Ninoska Robles llegó a Costa Rica con la difícil misión de lograr que su marido, el encarcelado contralor general de Nicaragua Agustín Jarquín, estuviera presente en las celebraciones del 30 aniversario de la Convención Americana de Derechos Humanos, el lunes 22.
Y lo logró. El caso de Jarquín, preso desde el 10 de este mes bajo acusaciones de irregularidades administrativas, estuvo presente en los actos a través de las denuncias de esposa, portadora también de una carta en la que el funcionario denuncia el retroceso de la democracia nicaragüense.
El caso del fiscal de cuentas ha traído consecuencias muy negativas para Nicaragua, que corre el riesgo de perder gran cantidad de ayuda internacional, como la condonación de su deuda externa, en tanto el gobierno empieza a enfrentar fuertes protestas internas e internacionales.
"Mi esposo es considerado hoy el primer preso político del gobierno de (el presidente Arnoldo) Alemán y la gente se pregunta: si esto le hizo al contralor, ¿qué no le haría a alguien común y corriente?", declaró Robles.
Su presencia en las celebraciones de la Convención busca llamar la atención sobre la situación de su esposo, "ante cualquier pretensión de mutilar o de querer inhibirlo de sus derechos como ciudadano".
Jarquín envió una carta escrita a mano en prisión dirigida a César Gaviria, secretario general de la Organización de Estados Americanos, a Robert Goddman, presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y a Antonio Cancado, presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En ella, el funcionario advierte que en Nicaragua están sucediendo hechos que "amenazan con reeditar escenarios del pasado, que serían una regresión en el camino hacia la democracia plena y el desarrollo integral" ya iniciados.
Robles dijo que el caso de su esposo ya está en manos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, instancia a la cual se recurre cuando las instituciones judiciales del país no resuelven.
Aseguró que Jarquín "es víctima del pacto entre el (izquierdista) Frente Sandinista y el gobierno para repartirse el poder" y recordó que el acuerdo de gobernabilidad que acaban de negociar incluye una contraloría colegiada.
La detención es el último episodio de un largo enfrentamiento entre Jarquín y Alemán, en el poder desde 1997, debido a constantes denuncias del contralor sobre corrupción y enriquecimiento ilícito del propio mandatario.
Un informe de la Contraloría de este año precisó que el patrimonio del gobernante creció 900 por ciento desde que asumió la Alcaldía de Managua en 1990 hasta que llegó a la presidencia en 1997.
La Contraloría cuestiona, además, las compras de grandes cantidades de terreno hechas por una sociedad de la familia Alemán, donde el gobierno pretende desarrollar proyectos turísticos.
Robles dijo que la libertad de su esposo depende del Tribunal de Apelaciones, que podría pronunciarse en cualquier momento, pero advirtió que el sistema judicial nicaragüense es muy débil.
"Esto es un juicio político que esperamos que las autoridades resuelvan pronto, pero requiere también de la voluntad política del señor presidente, que debe tratar de no inmiscuirse más en los otros poderes del Estado", afirmó.
Esta es la décima vez que Jarquín, de 48 años, está preso. Ya lo estuvo durante la dictadura de Anastasio Somoza, derrocado en 1979 por el Frente Sandinista, y varias veces durante el gobierno sandinista.
Pero su actual detención puede tener consecuencias más negativas para el país y para el gobierno de Alemán, que está empezando a recibir fuertes presiones externas e internas.
Tras los desastres ocasionados por el huracán Mitch, Nicaragua recibió como parte de la ayuda el visto bueno para entrar a la lista de países más altamente endeudados, lo que le significaría la condonación del 80 por ciento de su deuda externa, de 6.500 millones de dólares.
Debido a la crisis institucional y de credibilidad que enfrenta el gobierno, esta decisión fue postergada por la comunidad de donantes.
"Nicaragua no se arrodilla ante nadie, sólo ante Dios", fue la respuesta del mandatario.
La embajada de Alemania anunció el martes 23 el congelamiento de dos proyectos de cooperación por un monto de 13 millones de dólares, uno para abastecer de agua potable a poblaciones en el norte y oeste del país, y otro de protección de la Reserva de Bosawás, limítrofe con Honduras.
Alemania le ha girado a Nicaragua una ayuda próxima a los 50 millones de dólares en los últimos dos años, según datos de la sede diplomática.
La Unión Europea también ha manifestado su preocupación por la situación en el país centroamericano y por la detención de Jarquín.
La situación interna también comienza a complicarse y la detención de Jarquín es vista por distintos sectores como un intento de debilitar a la Contraloría. Su captura generó una ola de descontento popular que derivó en marchas de apoyo.
En Miami, un grupo de profesionales nicaragüenses denunció al gobierno de Alemán ante la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, por la detención del contralor, en una carta dirigida también al Tribunal de Justicia Centroamericano y a las Naciones Unidas. (FIN/IPS/mso/ag/ip-hd/99
