattle, pero ahora enfrentan un panorama desalentador, con precios que siguen en caída y perspectivas de aumento de los subsidios.

Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, integrantes del Mercado Común del Sur (Mercosur) decidieron unirse más ante el duro golpe de que el milenio comience sin esperanzas de una ronda de negociaciones que trate la eliminación de subsidios a la agricultura en los países a los que aspiran a vender sus productos.

En una cumbre celebrada la semana pasada en Montevideo, los presidentes del Mercosur admitieron que el fracaso de las negociaciones multilaterales hizo "imprescindible" la consolidación del bloque regional, para negociar en conjunto y afrontar unidos las consecuencias negativas del fiasco.

"En este mundo, más que nunca aparece robustecida la idea que nos llevó a unirnos. Sería muy difícil que nuestros Estados tuvieran en forma aislada la capacidad negociadora que tenemos juntos", declaró el presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti, durante la cumbre.

Delegados de 136 países asistieron a la III Conferencia de la OMC, cuya agenda incluyó la iniciativa de lanzar una nueva ronda de negociaciones multilaterales para fijar las reglas de juego del comercio internacional en los próximos años.

Los ministros llegaron a Seattle con pocos puntos acordados y allí, en el marco de las protestas de organizaciones no gubernamentales contra los efectos negativos de la globalización, el consenso fue imposible. La reunión finalizó el viernes 3 sin que hubiera acuerdos.

El jueves, los países que son grandes productores agrícolas vislumbraron una posibilidad de acuerdo cuando Estados Unidos y la Unión Europea (UE), responsables de 80 por ciento de los subsidios que se aplican a la agricultura, presentaron un borrador a la asamblea.

Para sorpresa de los países que no subsidian su producción, Estados Unidos y la UE, con el aval de Japón, que también subsidia, ofrecieron comprometerse a la eliminación gradual de los subsidios y retirar de los acuerdos el desarrollo del concepto de "multifuncionalidad".

Los europeos habían invocado antes las múltiples funciones que tiene la agricultura en el desarrollo de los pueblos para contrarrestar los reclamos de quienes vuelcan al mercado global sus productos de manera eficiente y sin subsidios.

No obstante, el acuerdo se malogró y la reunión terminó en un fracaso. Los 15 países agrícolas del grupo de Cairns, que reclaman la eliminación de los subsidios, expresaron su malestar con este resultado.

El director de la OMC, Mike Moore, remarcó que la estadounidense Charlene Barshevsky, presidenta de la conferencia, no la dio por finalizada sino que la "suspendió" por falta de tiempo para seguir las deliberaciones.

Este viernes, en Ginebra, Moore intentará dilucidar con otros funcionarios si es viable, en el marco de las normas de la OMC, reanudar las negociaciones para dar impulso a los acuerdos ya alcanzados y tratar de resolver las discrepancias.

Barshevsky, considerada la principal artífice del dificultoso acuerdo para que China ingrese pronto a la OMC, no pudo en Seattle con los ministros ni con el ambiente de protestas contra el libre comercio creado por los activistas.

Pascal Lamy, comisionado de comercio de la Unión Europea, admitió que el momento para la III Conferencia había estado "mal escogido", porque en Estados Unidos existen presiones preelectorales contra de los efectos negativos del libre comercio para el ambiente y el empleo.

De todos modos, gobiernos y productores no se ilusionan con la posibilidad de que haya resultados pronto en materia de conversaciones comerciales multilaterales, en el caso de que Moore halle una base legal para reanudar las negociaciones.

"Aunque la negociación siga, el fin de la reunión ya permite concluir que no habrá ronda hasta dentro de dos o tres años", auguró Jorge Campbell, uno de los funcionarios argentinos enviados a Seattle.

"Las elecciones en Estados Unidos demorarán aun más las deliberaciones. Hasta enero del 2001, cuando se sepa quién gobernará ese país, las negociaciones estarán paralizadas de hecho", añadió.

Por eso las mayores ilusiones se centran hoy en que el ingreso de China a la OMC avance más rápido que lo previsto. Pero aun en el caso de que así ocurra, habrá que ver si el aumento de la demanda resuelve los problemas de los países agrícolas o los enfrenta de nuevo al problema de los subsidios, pero en terreno chino. (FIN/IPS/mv/mp/dv if ip/99)

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