R.D.CONGO: ONU reanudará investigación de masacres

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reanudará la investigación de presuntas masacres perpetradas entre 1996 y 1997 en la zona oriental de República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire).

La investigación se retomará después de un año de estar detenida y luego de que este viernes el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara renovar la presencia de 40 observadores militares del foro mundial en el país africano.

Sin embargo, el organismo no autorizó el pedido de enviar hasta 500 observadores militares a RDC.

Roberto Garretón, el Relator de Derechos Humanos de la ONU a cargo de investigar denuncias de masacres, dijo que la Comisión de Derechos Humanos del foro mundial renovó su mandato.

Mientras, el presidente congoleño Laurent Kabila, quien hace dos años bloqueó y luego prohibió la labor de Garretón, prometió respaldar la nueva investigación.

Como señaló Garretón, el cambio de actitud de Kabila tuvo lugar después de que Ruanda y Uganda dejaran de apoyarlo. Ambos lo ayudaron a derrocar al dictador Mobutu Sese Seko en 1997, pero ahora el presidente congoleño los culpa de haber masacrado a refugiados ruandeses de la etnia hutu en lo que antes era Zaire.

"Nuestro problema era con el presidente Mobutu, no con los refugiados hutus", dijo Kabila a Garretón.

La rivalidad entre Kabila, por un lado, y Ruanda y Uganda, por el otro, que provocó la guerra civil en RDC en la que participaron ocho países africanos y que cesó por el actual y frágil cese del fuego, ayudó a reflotar la investigación de Garretón.

Para Kabila, la investigación puede ayudar a mejorar su imagen.

Las presuntas masacres se dirigieron contra hutus ruandeses vinculados con el genocidio perpetrado en 1994 en Ruanda y, según creen muchos observadores, se realizaron a pedido de las fuerzas ruandesas inquietas por la presencia de extremistas hutus próximos a la frontera con Zaire.

Así mismo, la investigación podría ayudar a Kabila a perjudicar la imagen de sus antiguos aliados de Ruanda, así como la de la rebelde Unión Congoleña por la Democracia, que es apoyada por el gobierno ruandés y controla gran parte del este de RDC.

En el pasado, Kabila, quien también fue acusado de medidas represoras en RDC, intentó impedir el ingreso de Garretón al país. Acusó al diplomático chileno de estar predispuesto en contra de su coalición de organizaciones contrarias a Mobutu, la Alianza de Fuerzas Democráticas para la Liberación de Congo.

El año pasado, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, intentó evitar la controversia al enviar una misión dirigida por Atsu Kofi Amega para investigar las masacres.

Pero la misión no pudo hacer su labor porque el gobierno de RDC no le dio acceso a varios lugares del centro y el este del país. Ahora Garretón dijo que está dispuesto a aceptar la cooperación de Kabila.

Pero aún existe otro problema. La seguridad de los investigadores no está garantizada en gran parte del este de RDC, donde los rebeldes, con el apoyo de Ruanda y Uganda, resisten el régimen de Kabila.

El Consejo de Seguridad de la ONU, que la semana pasada discutió la posibilidad de enviar una fuerza de paz más amplia a RDC, reconoció el peligro el viernes al aprobar una resolución que sólo renueva el pequeño cuerpo de observadores militares ya existente en el país.

La resolución permitirá que los observadores sigan su labor hasta el 15 de enero. La ONU no recibió las garantías de seguridad necesarias del gobierno de Kabila para enviar una fuerza más grande, señaló Annan en un informe esta semana.

Pero Annan y otros altos funcionarios procuran enviar una misión más grande en los próximos meses.

La misma incluiría a varios cientos de observadores militares y a gran cantidad de funcionarios humanitarios y políticos. Finalmente, la ONU espera dirigir una operación de mantenimiento de la paz, señalaron fuentes en Nueva York.

Pero el gobierno congoleño aún no aceptó la fuerza de paz, y algunos de sus funcionarios desconfían de la participación de la ONU en el país.

Algunos acusaron al foro mundial de intentar desestabilizar a Kabila, y de haber ayudado a derrocar al primer ministro congoleño, Patrice Lumumba, en 1960.

Lumumba fue asesinado por rebeldes katangeses en 1961, un año después de que una fuerza de paz de la ONU fue enviada al Congo después de que se retiraran del territorio las fuerzas coloniales belgas.

El portavoz de la ONU, Fred Eckhard, reconoció que la "desconfianza del Congo que data de 1960" complicó la discusión sobre la seguridad y la libertad de movimiento de los funcionarios internacionales.

En la actualidad, dijo Eckhard, el gobierno de RDC sigue limitando la libertad de movimiento de los observadores en el país.

Pero Annan reafirmó la necesidad de que la ONU aumente su presencia en RDC, a pesar de las dificultades.

"El sufrimiento en RDC persiste desde hace demasiado tiempo para que dejemos pasar la oportunidad ofrecida por el Acuerdo de Cese del Fuego de Lusaka", dijo en referencia al pacto que permitió el fin de los combates. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq/ip/99

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