TIMOR ORIENTAL: Gusmao discrepa con Banco Mundial

La misión del Banco Mundial en Timor Oriental divulgó hoy sus recomendaciones para la reconstrucción del país, luego de fuertes discusiones sobre política económica con el líder independentista Xanana Gusmao.

El director del Banco Mundial para Timor Oriental, Klaus Rohland, dijo que, según los cálculos de su equipo, la reconstrucción del territorio costará 300 millones de dólares en un lapso de tres años.

Gusmao criticó a la misión porque esta no habría consultado a los líderes timorenses, pero el Banco Mundial aseguró que preparó el informe luego de que sus expertos consultaran a expertos locales.

Rohland dijo que entre las prioridades a mediano plazo se incluyen la restauración de la infraestructura básica para la producción agrícola, la educación, la salud y los servicios bancarios, así como el restablecimiento de la burocracia.

El director habló con cautela, con el fin de no dar la impresión de que dictaba lo que Timor Oriental debe hacer.

"La responsabilidad de los donantes es ayudar a los timorenses sin imponerles nuestros proyectos. Son ellos quienes saben más", señaló.

Gusmao se mostró "muy conforme con nuestro trabajo y nuestra cooperación" durante una reunión de cuatro horas para discutir el informe con el equipo del Banco Mundial, afirmó Rohland.

Sin embargo, reconoció que hubo un conflicto respecto de la dirección de la política económica. "Discutimos fuertemente al tratar algunos temas sobre los cuales tenían ideas que nosotros no pensamos que debemos apoyar", agregó.

"Por ejemplo, en el área de los subsidios (para el desarrollo de la industria) recurrimos a nuestra experiencia internacional para explicar cómo funcionaron los subsidios en otros países y qué falló en la mayoría de ellos. Siempre habrá discrepancias…, pero todos están de acuerdo con la idea central del informe", dijo.

El informe será presentado en una conferencia internacional de donantes que se realizará en Tokio el 17 de diciembre y será presidida por el Banco Mundial.

Rohland dijo que en la conferencia participarán el Banco Asiático de Desarrollo, el Fondo Monetario Internacional, agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y gobiernos donantes como Australia, Japón y Portugal, ex metrópoli de Timor Oriental.

Líderes timorenses y organizaciones no gubernamentales asistirán en calidad de observadores, señaló.

Uno de los siete integrantes del Consejo de Transición de Timor Oriental, Joao Carrascalao, reconoció que "se aproximan días muy difíciles" para el territorio en el camino hacia la independencia.

"El período de transición para establecer un Timor Oriental independiente será muy difícil. Es un desafío que aceptamos. Sabemos que en los primeros años (el país)… dependerá de la ayuda internacional", declaró.

"El principal desafío a mediano plazo será la educación. La mayoría de los habitantes de Timor Oriental son analfabetos y sabemos que nuestro futuro como nación dependerá de la educación de nuestra gente", agregó Carrascalao.

"También sabemos que tener el estómago vacío no es la mejor situación para que la gente aprenda. Es por eso que desarrollar la capacidad agrícola es también una de nuestras prioridades", señaló.

El primer objetivo de los timorenses es alcanzar la autosuficiencia alimentaria y luego exportar alimentos a lugares cercanos como Darwin, en el norte de Australia, continuó.

En vista de la floreciente industria turística en la vecina provincia indonesia de Bali, Carrascalao dijo que el desarrollo de una "industria turística de calidad" será fundamental para la economía.

"El turismo nos brindará algunos ingresos y la agricultura permitirá el desarrollo rural, que es más importante que el desarrollo de los recursos naturales", dijo.

El Banco Mundial no es la única organización criticada por Gusmao.

A comienzos de esta semana también fustigó a las organizaciones de ayuda internacional por no consultar al Consejo Nacional para la Resistencia Timorense (CNRT), el brazo político del movimiento independentista de Timor Oriental.

"No se nos informa de sus reuniones, que se realizan de manera clandestina. Ahora es evidente que se debe cooperar con el CNRT", dijo Gusmao a los periodistas.

La directora ejecutiva del Consejo Australiano de Ayuda en el Extranjero, Janet Hunt, dijo que comprende la frustración de Gusmao con la operación de ayuda internacional.

"No se le ha dado al CNRT el apoyo que necesita. La ONU no le dio suficiente espacio para tener oficinas en Dili y tampoco dispone del equipo de transporte y comunicaciones adecuado para realizar la tarea que enfrenta", observó.

"Si la comunidad internacional realmente quiere consultar a los líderes timorenses a medida que avanzan los esfuerzos para la reconstrucción, deben darles los medios para operar", agregó.

El líder católico timorense, el obispo Carlos Belo, se hizo eco de las críticas de Gusmao. Advirtió que existe el peligro de que sin las consultas a los dirigentes locales, la misión de la ONU para la reconstrucción de Timor Oriental podría beneficiar más a intereses extranjeros y no a los habitantes de la isla.

En ese sentido, el gobierno australiano procura obtener para las empresas de ese país una buena parte del trabajo de reconstrucción en Timor Oriental.

En octubre, agencias gubernamentales australianas patrocinaron una importante conferencia, en la que no participó ni un solo timorense, para aconsejar a las empresas sobre cómo obtener contratos para la reconstrucción del devastado territorio.

Ya se registraron unas 4.000 compañías como posibles contratistas con la ONU, entre ellas 2.600 de Estados Unidos y 90 de Australia.

"Utilicen a Timor Oriental para entrar en un mercado… lucrativo. Esta es la única oportunidad para colocar a su compañía en este mercado", dijo el comisionado de comercio de Australia en Washington, Alistair Nicholas, a una audiencia de más de 400 personas.

Mientras los timorenses luchan por organizar los refugios y los alimentos básicos antes de la inminente llegada de la época de las lluvias, Nicholas sugirió que se harán buenas ganancias si se brinda una gran variedad de servicios.

"No olviden el mercado para la pizza y la Coca Cola", dijo el funcionario de comercio. (FIN/IPS/tra-en/bb/js/at/aq/dv/99

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