IPS: ¿Hay planes de la Oficina del Historiador para el área de La Habana ajena al centro histórico?
LEAL: Esperamos extender nuestra acción a Centro Habana, colindante con La Habana Vieja, donde hay una cantidad enorme de edificios monumentales, habitados o no, que justifican nuestra intervención y podrían crear polos de atracción capaces de generar nuevos recursos, indispensables para una rehabilitación tan profunda.
Ya no hablo de restauración, que en Centro Habana es más puntual, sino de una revitalización de la zona habitada, cuyo estado es precario.
También creo que las acciones de la Oficina tienen un carácter ejemplar y que van motivando una imitación no sólo en La Habana, sino en el resto del país.
IPS: Todo esto es posible gracias al turismo, una actividad a la que algunos consideran altamente depredadora de la identidad de un país. ¿Cómo cuidarse de ese riesgo?
LEAL: Nosotros creemos que se puede realizar un gran proyecto turístico y defender la identidad, siempre y cuando se tengan claros los conceptos y las ideas.
Si el proyecto turístico, como tarea de la nación, es asumido por la gente y la gente participa de ese proyecto será muy difícil que se debiliten los signos de identidad. Hace falta preparar a la comunidad, confiar en ella y hacerla participar. Es lo que estamos haciendo en La Habana Vieja.
IPS: ¿No hay peligro de que La Habana Vieja se convierta en algo similar al centro turístico mexicano de Cancún?
LEAL: Para mí está claro que, por lo menos mientras yo viva y vivan mis colaboradores, esa confianza que tenemos depositada lo impedirá.
Siempre hay tentaciones. Aun entre los colaboradores puede haber algún punto de vista diferente. Nosotros hemos optado por el camino más largo, pero creo yo que es más revolucionario.
IPS: ¿Puede decirse que ahora es segura La Habana Vieja?
LEAL: En La Habana Vieja se vivió la primera experiencia de crear una policía especializada que le de garantía a la ciudadanía y al visitante extranjero, y esto se ha logrado.
Hasta el año pasado, el estado de la seguridad era crítico. De pronto vimos que nuestro reino comenzaba a ser invadido por gente que venía a depredar. Ahora, las familias están tranquilas, y los turistas también.
IPS: ¿Pero la solución a ese problema está sólo en aumentar la cantidad de policías en las calles?
LEAL: No, la solución es muy compleja. No se trata solamente de más policías. Hay que unir una obra social comunitaria, como se ha hecho aquí, pero hay que hacerla brillar. En este caso, el orden público contribuye a eso, porque da seguridad para que esa obra social, humana, cultural, solidaria pueda ser apreciada.
También hace falta técnica. El policía no tiene que reprimir, tiene que disuadir, explicar, hablar, no puede ser una máquina de dar empujones. Debe ser un hombre que piense y actúe.
IPS: ¿Qué tiene previsto la Oficina del Historiador para la IX Cumbre Iberoamericana, los días 15 y 16, en cuyo marco un monarca español pisará por primera vez Cuba, último territorio del continente en independizarse de la corona?
LEAL: La modernidad de España está en América. No se puede hablar de España como tal sino después de 1492. Entonces, no es solamente que nosotros les vamos a mostrar nuestra historia. Ellos van a venir también a buscar una parte de su propia historia.
Tampoco nosotros podemos hablar de nuestra historia sin tener conciencia de que una vez fuimos España, y por mucho tiempo.
En este sentido, la visita de un rey, un rey amable y gentil como es el rey Juan Carlos, y de una reina inteligente y lúcida como la reina Sofía, será inolvidable, por breve que sea.
Los reyes encontrarán en el Palacio de los Capitanes Generales, en la Plaza de Armas, en la Plaza de la Catedral, lo que España fue capaz de generar y cómo todo eso se transformó para convertirse en una cosa original, nueva y maravillosa que no ha perecido.
Yo creo que esa ha sido la virtud de España en América, la virtud generadora, la virtud creadora que han sido las universidades, que han sido no sólo las catedrales de la mística sino también las catedrales del saber.
IPS: En el Museo de la Ciudad, antiguo Palacio de los Capitanes Generales, está todavía el trono que nunca ocupó el Rey de España.
LEAL: El trono estaba presente en todas las Capitanías Generales y Virreinatos en América. Era el símbolo de la autoridad regia, los capitanes generales recibían de pie ante el trono, que era usado por los virreyes. No creo que queden muchos en este continente.
La Habana ha conservado y restaurado hace muchos años, no para ahora, en 1973, el salón y la silla que eran el símbolo de la autoridad real. Hace mucho tiempo que la silla es un símbolo, y no un tributo de poder. Es un símbolo de cultura. (FIN/IPS/pg/ff- mj/dv cr/99